(Entrevista Perú21) “Hoy tenemos en nuestro país un sinnúmero de resoluciones que buscaban normar aquello que faltaba. Es decir, tenemos un árbol frondoso de normas elaboradas los últimos 20 años y que crean contradicciones e incluso tienen vacíos”, manifestó.
Uno de los debates que en los próximos días tomará más potencia en el Congreso es el referido a la reforma electoral. Fernando Tuesta Soldevilla expone lo que se necesita para seguir avanzando.
¿Es el momento adecuado para emprender una reforma electoral?
No hay mejor momento que este, al inicio de un periodo de mandato del Congreso, y cuando los partidos, los candidatos, no están mirando cada medida en función de si les conviene o no.
¿Qué es más urgente corregir para no tener un proceso el 2018 similar al del 2016?
Justamente ese ha sido el argumento para siempre hacer reformas parciales. Y estas han ocasionado más problemas de los que ya se tenía. Aquí hay un riesgo: muchos quieren abocarse a la reforma en función de lo que ha ocurrido en lo inmediato, partiendo del argumento de que si eso benefició a determinado partido, hay que cambiarlo para que no lo vuelva a beneficiar. Este es el peor argumento en una reforma.
¿Por qué?
Es creer que la realidad se va a repetir. Por ejemplo, se decía que había que cuidarse del financiamiento público porque el nacionalismo tenía 47 escaños y mucha votación, por lo tanto, iba a tener un financiamiento público importante. ¿Cuántos escaños y votación tiene ahora? Cero. Entonces, lo importante es qué es lo que queremos. Y ahí hay consenso. Se dice: queremos que los partidos sean más representativos, que las elecciones sean transparentes, evitar la corrupción y dar normas que incentiven partidos más cohesionados.
¿Cómo?
Está probado por la realidad que las normas que modifican partecitas terminan creando nuevos problemas. Debemos ir a plantear una visión de qué aspecto de la Constitución se cambia e ir a una sola fuente, y ese es el Código Electoral, que debe ser la fuente matriz de las reglas de juego de la competencia. Hoy tenemos un sinnúmero de resoluciones que buscaban normar aquello que faltaba. Es decir, tenemos un árbol frondoso de normas elaboradas los últimos 20 años y que crean contradicciones e incluso tienen vacíos.
¿Un Código Electoral es necesario ahora?
Ahora más que nunca.
Pero demoraría en hacerse.
Claro, pero aquí no se inventa la pólvora. En el 2004, cuando yo estaba en ONPE, hicimos el primer Código Electoral. En el 2011, elJNE elaboró otro. Pero ninguno de estos fue tomado en cuenta en los debates en el Congreso. Hubo un sinnúmero de proyectos y la gran mayoría fueron para modificar artículos. La peor experiencia fue la elección de este año, con las exclusiones por la entrega de dádivas.
Si las normas no dan cuenta de la realidad, ¿cómo califica el trabajo del Congreso pasado?
Si lo evaluamos por los resultados en esta materia, fue nefasto. Creó más problemas al proceso electoral, sobre todo con el tipo de sanción en el tema de la entrega de dádivas. Si no se modifica esto, en el 2018 vamos a tener un huaico que arrasará lo que se ha avanzado, porque vamos a tener más de 100 mil candidatos. Los organismos electorales serán abrumados por estas denuncias en donde, sin darse cuenta de la realidad, se asume que pueden fiscalizar. Si fuera así tendrían que contratar a una persona para que siga por 90 días a cada candidato.
¿Y qué se debe hacer con este artículo que excluye por dar dádivas en campaña?
Eliminarlo. Los medios de comunicación podrían seguir denunciando. Yo, esto de las dádivas, lo pongo al nivel de lo que ha querido hacer la Municipalidad de La Punta con normar el juego de Pokémon Go.
¿Cree que este Congreso puede dar mejores resultados?
Espero que sí. A diferencia de otros países, aquí no existe un código de un partido ni posiciones partidarias.
No hay militantes.
Claro, cerca de 100 congresistas no son militantes. Entonces, se sienten con libertad para debatir abiertamente. En los últimos años nos hemos dedicado a ser muy reguladores y sancionadores, y nada de eso resultó.
¿A qué temas cree que debe abocarse la Comisión de Constitución? ¿La inmunidad parlamentaria?
Sí, no es posible que la inmunidad parlamentaria sea una protección para todo tipo de causales. Todos los delitos previos cometidos en actividad deben de llevar al levantamiento de la inmunidad y no como producto de una discusión en el Congreso.
¿La bicameralidad?
Estoy de acuerdo. El Parlamento es una institución representativa y debe estar diseñado a esa función. Hace 24 años, la Cámara de Diputados era de 180 integrantes y representaba a 12 millones de electores, hoy somos 30 millones y hay menos congresistas. El número de parlamentarios que tenemos ahora es parecido al de 1859. Entonces, hay una desproporción.
¿Adicionar más congresistas o crear una cámara alta será tan o más impopular que el financiamiento público?
Sin duda, pero hay medidas que no se deben basar en lo que le gusta a la gente, porque en ese caso estoy seguro de que hay un porcentaje importante que no quiere que haya Parlamento.
Autoficha
- “Soy doctor en Ciencias Sociales. Hice un doctorado en Ciencia Política. Soy profesor principal de Ciencia Política de la PUCP, donde también fui el primer director del Instituto de Opinión Pública. He sido jefe de la ONPE, donde tuve la oportunidad de reconstruir la institución”.
- “Organicé ocho procesos electorales. Soy consultor de organismos internacionales, como PNUD, Centro Carter y otros. Este es el cuarto Congreso en el que he sido invitado para ser miembro del Comité Consultivo de la Comisión de Constitución”.
- “También he sido asesor de la presidencia del Jurado Nacional de Elecciones (JNE) en el tema de reforma electoral hasta julio del 2016. He enseñado en la Academia Diplomática del Perú, en las universidades del Pacífico, de Lima y San Marcos. Realicé diversas investigaciones”.