La baja intención de voto, sobre todo de las listas al Congreso, que es con las que se calcula la valla electoral o barrera legal, es la razón por la que el Partido Nacionalista se retira de las presentes elecciones. Persistir lo conducía a la pérdida de la inscripción en el ROP. Es el resultado también de las desavenencias y conflictos entre la dirección del partido (Humala-Heredia), algunos dirigentes (Abugattás, Jara) y el propio candidato presidencial Daniel Urresti. Pero además, el PNP confirma lo experimentado antes por Perú Posible y el Apra. Es decir, los partidos de gobierno son afectados por la desaprobación y el desgaste de sus respectivos gobiernos. Hay que recordar que estos partidos solo obtuvieron dos (PP) y cuatro (Apra) congresistas y se quedaron sin sus planchas presidenciales.
Este retiro se produce gracias a que la última modificatoria de la Ley de Organizaciones Políticas permite que si un partido deja de participar en una elección general, no pierde la inscripción. Esa es la razón por la que antes lo hicieron Siempre Unidos (Felipe Castillo) y Perú Patria Segura (Reggiardo). A estos tres, se debe agregar Todos por el Perú (TPP), pues se ha quedado con escasas listas parlamentarias y otras pequeñas organizaciones más.
Ante esta reducción de listas, Alianza para el Progreso (APP) ha decidido arriesgarse, quizá no para conseguir el 5%, sino seis congresistas, la otra alternativa que ofrece la ley, que pocos reparan, pero que puede salvar a más de uno.
Esta modificatoria de la ley no coloca fecha límite, por lo que podemos esperar el retiro de más listas, incluso una vez impresas las cédulas o boletas de votación. Si bien de las 19 listas parlamentarias inscritas quedan 14, es probable que sigan disminuyendo. Eso es bueno. La mala noticia es que al retirarse, los partidos conservan su inscripción y varios de ellos son firmes candidatos a ser vientres de alquiler (Peru21, domingo 13 de marzo 2016).