Horas después del debate, la discusión se ha centrado en la pregunta sobre quién ganó el debate electoral, de los candidatos a la alcaldía de Lima. Esto ebulle, sobre todo, en las redes sociales. Algunos dan el salto al considerar que este resultado puede producir variaciones en la intención de voto.
Creo que en esta pregunta hay un error de partida. Para empezar, un debate en el que participan trece candidatos, ya no es debate. Es una seguidilla de exposiciones. Cuando empezaba a intervenor el último, del Partido Humanista, ya pocos podían retener lo que había expuesto Luis Castañeda, que fue el primero, cerca de tres cuartos de hora después. Seguidamente se sortearon grupos de a dos para que se pregunten entre ellos. Allí se encontraron Casteñeda-Cornejo y Villarán-Altuve que los veías si estabas sentado frente a tu televisor todo el debate que duró más de dos horas y media o por suerte en tu ejercicio de zapping.
¿Quién cubría el debate? No todos los canales de televisión. Solo TV Perú, la televisora estatal y Frecuencia Latina. El resto de canales, se colgaban de la señal solo por momentos. Así es altamente probable que el rating del debate haya sido bajo. O, si se quiere, en vista que el debate iba a producir bajo rating, no lo transmitió la mayoría de canales de televisión.
Pero ¿Quiénes vieron el debate? según la última encuesta de Gfk, nada novedoso por cierto, pero sí refresca la memoria, a la mayoría de limeños no le interesa la política y está poco informado. Po rlo tanto, es muy probable que solo un reducido grupo de electores hayan seguido de manera detenida el debate. Pero son justamente este grupo de electores, los que ya tiene decidido su voto. Y, es altamente probable, que vean a sus candidatos con mayor simpatía y desempeño en el debate.
Difícilmente un elector indeciso invierte dos horas y media en ver un debate que no lo es y en donde desfilan candidatos que, en muchos casos, no conocen ni su nombre.
El señalar a "un ganador" como gusta discutir a los medios, no es relevante en esas condiciones. Tanto así que los propios medios deben de llenar sus espacios con notas sobre lo que "no se vió en el debate" o anecdotas sobre el mismo. Lo mismo ocurre en las redes sociales, particularmete Twitter. Si el debate no es atractivo por el número de candidatos, la cobertura y el rating es bajo y si solo es visto por los más interesados en la política, que ya decidieron su voto, la probabilidad que lo sucedido ayer no impacte en la intención de voto, es alta.
Ciertamente el debate electoral, como las encuestas, se han instalado hace mucho en las elecciones modernas y hay que realizarlos, si no parece que falta algo, así ese algo no signifique mucho para los fines de ganar votos. Si gana, la calidad de una campaña.