Para el fujimorismo bailar es sinónimo de felicidad. Desde el "Baile del chino", pasando por "Harlem Shake" hasta "Happy Fuerza Popular", hay una línea de continuidad. Sin embargo, no es el mismo fujimorismo. El de Keiko hace rato busca diferenciarse al de su padre, donde los conflictos internos (no veo a Kenji bailando) constituyen solo una manifestación de este problema. Usa, en este caso, una herramienta muy conocidas del marketing, de cara al elector y no a la élite política, quien desaprobará este spot, seguramente por ridículo. El proyecto político tiene como objetivo claro, ganar el 2016. Y lo que vale hoy, es colocar la marca Keiko-Fuerza Popular en la mente del votante. Sin embargo, en un país tan sorprendente como el nuestro, lo planificado no necesariamente tiene un final Happy (Ver video).
Happy Fuerza Popular
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