(Entrevista de María Elena Castillo) Fernando Tuesta Soldevilla, analista y ex jefe de la ONPE. En esta entrevista Tuesta advierte que un voto de confianza en el que el número de abstenciones mucho mayor que el de respaldo y rechazo juntos es algo inédito en nuestro país. Sin embargo, él considera que con la "argucia" de la bancada oficialista para que seis de ellos voten en contra se dio el respaldo al gabinete, al menos formalmente.
¿Se le dio el voto de confianza al Gabinete o no? El viernes la oposición dijo que lo consiguieron con una treta legal, y el oficialismo dice ahora que no se la dieron. ¿Quién tiene razón?
El voto de confianza es una suerte de voto de investidura, propio de los sistemas parlamentarios. En estos casos, o se da el voto o no; sin embargo, el que se abstiene, en realidad, lo que hace es no dar su confianza. En nuestro Parlamento se ha dado la posibilidad de que algunos se abstengan, pero ayer ha pasado una cosa inédita pues cuando se votó ninguno se opuso, no obstante, la abstención fue mayor que el respaldo. Entonces, como no quedaba claro si se había dado la confianza al Gabinete, se hizo una suerte de interpretación y fueron a una segunda votación.
En la que seis oficialistas votaron en contra…
Así es. Una parte del oficialismo votó así para que exista una supuesta postura contraria y no solo abstenciones. Esto es una argucia, pero en realidad refleja la debilidad del gobierno, que tiene ya cinco gabinetes y ha mostrado la incapacidad de poder conjugar una política de alianzas para que lo apoyen. Eso significa que no hay liderazgo ni operadores políticos.
Se han abierto muchos frentes…
En un principio, el mejor operador político del gobierno era Nadine Heredia, pero por ser altamente visible, ha pasado de ser una persona que captaba aprobación a ser el pararrayos del gobierno. De ser un punto de apoyo, se ha convertido ahora en un talón de Aquiles.
¿Tanto pueden pesar las acciones de la primera dama como para generar esta crisis?
Es un gobierno que se ha ido desgastando. En los últimos 60 días ha cometido los mayores errores. El tema de la alfombra roja en Santiago es episódico y anecdótico, pero es la gota que derramó el vaso, debilitando al gobierno y a la figura presidencial. Además, se nombra un gabinete en el que el primer ministro es el menos político de todos los que ha habido, y están los cuestionamientos a la ministra Omonte. Entonces, al presentarse al Congreso, varias bancadas que no eran de oposición decidieron abstenerse para no dar la confianza. El gobierno pensó que, como siempre, se la iban a dar. No imaginó que habría tantas abstenciones.
Entonces, ¿logró el voto de confianza o no?
No queda claro porque igual, tras la segunda votación, aunque hubo oposición, las abstenciones superaron al ‘sí’ y al ‘no’ juntos.
Pero la oposición dice que a pesar de ello, al haber 42 votos de respaldo y 6 en contra, el gabinete obtuvo la confianza…
Los congresistas más experimentados dicen que sí se logró el respaldo porque en el diseño peruano si se niega la confianza o se censura a dos gabinetes, el presidente puede disolver el Parlamento constitucionalmente y convocar a elecciones a realizarse en los cuatro meses siguientes. Entonces, le dice: "te hemos golpeado por más que numéricamente hayas obtenido la confianza, pero todavía tenemos dos balas".
Para poner el parche…
Por eso el Presidente, conociendo todo esto, ha dicho que no queda claro si les han dado la confianza y pide al Congreso que lo esclarezca. Ahora, los parlamentarios tienen que ver lo que hacen, pues si se decide que no se dio el voto de confianza, solo les queda una bala y ya no les queda otra que respaldar al siguiente gabinete, pues de lo contrario el presidente puede cerrar el Congreso. Las fuerzas políticas deben tratar esto con mucho cuidado.
Humala dijo que esta situación genera inestabilidad al país. ¿La oposición es la responsable?
Esa inestabilidad no ha sido creada por el Congreso ni los opositores, sino que es responsabilidad del mismo gobierno con todo lo que ha pasado, con la forma en que salió Villanueva, observaciones a algunos ministros que se mantuvieron, la negativa de aumentar el salario mínimo, el incremento del sueldo de los ministros y como catalizador de todo está la primera dama, Nadine Heredia.
¿Estamos en el limbo?
Yo creo que formalmente sí le han dado la confianza, aun cuando yo considero que los gabinetes deben estar investidos claramente y explícitamente por una mayoría, pero como el Parlamento permite la abstención se ha podido dar el escenario actual.
Entonces, ¿por qué el Presidente pide la aclaración?
Los ministros han puesto su cargo a disposición, porque el gobierno se pone en la posición de que si bien en lo formal se respaldó al gabinete, políticamente está herido. Así que le dan la posibilidad al Presidente de decidir a quiénes ratifica y a quiénes no, y así pueda dar un mensaje al Congreso.
Él no ha hecho ninguna autocrítica e incluso, cuando le preguntaron por la primera dama, dijo que no se mezclen temas, que eso no tiene nada que ver con el voto de confianza…
Si no hay conversaciones se puede ir al choque y mantenerse esta votación, con lo cual a pesar de tener una confianza formal, no está legitimada porque la abstención ensombrece la investidura del cargo.
La oposición pide que se regule el papel de la primera dama y que se reduzcan los sueldos de los ministros entre otros temas…
Yo espero que estén conversando, y si bien no creo que haya algunas declaraciones públicas, lleguen a acuerdos que destraben esta crisis. Abugattás, que no es un líder secundario, ha dicho que se deben reconocer errores, y uno de ellos es el papel de la primera dama. Pero también deben llegar a un acuerdo en el tema de los ministros cuestionados.
¿Por qué se incluyó una limitación a las censuras a los gabinetes?
En la Constitución de 1933 no existían los límites que tenemos ahora. Y el Parlamento censuró a muchos ministros y gabinetes. Es así que en 1979 se incluye esta figura para darle un balance, aunque entonces era de tres gabinetes. Así, si tienes un gobierno con una minoría en el Congreso, se pone un freno a excesos.
¿Antes no había ninguna limitación?
La Constitución de 1933 habla de la censura, no había un voto de confianza. En su artículo 172 se habla de los mecanismos para el voto de censura contra el Consejo de Ministros o cualquiera de los ministros. En la Constitución de 1979 recién se incluye la presentación del gabinete, en ese entonces, ante las dos cámaras del Congreso para exponer y debatir el programa del gobierno. Aunque entonces se precisa que esta presentación no da lugar a un voto del Congreso. Lo que sí en el artículo 227 decía que el presidente podía disolver la Cámara de Diputados si se censuraba a tres gabinetes, convocándose a elecciones en 30 días.
La Constitución de 1993, del gobierno de Fujimori, puso más candados…
El artículo 134 señala que el presidente puede disolver el Congreso si este ha censurado o negado su confianza a dos Consejos de Ministros, aunque también dice que no puede disolverlo en el último año de su mandato. Se trata de una especie de balance, pero en la práctica puede usarse para bloquear (La República, 16 de marzo del 2014).