Una vez más Colombia debe enfrentar un proceso electoral en un contexto de violencia. Este es parte del escenario de las próximas elecciones del 28 de octubre, en donde se elegirán autoridades municipales. La tensión aumenta con el asesinato de candidatos, en medio de muchas amenazas por parte de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), por lo que se consideran estas elecciones como una de las más violentas.
La Misión de Observación Electoral (MOE) señala en sus informes que hay grandes sectores del país que se encuentran en riesgo (79 municipios), no solo por la guerrilla de la FARC, sino también por los llamados grupos emergentes (ex paramilitares, ahora desmovilizados). Esto obliga a que varios candidatos hagan campaña con protección especial y, al gobierno, a movilizar a todas las fuerzas de seguridad, al que denominan el más grande despliegue nunca antes realizado en Colombia. Sin embargo, los mismos funcionarios gubernamentales reconocen que es imposible dar seguridad a todos los candidatos. La situación es más crítica, cuando los propios gremios empresariales han señalado que varias campañas electorales estan costeadas por el narcotráfico, como ha sucedido en otras oportunidades.
Difícil situación para un país que pese a sus claros progresos económicos, no puede dar fin a un mal que es claramente endémico. Por eso, el domingo 28 de octubre mientras los colombianos estén votando, el país nuevamente estará militarizado.
Muy interesante e instructivo este blog. Es lamentable que la violencia en Colombia no tenga fin a la vista. En mi opinión ese conflicto únicamente tiene una solución militar.