Cómo defenderse del Movadef

Muchos han indicado que el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) debió ratificar la resolución que rechazaba la solicitud del Movimiento Pro Amnistía y Derechos Fundamentales (Movadef) y, de esta manera, terminar con el espinoso tema. Sin embargo, una resolución que no esté debidamente motivada y en la no se ha observado el debido proceso administrativo, puede ofrecer la oportunidad para que el Movadef, que sabe moverse en los recovecos de la legislación, pueda más tarde acudir al Tribunal Constitucional y, cómo no, a la propia Corte Interamericana de Derechos Humanos. Es decir, si se hacen mal las cosas, no protestemos mañana, por responsabilidades propias.
 
La pregunta es si la Ley de Partidos Políticos contiene los elementos suficientes como para que el sistema democrático se proteja de manera eficiente y sirva al magistrado para resolver adecuadamente, de acuerdo al marco que la ley propone.
 
La Ley de Partidos Políticos, promulgada en noviembre del 2003, luego de casi dos años de discusión, sí consideró una situación como la que estamos viviendo. En las consideraciones generales de la ley se señala que los partidos políticos son instituciones base del sistema democrático. El Movadef, luego de escuchar las declaraciones de sus miembros, leer sus documentos y su página web, y declarar que se inspira en el llamado marxismo-leninismo-maoísmo-pensamiento Gonzalo que, como se sabe, es la ideología que inspiró a la construcción y desarrollo del más letal grupo terrorista, Sendero Luminoso, está lejos de formar parte de las instituciones base del sistema democrático.
 
De la misma manera, para ser considerado partido no sólo deben cumplir con los requisitos formales, sino estar bajo los fines y objetivos que traza la norma. Uno de ellos es competir en los procesos electorales para alcanzar el poder. El Movadef señala que su objetivo es la amnistía de los que llama presos políticos, incluido Abimael Guzmán. Para el Movadef, la inscripción es tan soloun instrumento, en la medida en que le interesa utilizar los recursos legales, que una inscripción en el ROP le permitiría.
 
Pero lo más importante es la norma que se supone es el candado para que estas pretensiones senderistas sean desechadas. La ley señala que los fines de los partidos políticos son “asegurar la vigencia y defensa del sistema democrático”, así como “contribuir a preservar la paz, la libertad y la vigencia de los derechos humanos”.
 
Los fines y objetivos del Movadef no son defender el sistema democrático, pues no solo lo ha combatido con sangre, sino que no cree en él. Utiliza los derechos que la Constitución reserva para los ciudadanos, es decir, libertad de expresión, de opinión y de organización, pero para combatir al propio sistema democrático. Eso está claramente establecido en sus propios documentos, que tienen que ser debidamente evaluados por el JNE.
 
El sistema democrático se basa en la pluralidad política, en la separación de poderes, en el respeto irrestricto a los derechos consagrados en la Constitución y el acceso al poder a través de elecciones. Lejos está el Movadef en fundarse en estos principios.
 
Países como Alemania y España no han permitido que su sistema democrático se vea amenazado, tomando las medidas adecuadas. En Alemania están prohibidas las ideas y los símbolos del nacionalsocialismo. En España, desde el 2003, el Batasuna, brazo político del grupo terrorista ETA, ha sido ilegalizado.
 
En nuestro caso, no es necesario aplicar los artículos relacionados a la ilegalización de los partidos políticos, puesto que el Movadef no está inscrito. Lo que corresponde, es que el Registro de Organizaciones Políticas vuelva a denegar la solicitud del Movadef, con una nueva resolución de fundamentación intachable (La República, 19 de enero del 2012).