Han pasado a la segunda vuelta los candidatos más disciplinados, con las campañas más consistentes y los que no se sumergieron en las contracampañas que agotaron a los otros, pero a la vez los de mayores resistencias. Cerca del 55% de los votos se concentraron en los dos y en los lugares más deprimidos del país los porcentajes crecen pronunciadamente. Son los candidatos que representan más claramente la insatisfacción con las políticas aplicadas en los últimos años y, casi como consecuencia, con los resultados de la democracia. Se encuentran zonas donde el Estado llega poco y, cuando lo ha hecho, ha sido de manera asistencialista. Es así que se mezclan un voto de insatisfacción (Humala) con uno de agradecimiento (Fujimori). Diez años de gobiernos posfujimorismo, con crecimiento económico sostenido en la mayor parte del período no han podido resolver las demandas más preciadas de una parte de la población, que ha castigado con valoraciones bajas la gestión de los respectivos gobiernos.
Pero la elección muestra también el fuerte desencuentro (clivaje) entre Lima y provincias. Desde hace una década quien gana en Lima no gana en el resto del país. Si Lourdes Flores ganó el 2001 y 2006, así como Kuczynski el 2011, reducían sus porcentajes cuando salían de la capital y, en los lugares más deprimidos, de manera drástica. Lo que se vive y siente en Lima no se comparte en el resto del país. Si, además, el mayor porcentaje de los votantes se ubica en los estratos que se beneficiaron proporcionalmente más del crecimiento y que son los de mayores ingresos, la comparación de quienes reciben poco o nada lleva a insatisfacciones. Pero si Lima ya no decide quién gana en la primera vuelta, sí lo puede decidir en la segunda. En esta plaza, el tercio del país, donde Humala y Keiko suman alrededor del 45%, puede estar el destino de la elección.
Esos vínculos rotos son la manifestación de la debilidad endémica del sistema partidista, pues el partido no canaliza y vincula, por lo que los votantes se adhieren (y cambian) al candidato. Pero si los dos candidatos representan aquellos sentimientos, también producen otros. El miedo y el temor aparece instalado en la mente de muchos peruanos, que la propaganda de la segunda vuelta, que polariza siempre por la propia lógica del ballottage, elevará hasta el paroxismo. Pues si a Keiko se la asocia al régimen de su padre, en donde se juntan violación de los derechos humanos y corrupción, a Ollanta se lo asocia con los llamados regímenes bolivarianos.
El largo camino a la segunda vuelta no solo estará lleno de buenas intenciones sino que el esfuerzo de ambos candidatos por atraer electores se enfrentará a los temores, miedos, fuertemente instalados. En mes y medio, todo está por hacerse y la clave del éxito se encontrará en las propias campañas, donde quien gana un voto lo pierde el otro, por lo que la polarización se impondrá de manera definitiva (El Comercio, 21 de abril del 2011).
Su analisis es correcto, pero creo es hora de opinar lo que uno piensa y decir claramente la opcion que uno escoge.
Las personas que votan por Keiko son aquellas que renuncian a su dignidad para continuar comodamente con su status.
Prefiero salir a las calles y luchar contra Humala (si hace lo que dicen los medios de comunicacion) en lugar que mis impuestos se utilicen para pagar de por vida un sueldo de presidente a una mujer que nunca trabajo en su vida y que ademas ha de gozar con el dinero que su padre se llevo del pais.
Recuerden que Alberto Fujimori fugo del pais llevando una cantidad de maletas .. que llevo ahi! … sus ternos no eran ..
Tengamos fortaleza y no voten por Keiko. Si gana Keiko seria la segunda vez que resucitamos dos cadaveres. Alan Garcia fue el primero y miren la corrupcion que hay…venden grandes extensiones de terrenos en la selva por lo bajo .. aprueban los transgenicos ….
Si Humala hubiera ganado el gobierno anterior a estas alturas ya estaria totalmente acabado y seguramente no estariamos votando por Keiko y resucitando a grupos que hicieron del gobierno un lugar para saquear los bienes del pais.
Es mejor que Humala gobierne ahora y de una vez veamos que sucede .. si no, el proximo periodo estaremos nuevamente en la disjuntiva de votar por Humala o Kenji o votar entre Humala y Alan