Lima, agosto. 15 (ANDINA). La llamada ley seca (la prohibición del consumo de alcohol 48 horas antes de las elecciones), y el uso de la tinta indeleble han devenidos en anacronismos y deberían eliminarse de las elecciones peruanas, coincidieron los analistas Fernando Tuesta y Percy Medina.
Tuesta, director del Instituto de Opinión Pública de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), dijo que en los tiempos actuales ningún país recurre ya a este tipo de medidas, salvo en el Perú.
Indicó que la ley seca no se justifica, pues si una persona se presenta ebria a votar, sencillamente la Policía no lo deja entrar, con la consiguiente omisión, y si altera el orden público, se procede a detenerlo.
Recordó que esta norma se aprobó a principios del siglo pasado, cuando había la costumbre de literalmente tomar por asalto los centros de votación, pero ahora eso ya no ocurre.
Igual sucede con la el uso de la tinta indeleble. Según dijo, las medidas de seguridad del padrón electoral son ahora tan extremas, que pensar en una suplantación del voto es prácticamente imposible, con lo cual, más que beneficios, lo que genera la tinta son molestias, porque mancha los dedos y genera gastos al erario público.
Incluso, contó como anécdota que en años recientes una escuela de Nueva York le negó el uso del local a la embajada peruana, para que votaran los peruanos, porque decía que algunos manchaban de tinta la pared, en su afán por limpiarse el dedo.
Casi en similares términos de pronunció Percy Medina, secretario técnico de la Asociación Civil Transparencia.
Coincidió con Tuesta en el sentido que son prácticas anacrónicas que con el tiempo tendrán que eliminarse, y propuso que si no se elimina la ley seca, por lo menos se le debería limitar al día de las elecciones, pues considera que 48 horas es un exceso.
Contó que finalizadas las elecciones del 2006, su organización hizo un sondeo en el interior del país, con dirigentes de partidos, periodistas y líderes de opinión, sobre la posibilidad de estos cambios, con resultados divididos.
Por ejemplo, dijo, en el sur (Cusco, Arequipa, Puno), la mayoría estaba en contra de eliminar la ley seca y el uso de tinta, mientras que en el norte y el selva (Trujillo, Piura, Chiclayo e Iquitos), eran más abiertos y estaban a favor, pues consideran que ya no son necesarias.
Medina estimó que quizás en el caso de la ley seca, se deba a la valoración que cada región le da al consumo del alcohol, mientras que en el tema de la tinta, la explicación esté por el lado que para algunas poblaciones, este elemento genera un efecto de `seguridad sicológica´.
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