A poco de ingresar al último trimestre del año, la elaboración del presupuesto general de la república, deja a muchos descontentos. Ministros, autoridades regionales ya han manifestado sus quejas. El nuevo ministro Luis Valdivia ha decidido, entre otras medidas, reducir el gasto público, para combatir la inflación, que si bien es baja comparativamente en la región, probablemente duplique
Y es que el gobierno ha logrado, en poco más de dos años, construir una paradójica ecuación: alto crecimiento económico igual a alta desaprobación de la gestión presidencial. El último sondeo nacional elaborado por el Instituto de Opinión Pública de la PUCP, muestra cifras extremadamente desalentadoras para el gobierno. Tres de cuatro peruanos desaprueban la gestión gubernamental, llegando en algunas regiones a cifras más altas.
Hay pues una relación estrecha entre opinión pública y
Así García puede exhibir cifras que hacen al Perú atractivo para invertir, pero difícil gobernar. La idea manifestada y reiterada estos días por el presidente García que
La desaprobación de la gestión presidencial, tiene un perfil claro. Si el promedio general es bajo, lo es más en los sectores populares, en las provincias y en las zonas rurales, dibujando una curva de descenso continua. No hay pues muchas respuestas que buscar. Los beneficios del crecimiento no se distribuyen adecuadamente, pues los no beneficiados resultan siendo la mayoría.
Poco más de dos años demuestra que un crecimiento económico que no está debidamente acompañado de políticas públicas que sean efectivas para combatir la pobreza y que beneficien a todos, crea frustración y malestar. Por eso, en ese ambiente de insatisfacción, otros factores vuelven violentos conflictos como los de Moquegua y la de los pueblos amazónicos. Acusar a la oposición de ser la causante de las manifestaciones que -según informe de la Defensoría del Pueblo- tienen orígenes distintos y diversos, es no reconocer que los conflictos son reales y responden, en mucho, a una política económica que crece pero no resuelve.
Mientras tanto la oposición, debilitada en el parlamento, no hace sino acompañar, muchas veces de manera oportunista, las variadas muestras de insatisfacción que, como también muestra el sondeo de la PUCP, perjudica también la opinión sobre la satisfacción sobre democracia. Hecho que es delicado, si se tiene un entorno regional en donde se cree que la legitimidad por si sola es el pasaje a la ilegalidad.
(Infolatam, 16 de setiembre del 2008)