Estos son dos de los temas que aborda de manera sistemática Pedro Planas en su libro Comunicación Política y equidad electoral.
El texto consta de dos partes (Normas para regular la campaña electoral y El acceso de los partidos a los medios de comunicación social en América Latina), producto de una comparación de las legislaciones y constituciones latinoamericanas.
En la primera parte, el autor desarrolla sus ideas alrededor de los elementos básicos de la campaña, la propaganda y los gastos electorales, para realizar algunas recomendaciones en torno al Código electoral que, finalmente, salió promulgado como Ley Orgánica de Elecciones.
La elección es un proceso que no se reduce al sufragio ni al día de la votación, sostiene Planas y con razón. Por eso, en esta parte se discute amplia y comparativamente en América Latina, el inicio de la campaña, los casos de las campañas cuando existe la segunda vuelta, la duración de la campaña, el cierre de la campaña, la regulación de las manifestaciones, la restricción de las encuestas. En este punto es interesante cuando se recuerda que siendo Francia el primer país, en 1977, en establecer restricciones para la publicación de las encuestas en el proceso electoral, a partir de una determinada fecha, lo han seguido otros países de la región. Así lo han hecho México, Guatemala, Ecuador, Uruguay, Brasil y Paraguay. Esta decisión a sido considerada por algunos medios como un atentado contra la libertad de expresión. La realidad, sin embargo, es otra. En este caso, como en otras restricciones (realizar propaganda, vender licor, etc.) el objetivo es tratar de garantizar la racionalidad de la decisión del elector. Por lo demás, sólo está prohibido de publicar aquella información sobre intención del voto y no sobre otros temas. Asimismo, es interesante la discusión sobre la neutralidad del Estado en el proceso electoral, teniendo en cuenta la proximidad de las elecciones presidenciables en nuestro país. Muchos países consagran en sus legislaciones la prohibición de participar en la campaña a funcionarios del Estado, pero es Colombia quien ha creado la interesante figura del Veedor del Tesoro, para evitar que se canalicen recursos del fondo públicos a las campañas.
Otro punto de interés se encuentra en la normatividad sobre el acceso a los medios de comunicación, que lo desarrollará, en extenso en la segunda parte del libro. Finalmente sobre los gastos electorales y el financiamiento de las campañas. Este último tiene como fundamento la importancia de los partidos en la democracia, la transparencia de los fondos y la equidad entre las candidaturas. La experiencia europea ha señalado el camino del financiamiento público. Lo interesante es que Perú, en compañía de Bolivia, Chile y Uruguay, carecen de financiamiento público. Pero, es nuestro país el que queda rezagado totalmente, pues los otros otorgan financiamiento indirecto, como Chile que entrega espacios por televisión privada, en forma gratuita, a todos los candidatos. Asimismo, en casi todos los países existen restricciones a los gastos de campaña, en nuestro país no ocurre lo mismo.
En la segunda parte del libro Pedro Planas, sistematiza y hace una tipología de las legislaciones latinoamericanas sobre el acceso de los partidos políticos a los medios de comunicación. La idea es que no se puede dejar al margen a los medios que tienen, muchas veces, un impacto decisivo en el resultado de una elección, creando, de esta manera, una inequidad en la competencia, explícitamente condenada en un proceso democrático. La mayor parte de países permiten el acceso libre y gratuito a los medios de propiedad del Estado. Sin embargo, -y el Perú, es uno de los casos más dramáticos- la audiencia de este tipo de medios es menor que los privados. Es aquí en donde está la discusión de fondo. Los primeros en oponerse a una normatividad sobre espacios de propaganda electoral y la cobertura de la campaña, son los mismos dueños de las empresas de televisión. Sin embargo, se olvida que los canales privados hacen uso de las ondas televisivas, puestas en concesión por el Estado y deben por lo tanto estar bajo el principio de la equidad en el tratamiento y oportunidad para todos los candidatos en una campaña electoral, elementos básicos para celebrar elecciones libres y justas.
Campaña y medios de comunicación conforman, de esta manera, el espacio temporal y físico de la comunicación política. Con diversas alternativas se viene enfrentando los serios problemas de la equidad electoral en este espacio comunicativo. Varias de las ideas de cómo superar esta tarea -tan discutida en nuestro país-, se encuentran definitivamente en este libro útil, del prolífico Pedro Planas.
(El Peruano, 27 de Diciembre de 1999)