Esta debe ser expresada libre y de forma pública por ciudadanos ajenos al gobierno, pero que pretenden tener el derecho de que sus opiniones influyan o determinen las acciones, el personal o la estructura del gobierno.
De esta manera, algunos sostienen que la opinión pública expresa un grado de legitimidad del gobierno, sus actos, así como de las demás instituciones. Su fuerza radicaría también en que puede provocar cambios o mantener las actitudes del gobierno. Gracias a esta idea, la opinión pública jugaría un rol de control medido sobre él. De lo anterior se desprende que existe una relación estrecha entre la opinión pública y el sistema político. A mayor apertura del sistema político mayor es el impacto de la opinión pública y viceversa. En otras palabras, una opinión pública se desarrolla plenamente en un estado de derecho. En sociedades autocráticas, la opinión pública no existe, pues no existe debate público. En este tipo de sociedades, sólo se conocen las opiniones del gobierno o las favorables a él. Así ocurrió por ejemplo, en los ex-países de Europa del Este, Chile de Pinochet o el docenio militar nuestro. En este último caso se podrá recordar que todos los medios escritos y televisivos se encontraban bajo control militar. La opinión pública no existía o era germinal. La opinión privada que se ejercía en pequeños círculos, básicamente opositores, se extendía lentamente al ritmo que el descontento ciudadano se hacía evidente. Cuando se distiende la dominación política y, particularmente, se deja de lado el monopolio de la prensa, la opinión privada o la confluencia de las opiniones privadas, se transforma en opinión pública. Bajo ese proceso aparece otro elemento de importancia capital para el desarrollo de la opinión pública: la libertad de prensa. Esta es condición necesaria para su expansión en una sociedad que busca ser democrática.
Pero, sería iluso pensar que la prensa sólo canaliza la opinión pública. También la forma o la deforma, según se existan intereses de élite muy dependientes detrás de cada medio. Pero, la opinión pública en la medida que es cambiante, dinámica, racional e irracional mostrará todos sus distintos rostros cuando es medida. Y es aquí donde se creará las condiciones para el surgimiento y también expansión de las encuestas de opinión pública. Si bien éstas se hacen conocidas por lo medios, va más allá de éstos, pero también se ve afectada. Se desarrolla así una relación de interdependencia que no es posible separar. Esto no quiere decir que no exista momentos en que cada una, opinión pública y prensa, camine por distinto rumbo. El momento más conocido fue la elección del año 90, en donde los grandes medios apostaron e intentaron crear opinión alrededor de la figura del destacado novelista Mario Vargas Llosa y no lo lograron. Hechos como éste son, sin embargo, escasos, pero no imposibles de producir.
Finalmente, si bien la medición de la opinión pública, por medio de las encuestas ha sido objeto de muchas críticas, no implica que ésta no exista. Muy por el contrario, ha servido para poner en debate su presencia y su influencia. Es esta la razón que amerita tenerla en cuenta, pero de ninguna manera crear la ilusión que gracias a ella se legitima toda acción pública.
(El Peruano, 11 de Setiembre de 1995)
Sabes que pienso de la oponion publica en le Perú , pienso que es igual a la foto que publicaste , si eres mas inteligente que lo que publicas, te daras cuenta del por que te digo esto , no veo muchos peruanos ahi .