Criticado por algunos por sus vínculos con la mafia, hoy otros quieren disputarse la herencia musical, pero difícilmente alguien pueda discutir la calidad de uno de los mejores cantantes de música popular del siglo XX. Y es que a una década de la muerte de Frank Sinatra (1914-1998), este norteamericano, hijo de migrantes italianos, logró hacer de su canto la extensión de la conversación, con sus claros fraseos, que hicieron de él –La Voz, como se le llamó- un interprete de calidad extraordinaria. Su dilatada vida artística como cantante (1300 canciones) y actor (50 películas), lo llevaron a recibir multitud de premios. Para quienes gustaron de sus canciones, les entrego un puñado de sus éxitos, que finaliza con un dueto con su hija Nancy.
Gracias a un amplísimo legado de grabaciones, yo sigo disfrutando a Sinatra como si estuviera vivo. Es más, creo que lo está porque ni sus canciones ni su estilo se hicieron para un sólo momento.
Lo de los vínculos con la Mafia no es broma. Admiraba sinceramente a quienes se habían atrevido a matar (requsito para ser iniciado en la organización) y mantenía muy cercana amistad con varios de los capos, incluyendo a Sam Giancana el mayor de los mafiosos de Chicago. Es que él había sido un muchacho debilucho de Hoboken, sobreprotegido por la madre y claro, realizaba su vocación de matón mediante terceros, que lo habían protegido a él en la calle por solidadridad étnica.
La amistad con Giancana suscitó uno de los vínculos más insólitos entre la política, la farándula y el crimen organizado. De visita donde su amigo Sam, Frank lo felicitó por la belleza de una de sus amantes… “para que están los amigos Frank… sírvete”. Con ello, la señora en cuestión viajó a varias ciudades con Frank, incluyendo Washington, quince días después y fue su pareja en una recepción en la Casa Blanca donde su amigo John Kennedy, erotómano legendario, hizo un par de comentarios de admiración… “para qué están los amigos Jack… sírvete”.
Así, durante 10 meses del mismo año calendario la aludida señora dormía alternativamente con Sam, con Frank y con Jack, cosa que tenía al Servicio Secreto muy preocupado. Es de allí, precisamente, el vínculo que permitió a Kennedy encargarle a la Mafia un par o más de los intentos de asesinato de Fidel Castro… que es el único que sobrevive a la fecha.