Hay muchas diferencias entre Alan García y Hugo Chávez, pero los une sus estilos cargadamente retóricos como parte de sus liderazgos fuertes. En ambos casos Perú y Venezuela, les quedan pequeños para el desarrollo de sus pasiones políticas, que los llevará siempre a enfrentarse. Si bien sus caminos ideológicos y políticos se bifurcan, el alto componente personal acentúa la separación.
En la campaña electoral peruana del 2006, el presidente Chávez no solo apoyó a Ollanta Humala, sino que se trenzó en un agresivo duelo verbal con el candidato aprista, Alan García, en niveles poca veces visto. La incursión chavista en las campañas electorales no fue el último, sino una forma de establecer relaciones con los que consideraba sus cercanos seguidores, como ocurrió con Evo Morales, en Bolivia, Rafael Correa, en Ecuador y Daniel Ortega, en Nicaragua.
Frente al llamado eje bolivariano, Alan García, una vez elegido, no solo trazó una línea distinta a la de Chávez, sino que desde el principio inclinó su relación hacia los países de gobiernos liberales (México, Colombia) y de izquierda moderada (Chile, Brasil), con una clara cercanía a la política norteamericana, en la búsqueda del TLC con Estados Unidos. Al interior, Alan García, ha manejado y ha pactado, en lo económico, con los sectores tecnócratas del liberalismo y el empresariado y, en lo político con el conservadurismo católico (Opus Dei) y el fujimorismo.
Pero si García se mira como un líder de alcance internacional, Chávez se lo facilita. En ese marco de freno al chavismo, se permite encabezar propuestas como las del Arco del Pacifico. Esta propuesta, la desarrolla al interior de los países que forman parte de la APEC (Corporación Económica del Asia Pacífico), en donde por cierto Venezuela, no se encuentra. El ARCO, trata de manejar dos ejes de referencia: el compromiso con el libre mercado y los valores democráticos. Sin embargo, el propósito es unir a los países latinoamericanos ribereños del Océano Pacifico en un proceso de integración económica, que busque ampliar el comercio y las inversiones con Asia. Si bien muchos de estos países ya mantienen buenas relaciones comerciales con Estados Unidos –Perú busca la firma del TLC con Estados Unidos-, aspiran a fortalecer sus relaciones y consolidarse como un bloque económico. Allí su fortaleza en el campo económico y su debilidad para enfrentar al chavismo.
Chávez, por el contrario, se retiró de la Comunidad Andina de Naciones (CAN), a quien daba por muerta. Apoya intensamente a los países de gobiernos de izquierda. Creó un proyecto de cooperación continental, junto con Cuba, llamado ALBA (Alternativa Bolivariana para los pueblos de Nuestra América), como alternativa al ALCA, promovido por los Estados Unidos para la misma región de América Latina y el Caribe. Sin embargo, su eje principal se encuentra en el ámbito de la pobreza y en la expansión ideológica del chavismo, con un claro objetivo de reemplazo al castrismo en la región.
Para países como el Perú, este es un claro problema. El ALBA, ya generó conflictos entre las cancillerías y sus numerosas oficinas en el territorio peruano (79), particularmente en regiones deprimidas y/o opositoras al gobierno aprista, cumplen los objetivos chavistas. Por lo tanto, si bien aparecen como alternativos, la competencia es por el liderazgo en la región, entre Hugo Chávez y Alan García
(Infolatam, 14 de setiembre del 2007)