Dentro de la abultada cantidad de elecciones que hay en América Latina, que van llegando a su fin, se encuentran varias sub nacionales, que reconfigurarán el poder en la región. Dentro de ellas se encuentran las regionales y municipales del 19 de noviembre del 2006. Estas elecciones regionales y municipales son, sin embargo, de baja intensidad.
Lo son pues la atención de la opinión pública es baja en comparación con las generales, en donde no solo se invirtieron la mayor parte de las energías partidarias y de participación, sino los recursos materiales y sobre todo los económicos.
Los partidos políticos no han podido presentar listas de candidatos en proporciones importantes, aun cuando en la sumatoria total pueden ganar algo, pero menos de lo conseguido en abril de este año. El partido aprista, siempre importante en el norte, tiene un clima favorable que despierta un gobierno que tiene poco más de dos meses. Sin embargo, según la encuesta última del Instituto de Opinión Pública (IOP) de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), su candidato en Lima, el invitado ex miembro de la policía, Benedicto Jiménez, no es merecedor de este clima favorable. Su condición de no aprista no ha ayudado, sino que por el contrario, lo ha limitado en el votante aprista.
En el caso del Partido Nacionalista Peruano (PNP), que quedó en segundo puesto en las generales de abril bajo la lista inscrita por Unión por el Perú (UPP), no ha podido soportar el peso de las circunstancias de ser un apartido nuevo, desorganizado, altamente personalizado en la figura de un outsider como Ollanta Humala. Producto de ello ha sido una bancada parlamentaria fraccionada, una práctica división con UPP, que ha traído como consecuencia la presentación de listas separadas en casi todo el país y con intenciones de voto muy bajos, como el caso de Lima. Su candidato, ex director del Banco Central de Reserva (BCR) y economista Gonzalo García, no ha logrado superar el uno por ciento en Lima. Al igual que la lista aprista, no hay un endose de votos, que algunos consideraban posible.
Finalmente Unidad Nacional (UN), quien logró ganar en Lima en abril último, reiteraría el triunfo en la capital, pero no de la mano del Partido Popular Cristiano (PPC) de Lourdes Flores, sino del aliado Solidaridad Nacional del actual alcalde, Luis Castañeda, que va a la reelección. La aprobación de gestión alta, como lo indica la encuesta del IOP, lo coloca en una posición inmejorable. Ni el evangelista Humberto Lay, segundo en Lima, ni el ex ministro del interior, Gino Costa, han podido colocarse como alternativas posibles.
Todo parece indicar que el 19 de noviembre no se repetirá los resultados de las generales, si bien el partido aprista logrará vencer en el norte, UN en Lima y quizá el PNP en alguna provincia, serán listas locales quienes lograrán triunfos en gran parte de los 25 regiones, 194 provincias y los 1634 distritos en disputas. Número demasiado alto para organizaciones políticas que mostrarán su lado más precario, la representación.
(Infolatam, 10 de octubre 2006)