Después de 3 años la justicia ha determinado que el jefe de la ONPE no tiene un superior jerárquico, como ha querido y quiere hacer aparecer el JNE a lo largo de estos años. Los dos, órganos constitucionales autónomos de igual jerarquía. Lamentablemente, entre los años 2000-2004, los miembros del JNE no quisieron aceptar la autonomía constitucional de la ONPE y desataron ataques contra mi persona, por lo que también se me denunció ante el CNM, denuncia que finalmente se archivo en noviembre del 2002.
Debo agradecer al Dr. César Azabache por la exitosa defensa que libró en estos 3 años, así como el Dr. Jorge Avendaño, quien ganó la causa en aquella oportunidad ante el CNM. Dentro de unos días presentaré una acción de amparo ante el Poder Judicial contra la resolución del CNM que me “removió del cargo” que ya no ocupaba y que está plagada de falsedades, mentiras y hechas por consejeros incapaces de ejercer como jueces imparciales.
Una reiterada muestra de esto es el artículo que el presidente del CNM escribió en el diario El Comercio el día 6 de julio, donde me hace culpable, al lado de los medios, del desprestigio del CNM. Una de las enseñanzas que uno saca de este paso por la administración pública es precisamente el peligro de colisionar con un sector de magistrados que, lamentablemente consideran que parte del Estado constituyen cotos cerrados de ellos. Quiero expresar mi agradecimiento a todos aquellos que me apoyaron en estos últimos tiempos para librar batallas con quienes hacen uso y abuso del poder.
(5to. Poder, 14 de agosto del 2005)