La renuncia de Tudela a dirigir las juntas preparatorias del Congreso, ha creado un serio problema a la bancada fujimorista que desnuda algo más que diferencias de apreciaciones. El poder de Absalón Vásquez no ha podido ser revertido por el mayor apoyo electoral de Tudela, lo que demuestra, además la carencia de aparato propio del nuevo vicepresidente.
La Comisión Democratizadora no ha podido mostrar capacidad de convocatoria y evitar que la oposición liderada por Toledo, sea disminuida en su capacidad de representación y canalizador de las demandas sociales y políticas. Por ello, la preocupación del gobierno por la Marcha de los 4 Suyos.
Las medidas tributarias que afectan a los empresarios mineros, no han hecho sino abrirse un nuevo frente de tensión, en el peor momento y con uno de los grupos económicos que más simpatizaban con el régimen. Este cambio de temperamento, se nota claramente, en la posición actual de Roque Benavides, presidente de Confiep.
Finalmente, la posición reiterada de Estados Unidos, aunada a la declaración de la Unión Europea y el Grupo de los 7, -para que el gobierno emprenda cambios democráticos-, hacen de un frente externo nada favorable al régimen. La mejor prueba de ello, es que quizá sólo vengan dos mandatarios, al 28 de julio. Hasta Fernando E. Cardoso, presidente de un país que mantuvo un apoyo constante a Fujimori, no viene. Pese a que la Cancillería se jugó con todo para su presencia en Lima. De esta manera, la comunidad internacional se maneja también con actos contundentes contra Fujimori.
El gobierno llega así debilitado, con pugnas en su seno, con un frente interno con nuevos enemigos, una oposición aun dividida pero no derrotada y un frente externo que aísla cada vez más al régimen. Fujimori tiene aun capacidad de maniobra, cuando la oposición involuntariamente se lo permite. Pero para tener más aliento necesita mostrar cambios efectivos. El problema es que esto significa cuestionar bases de poder, que igualmente lo debilita. Con este panorama ¿alguien puede sentir que estamos al inicio de un nuevo gobierno? Difícilmente. Quizá lo más cierto, es que esté pagando las primeras facturas de una elección antidemocrática, que le puede resultar muy cara.
(Canal N, Lima 17 de julio de 2000)