Esto no debe llamar la atención pues, hasta el objeto mismo de la Ciencia Política ha sido controvertido, a tal punto que algunos dudan que tenga un objetivo verdaderamente propio. Para algunos esta disciplina se trataría más bien de un nombre genérico de un conjunto de disciplinas especializadas, de forma tal que sólo estas últimas podrían reivindicar un campo de investigación netamente identificable. Por lo que habría ciencias políticas pero no Ciencia Política. En realidad, la demarcación de su territorio científico permitirá liberarse de las otras disciplinas con las que se encontraba confundida anteriormente, para pasar luego a singularizar su nombre: Ciencia Política.
Mucho de esta imprecisión radica no sólo en la carga normativa que conlleva su objeto de estudio, sino también a que sobre la política cualquier persona tiene una opinión, confundiendo, generalmente, el sentido común con el análisis científico de la realidad. Pero, la imprecisión está ligada sobre todo a que no existe consenso sobre la idea misma de la política, sino un variado enfoque. Desde aquellos institucionalistas que centran su atención en el Estado y sus estructuras de gobierno hasta los que consideran la Ciencia Política a aquella que trata las políticas y su aplicación, pasando por otros variados enfoques. Pero, esto que la literatura especializada revela a partir de la proliferación de posiciones divergentes sobre el tema no es, sin embargo, privativo de la Ciencia Política, sino que recorre a casi todas las ciencias sociales. Situación, que por lo demás, no lleva a una limitación de la disciplina como podría creerse sino, por el contrario, le confiere a ésta una riqueza peculiar.
Pero, a final de cuentas ¿qué es la Ciencia Política? Podríamos definirla como una disciplina académica que intenta describir, analizar, interpretar y explicar en forma rigurosa y sistemática, bajo diversos métodos, a la política, entendida ésta como una actividad generalizada en donde los seres humanos se ocupan de las instituciones, organizaciones y relaciones en las que están comprometidos la toma de decisiones y el poder en y para la comunidad. Por eso nos quedamos con Gerry Stoker, quien señala que la Ciencia Política como disciplina “la definen aquellos que la practican. A ningún lector debería sorprenderle que si hay discrepancias y desacuerdos entre los políticos acerca de qué es Ciencia Política, las haya también sobre su práctica”.
(El Peruano, 12 de Marzo de 1999)