El gobierno prosiguió con nuevos actos de represalia y restituyó la pena de muerte, luego de un atentado contra la vida de Sánchez Cerro. Haya de la Torre fue apresado y se le inició juicio. La violencia creció, hasta acabar con la vida del mismo presidente de la república quien fue asesinado, a la salida del hipódromo, el 30 de abril de 1933.
A los pocos días del asesinato de Sánchez Cerro, el Congreso decide elegir como nuevo Presidente de la República al general Oscar R. Benavides. Según Basadre, fue una elección anticonstitucional por cuento no estaba de acuerdo con el artículo 137 de la carta política, según el cual no son elegibles los ministros de estado y los miembros de las fuerzas armadas que se encuentren en servicio activo.
Poco después fue promulgada la Constitución, que tenía entre sus principales artículos: la proscripción de partidos políticos de organización internacional, con clara alusión al APRA y el PCP (art. 53); la reimplantación de la pena de muerte; otorgar el derecho de sufragio los ciudadanos que sepan leer y escribir, hombres mayores de 21 años y los casados mayores de 18 años. Las mujeres, en elecciones municipales, mayores de 21 años o las casadas aunque no hayan cumplido esa edad (art.86); se establece que la composición del congreso es de dos cámaras. La de diputados, elegida por 5 años, renovándose íntegramente. La del senado, con un período de 6 años, se renueva por tercios, cada dos años; el presidente de la república es elegido por sufragio directo. Para ser elegido se requiere obtener la mayoría relativa siempre que ésta no sea menor al tercio de los votos válidos. En caso contrario elegía el Congreso entre los tres candidatos más votados (art. 138); el cargo presidencial dura 5 años, siendo modificado luego por 6 años. No hay reelección presidencial inmediata; toda reforma de la constitución se hará por medio de dos legislaturas ordinarias y se requiere la mayoría de los votos del número legal de miembros de cada una de las cámaras; se establece la representación de las minorías, a través de la lista incompleta.
Fracasada la revolución aprista del 32 y asesinado Sánchez Cerro, Oscar R. Benavides -por segunda vez- asume el gobierno provisionalmente. Los partidos aprista y comunista estaban excluidos del juego político en la medida en que se les aplicaba el artículo 53 de la Constitución dictada en 1933, que prohibía participar en política a aquellas organizaciones de naturaleza internacional. Se abría así, de manera clara, lo que se denominó el tercer militarismo.
(El Peruano, 01 de Abril de 1998)