Esto se demostró claramente en la década del 30. En aquel período es posible apreciar como el conjunto de las organizaciones creadas -si bien tuvieron algunas diferencias-, concentraban también un conjunto de afinidades. En su forma clásica el partido político presupone una representación parlamentaria como campo de lucha y un derecho de sufragio parlamentario como instrumento. A medida que el sufragio se iba ampliando y, por lo tanto, la competencia por el poder se tornaba más rigurosa y dura, la organización se hacía más estable y definida. En nuestro caso, a través del sufragio, se excluía a la gran mayoría de la sociedad, pues es la época del sufragio censitario en donde sólo las clases dominantes tenían acceso al poder político. El conjunto de capas y clases sociales populares estaban marginadas del juego político. El partido político de notables es así el primer tipo de partido. Históricamente se basa en que sus miembros son individuos con intereses materiales, económicamente dominantes y, por lo tanto, de gran poder e indiferencia social, actuando fundamentalmente en y desde el parlamento. El número de sus miembros es, por lo general, escaso; generalmente los necesarios para cubrir los puestos políticos en caso de llegar al poder o administrar parte de él. Su organización de base es incipiente y se reúnen alrededor de un personaje político. Se trata del caudillo, que le imprime un sello especial a la actividad del partido, que solía funcionar como club o casino. En general tenía una organización flexible, disciplina mínima y reducida burocracia.
Este tipo de partidos oligárquicos, o de notables, estaba financiados por grupos oligárquicos que una vez en el poder buscaban la retribución. La relación con los grupos en provincias era escasa, la actividad se circunscribía preferentemente a Lima. Son, en resumen, partidos más de intereses que de principios, más pragmáticos que ideológicos, de élites y no de masas. Este tipo de partido político va a morir con la caída de la Patria Nueva, para dar paso, a inicios de la década del 30, al partido de masas.
(El Peruano, 26 de Febrero de 1998)
Muy bueno!!!