La representación política y el distrito electoral único

A lo largo de nuestra historia republicana hemos elegido a nuestros representantes al parlamento de tres maneras distintas: a nivel provincial (generalmente diputados), departamental (diputados o senadores) y nacional (constituyente o senadores). Es decir hemos utilizado indistintamente circunscripciones de diverso tamaño.

Ahora está en práctica la circunscripción electoral o distrito electoral y por qué la variedad entre una u otra? Es aquella parte o el total de un territorio que constituye la base para que los votos válidos se distribuyan entre un número determinado de bancadas. En otras palabras, se trata de señalar cuántas bancadas se reparten en cada espacio territorial. La delimitación de la circunscripciones se realiza conforme a criterios demográficos y/0 territoriales. Generalmente, la división por este segundo argumento tiene en cuenta consideraciones políticas-administrativas en un país-

La circunscripciones, en términos generales, pueden dividirse en uninominales y plurinominales. Estas últimas pueden ser pequeñas (de dos a cinco), medianas (de seis a diez) y grandes (más de diez escaños). Cuando mayor es la circunscripción, tanto mayor es la proporcionalidad. En los sistemas electorales mayoritarios, como en Estados Unidos, se utiliza circunscripciones uninominales en todo el territorio nacional. Es decir, se divide al país en 434 distritos electorales en los que eligen un solo candidato. El problema de este sistema es que pueda existir un partido que siempre quede en ningún caso obtenga una sola bancada. En el sistema electoral proporcional no ocurre esto, pues las circunscripciones son de tamaño mayor a uno. El problema es cuántas bancadas se le otorga a cada circunscripción, digamos departamentales. Una distribución adecuada es atender, de manera estricta, a criterios demográficos. Pero en otros casos no es así y, por el contrario, se manipula esta distribución. Se han presentado casos de manipulación de esta división para obtener ganancias extras, hecho que recibe el nombre, en el argot electoral, de gerrymanderyng. Por eso, los cambios es los tamaños de la circunscripciones electorales pueden implicar un cambio del sistema electoral.

En muchos casos se acostumbra a delimitar las circunscripciones de acuerdo con las ya formadas por la división político-administrativa. Esta situación hace que existan algunas distorsiones en la medida en que muchas de las demarcaciones territoriales en América Latina, particularmente en el pasado, se realizaron según los intereses políticos o de otra índole los caudillos y caciques locales, siendo su efecto mayor en los sistemas mayoritarios.

El efecto en el resultado electoral es inmediato, pues se tiene circunscripciones con menos (o más) bancadas que les corresponden por el tamaño poblacional de ellas, perjudicando (o beneficiando) al o los partidos que tienen fuerza electoral en aquellos distritos electorales. Una desproporcionalidad alta entre y votos y escaños en circunscripciones electorales afecta el principio de igualdad en el sufragio, favoreciendo a un partido en detrimento de otros. Así ocurrió en los ochenta: AP con el 39 por ciento de los votos obtuvo el 54 por ciento de las bancadas en la cámara de diputados, en 1980. Por su lado, en 1985, el PAP con el 49 por ciento de las bancadas en la cámara baja, recibió el 59 por ciento de los escaños. Todo ello debido a una errónea distribución de escaños por distrito electoral.

Existen cinco países en el mundo cuyos territorios nacionales en su conjunto constituye la única circunscripción: Israel, Mónaco, Países Bajos, Paraguay y Perú. Salvo nuestro caso, el resto se trata de países pequeños. El problema que tenemos a partir de este año, con la circunscripción única, es que existen departamentos que no están representados y otros con más de lo que debían. El legislador peruano debe considerar la posibilidad de cambiar el tipo de circunscripción a las plurinominales, pero respetando estrictamente el tamaño de los departamentos u otro formato de distrito electoral, para que no ocurra lo de la década pasada y así tener un país mejor representado

(El Peruano, 14 de noviembre de 1995)

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