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PACHAMAMA RAYMI

En 1986 me encargaron dirigir el Proyecto Integral Canas (PIC), un proyecto de inversión en desarrollo de cuatro comunidades de la provincia alta del Cusco, Canas. La entidad responsable era el Instituto de Apoyo Agrario (IAA) que hasta entonces había sido una ONG de promoción de la organización y el liderazgo campesino a través del apoyo a comunidades campesinas, sus federaciones, programas radiales y escuelas campesinas.

El concepto del proyecto era muy convencional. Comprendía algunas obras de saneamiento, asistencia técnica y el plato de fondo, obras de mejoramiento de riego. Una de las cosas que aprendería entonces, es que el riego comienza en la parcela y no en la bocatoma. Que lo primero era regar bien antes de emprender cualquier obra de mejora de la infraestructura. Los comuneros regaban mal, no preparaban el suelo y erosionaban sus parcelas que estaban por lo general en pendiente.

En esos años, la cooperación holandesa financiaba un proyecto en Cusco denominado PRODERM. Un ingeniero holandés, Guillermo Van Immerzeel, había desarrollado una nueva modalidad de capacitación dirigida a mejorar el riego parcelario. Identificó que en la campiña arequipeña se encontraban los mejores maestros de riego en el sur peruano a los que se conocía como kamayocs. Pidió el apoyo de estos agricultores especializados para enseñarle a regar a los campesinos cusqueños y encontró que la mejor manera de preparar el suelo para el riego era que los conocimientos los transmitieran otros campesinos, capacitación campesino a campesino, y que el aprendizaje sería más eficaz si se hacía de manera competitiva y en un ambiente festivo. Esto dio lugar al Unu Kamachic Raymi.

Tan impactante eran estos encuentros que decidí aplicarlos a las comunidades con las que venía trabajando en Canas con resultados igualmente muy positivos. Los campesinos aprendían a componer la tierra y podían usar de una manera más eficaz el agua en riego.

A Guillermo se le ocurrió que esta misma metodología se podía aplicar a todas las actividades de los campesinos y que para todo tema era posible identificar entre los propios campesinos, a quien sabía hacer las cosas de mejor manera y podía enseñar a sus hermanos a mejorar sus prácticas. Los que saben son conocidos como los yachac y los que enseñan los yachachic.

El primer paso era descubrir quienes eran los que hacían mejor las cosas y podían enseñarlas, sea a cultivar, a criar animales, a injertar plantas, a transformar sus productos, pero también a mejorar sus viviendas, con cocinas mejoradas y otros cambios. Como se trataba de diversos temas que tenían que ver con la vida de los campesinos, se consideró que estos aprendizajes significaban mejorar las relaciones con la Pachamama (la madre tierra), por lo que la metodología se denominó Pachamama Raymi.

Guillermo la implementó un año con el PRODERM que ya concluía, luego la llevó a un proyecto en Bolivia que se denominó PAC y tuve la oportunidad de evaluar, y finalmente lo usamos como la metodología central del proyecto FIDA (Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola) – MARENASS (Manejo de Recursos Naturales en la Sierra Sur), que se ejecutó en Apurímac y Cusco. El proyecto fue muy exitoso y luego imitado con igual éxito por otros proyectos de modo que la metodología se hizo popular por su efectividad.

Los concursos eran entre comuneros, entre comunidades y entre yachachiqs. En el caso del MARENASS se agregó otro concurso inicial denominado los mapas parlantes que eran un eficaz medio para planifica las acciones en cada comunidad. Sobre el mapa de la comunidad se dibujaban tres versiones, una sobre como recordaban que había sido la comunidad en el pasado, otra sobre el presente y sus falencias, y una tercera sobre como debería ser la comunidad, el futuro deseado. Este trabajo colectivo fue muy importante para animar a los comuneros a participar del proyecto consiguiéndose tasas de participación muy elevadas e impactos duraderos.