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REGULACIÓN PÚBLICA

Establecer un razonable nivel de intervención del Estado en la economía es un debate que tiene para largo. Hay posiciones extremas, como en todos los aspectos de la vida, que muy pocos pueden tomar en serio. El argumento fuerte en contra es que la intervención estatal desincentiva la participación de los privados, lo cual da como resultado una participación muy por debajo de su capacidad o, como decimos los economistas, “muy por debajo de la frontera de producción y consumo de las sociedades”. Una de las manifestaciones más importantes de la intervención pública en la economía es la regulación. Para esta escuela de pensamiento, la máxima en este enfoque es que la mejor regulación es la que no existe.

La amplia mayoría considera, en cambio, que la intervención pública es indispensable y hasta puede admitir que es un grave inconveniente, pero es lo que es. En efecto, la intervención económica pública les cuesta a los bolsillos de los ciudadanos y el resultado no siempre es óptimo o plenamente deseado. No obstante, si es necesaria la intervención del Estado en la economía, ¿cuál sería la mejor forma de intervenir para que contribuya al bien común? La respuesta más aceptada es la regulación. Si esto es así, la discusión giraría en torno a cuál es el grado de regulación aceptable y eficaz.

La respuesta es difícil y varía de forma notable entre un país y otro, así como el momento en el que se discute. Pero la utilidad de la regulación debe sustentarse en sus beneficios. Esta se determina al aumentar, de manera convincente, los argumentos a su favor, para demostrar que los inevitables riesgos y costos asociados (contingencias) son menores que los ahorros y la salvación de los ciudadanos. Deben ser situaciones en las que, en términos económicos y fácilmente medibles, se demuestre que hay una relación positiva beneficio-costo. Que el último criterio teórico sea también práctico porque se cuenta, o se contaría en un tiempo razonable, con los especialistas y los medios para que la regulación sea efectiva. En cambio, debería descartarse si se prueba, sin lugar a dudas, que el costo es mayor que el beneficio, dejando la decisión al momento en que esta conclusión admita réplica o la experiencia mundial aporte tantas evidencias que no admita dudas.

Llegado a este punto, acordamos determinar, con ejemplos convincentes, al menos diez casos en los que la regulación pública era necesaria. Las propuestas que se reunieron fueron escritas e incluidas en esta columna como un listado fruto de una especie de lluvia de ideas, sin orden ni concierto, y sin pretensión de ser exhaustiva.

  • Un componente fundamental en la transacción económica entre, por lo menos, dos personas es la identidad de los participantes. Esta debe ser establecida inequívocamente y, para ello, se requiere un documento personal emitido por una entidad fuera de toda sospecha. En el caso del Perú, es el DNI, emitido por el Reniec, una entidad pública.
  • Las fronteras no existían hasta que los humanos se las inventaron. Cuando una persona cualquiera debe o desea cruzar una frontera, está obligada a identificarse en el país que abandona y en el que ingresa. Por esta razón, necesita el pasaporte emitido por la autoridad de migraciones, como es el caso de la Superintendencia Nacional de Migraciones en el Perú, una entidad pública.
  • Cuando se conduce un vehículo por alguna vía pública, se debe estar en capacidad de acreditar que se cuenta con la competencia necesaria. La forma de hacerlo es con el brevete, que debe estar registrado en el MTC. Cuando se trata de choferes especializados para servicio público y transporte de carga, se expiden brevetes especiales.
  • En el momento en el que un nuevo ser abre los ojos, debe ser identificado con un nombre y consignar los datos de sus padres, fecha de nacimiento, testigos, el facultativo que lo atendió, direcciones y algún otro dato. Eso lo hace la municipalidad y se denomina partida de nacimiento. Si no se hace, para todo efecto práctico y estadístico ese bebé no existe.
  • Cuando dos personas deciden formalizar su relación asumiendo iguales derechos y deberes, acreditan el nuevo estado civil ante la municipalidad, que registra un certificado de matrimonio. El nuevo estado genera una nueva entidad para la sociedad: la sociedad conyugal.
  • Para el cuidado de la salud, se emplean medicamentos. Alguien tiene que certificar que el medicamento es efectivo, porque ha sido probado y no entraña ningún riesgo para quien lo usa. La idea es impedir que se pase por medicamento la “agüita arracimada” de Hernán Condori y otras estafas. En los Estados Unidos, esa labor la cumple la poderosa FDA. En el Perú, la modesta Digemid, una entidad pública.
  • Para atender a un enfermo o accidentado, se necesita de un especialista que haya sido preparado para tal fin. Este es el caso de los médicos, odontólogos, obstetras, enfermeros u otro personal de salud. Estos especialistas ejercen sus nobles profesiones amparados en un certificado emitido por una entidad competente y a nombre de la nación. El paciente tiene el derecho de exigir que esa competencia sea acreditada para evitar que quien lo trate sea un charlatán, un seudo cirujano plástico, curandero o brujo. El posible certificar el registro del especialista en una base de datos pública disponible en la Sunedu.
  • Como sucede en el caso del personal de salud, en otras profesiones, como derecho, gestión, ingeniería, docencia y un largo etcétera, se deben acreditar las competencias con un título expedido por un centro de educación superior a nombre de la nación, y para algunas profesiones se requiere, adicionalmente, de una colegiatura. Detrás de ese título hay una organización educativa que puede demostrar que el profesional asistió a clases, rindió exámenes, que existen actas y que el título fue entregado con la aprobación, dada por un jurado competente, de una tesis y/o un examen de grado. Y un detalle adicional, que la o las tesis tienen que estar disponibles para quien lo quiera comprobar. Por eso, son registradas, de manera obligatoria, en la Sunedu.
  • La educación básica, primaria y secundaria también es certificada por la escuela y colegios en los que se impartió la educación. No es posible pasar de un grado a otro sin que se emitan las certificaciones, instrumentos públicos que supervisa el Minedu tanto para unidades públicas como privadas.
  • Cuando se circula con un vehículo por la vía pública, el conductor debe estar en condiciones de poder demostrar que su unidad es de su propiedad o que el legítimo dueño le ha autorizado a usar el vehículo. Esto se evidencia mostrando la tarjeta que acredita la propiedad ante los Registros Públicos, una entidad pública.
  • Si un conductor estrella su vehículo o atropella a un peatón, debe pasar por el dosaje etílico, el cual consiste en un examen de sangre que indica el contenido de alcohol que circula por la sangre. Si este sobrepasa el límite razonable, que es público, entonces el conductor habrá cometido un delito, se le anulará el permiso de conducir por algún tiempo (o definitivamente, si es reincidente) y deberá pagar una indemnización. Si su vehículo cuenta con seguro, este no autorizará la indemnización, porque una cláusula expresa de los contratos de seguros es que los conductores no pueden ingerir alcohol si van a conducir porque ponen en riesgo a terceros. Esto incluye el SOAT.

En este punto, nos dimos cuenta de que habíamos sobrepasado nuestra meta de diez regulaciones, y que continuar podría hacer muy pesada la lectura de esta columna. Así, decidimos detenernos y prometernos que, en una siguiente columna, completaríamos la lista, aunque sospechamos que se requerirá más de una nota adicional.

Publicado en:

1. Web: https://departamento-ciencias-gestion.pucp.edu.pe/noticias/regulacion-publica

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CIENCIACTIVA Y LAS UNIVERSIDADES NACIONALES

En el 2016 estaba encargado de la Dirección Ejecutiva del Fondo Nacional de Desarrollo Científico, Tecnológico y de Innovación (FONDECYT) que por entonces lo llamábamos Cienciactiva. Este era un organismo independiente, un brazo financiero del Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e innovación Tecnológica (CONCYTEC). En esos años, Cienciactiva había logrado asegurar importantes recursos para cofinanciar programas de investigación y financiar becas de doctorado en el exterior.

Ese mismo año se había elegido nuevas autoridades en las universidades públicas como resultado de la promulgación de la ley universitaria, y entre la plana de rectores se había incluido la de Vicerrector de Investigación. Muchas universidades del interior del país que recibían canon minero, no habían hecho inversiones en investigación y los fondos estaban parqueados como recursos destinados, pero sin uso. A lo sumo se había comprado equipamiento, parte del cual ni siquiera había sido puesto en valor, y las pocas investigaciones financiadas habían sido seleccionadas de manera arbitraria por las anteriores autoridades y con poco éxito.

Una de esas universidades con canon y sin inversión, era la más grande del país fuera de Lima, la Universidad Nacional de San Agustín (UNSA) en Arequipa. Esta contaba con ingentes recursos que recibía de la mina Cerro Verde pero que no se gastaban. El equipo rectoral nos buscó para solicitarnos nuestra ayuda en los procesos de convocatoria, evaluación y selección de proyectos por financiar. Tuvimos la oportunidad de conversar con el Viceministro de Economía consultándole cómo podríamos hacerlo. Su respuesta fue bastante clara. Pueden ayudarlos, pero ese dinero lo administra la propia Universidad. En otras palabras, Cienciactiva determinaba a quienes se les financiaba, pero el dinero lo administraba la propia Universidad. Esta a su vez, pagaba a Cienciactiva por el trabajo de promoción de los concursos internos y a los evaluadores externos internacionales que contrataba Cienciactiva.

El resultado fue espectacular. Se convocaron los concursos, se presentaron muy buenas propuestas y muchas de ellas fueron calificadas y financiadas. De un día para otro, la UNSA tenía a su cargo diferentes investigaciones en diversos temas y además comenzó a publicar en revistas científicas aumentando su producción científica de modo notable

Los éxitos alcanzados por la UNSA motivaron que la Universidad San Antonio Abad del Cusco (UNSAC) que también tenía muchos fondos e canon, se interesara en el esquema que también fue implementado en esa universidad. A otras universidades se hicieron visitas con el mismo fin como fue la Universidad Nacional de Trujillo (UNT), de Tumbes, del Santa, de Tacna (Jorge Basadre). Las demandas desbordaron a Cienciactiva pero se consiguió desbloquear el uso de fondos y se puso en ruta a las universidades nacionales para devolverles su vocación científica.

Luego sobrevinieron cambios en CONCYTEC y el proceso se hizo más lento. Había temas de orden administrativo que no encontraron un adecuado tratamiento y todo esto interrumpió los procesos. Sin embargo, las propias universidades encontraron el modo de realizar sus propios concursos internos y rodearlos de garantías en la asignación de los recusos. Fue una intervención concentrada pero muy fructífera en muy corto período de tiempo que demostró como la cooperación entre organismos del propio Estado podía dar buenos resultados.

BUKELE EL SHERIFF

El 2010 visité por primera vez El Salvador. El viaje fue en la aerolínea Copa, después de hacer una escala en Panamá. Del aeropuerto me llevaron a un hotel cómodo, pero con pocas habitaciones. Me advirtieron sobre los problemas de seguridad en San Salvador, la capital. Solo podía desplazarme del hotel a un moderno centro comercial situado al frente. El barrio donde se encontraba el hotel era conocido como la zona rosa. Nunca supe por qué. La advertencia puso especial acento sobre el transporte público, omnibuses, combis -como le llamamos en Perú a las camionetas rurales-, o taxis. Todos mis desplazamientos a, o desde, la oficina FAO, se efectuaban en autos oficiales o taxis seguros contratados por la oficina. En el hotel aprendí a usar el Skipe para comunicarme con Lima.

Participé en dos estudios por encargo de FAO. El primero era un proyecto convencional, de asistencia técnica con distribución de insumos a favor de las familias campesina. El segundo, en cambio, refería a una política pública que se venía ejecutando por años y, que consistía en distribuir entre estas mismas familias, de modo gratuito, semillas de maíz y frijol acompañadas de una bolsa de fertilizantes. Se quería saber qué impacto estaba generando esta política. Se aplicó una encuesta con el marco muestral del Censo Agropecuario, que concluyó en que muy pocos de estos insumos eran efectivamente empleados por las familias campesinas y que, por el contrario, se había conformado un mercado informal en el que se transaban estos insumos a precios a veces irrisorios. Como es de imaginar, esta constatación no fue muy del agrado ni de los funcionarios de Agricultura ni de los miembros de la Asamblea Legislativa salvadoreña.

Finalmente, y de manera complementaria, participé en la organización de un evento sobre innovación en el sector agrario; una novedad por esas tierras. Fue mi última actividad en El Salvador. Por entonces Nayib Bukele, un descendiente de palestinos, era solo conocido por haber desempeñado la función de alcalde en Nuevo Cuscatlán, a lo que siguió su entronización en el municipio capital. Ambas funciones fueron asumidas en representación del entonces partido gobernante, el FMMLN. Para acceder a la primera magistratura de la nación dejó de lado el partido oficial, siendo elegido encabezando la Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA).

Bukele se enfocó entonces en el tema de seguridad. Tras un intento inicial de acercamiento a las Maras[1], decidió enfrentarlas frontalmente. En febrero de 2020, siguiendo un guion muy conocido en América Latina, dio un autogolpe, y destituyó a los magistrados del tribunal constitucional y al fiscal de la nación. Esta posición la adoptó a partir de la militarización de la Policía Nacional a la que convirtió en su principal aliada en el poder. Con ella conminó a los asambleístas e introdujo cambios en la Constitución, asumiendo las características de un gobierno de mano dura, autoritario.

El 31 de enero de 2023, Bukele presentó el Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT), un recinto carcelario de máxima seguridad ubicado en el municipio de Tecoluca (San Vicente) y que cuenta con una extensión de 1.6 km² y una capacidad para 40 000 reclusos. Para publicitar su imagen presentó a los que serían integrantes de las maras, en paños menores, con el torso desnudo y sometidos a tratos vejatorios. No obstante la extrema violencia con que se han conducido estas pandillas, en este caso se actuó contra el debido proceso y los derechos de las personas. Por el momento esta estrategia le ha funcionado y tiene una altísima aprobación además de los grupos dominantes de Centro América. Recientemente ha sido imitado por la presidenta de Honduras.

Es un claro ejemplo de cómo se puede manejar un país agotado y con miedo, para convertirlo en un dócil peón de un gobernante sin escrúpulos. Este mismo gobernante ha tenido la desfachatez de forzar el uso de los bitcoins en su país, algo que ningún otro gobernante ha considerado siquiera. Como ocurre en estos casos, cuando la borrachera nacionalista y autoritaria se disipe, los salvadoreños se encontrarán con nuevas y más vastas complicaciones.

Seguridad

No hay que llamarse a engaño. El estilo prepotente de Bukele despierta muchas simpatías entre la población asediada por la delincuencia cada vez más violenta y, esto es especialmente fuerte en Centro América. Una manera de enfrentar este tema es la mano dura, construir un Estado policiaco – militar, emplear paramilitares, desconocer los avances en derechos humanos que ha dado la humanidad en su conjunto. Y establecer la arbitrariedad como forma de gobernar.

¿Por qué han proliferado las pandillas en Centroamérica? Porque esas sociedades no son capaces de ocupar a la mayor parte de sus miembros en labores útiles generadoras de ingreso. Porque sus miembros provienen de familias disfuncionales y no han tenido oportunidad de pasar por un sistema educativo medianamente útil para formarlos para la vida. Y porque esos lugares son espacios de transición para el tráfico, principalmente de drogas con destino a Estados Unidos. Nada de lo dicho exonera a estos individuos, considerados cada uno de modo independiente, en su responsabilidad por optar por el crimen.

Hoy mismo en Perú, asistimos a un aumento de la inseguridad y violencia criminal como no hubo nunca. A la delincuencia local que no se diferencia en nada de lo que se ha descrito para Centroamérica, se suma la presencia de criminales aviesos que son la podredumbre que ha creado y expele el chavismo de Venezuela, como el denominado “tren de Aragua” cuya presencia no solo está afectando al Perú, sino que extiende sus acciones entre Colombia, Ecuador y Chile, no solo imponiendo sus métodos, sino reclutando en estos países, a más criminales.

¿Cómo parar esto? No tengo una fórmula, pero hay ciertas ideas que, sugiero, deberían ser consideradas:

  • Mantener al Estado peruano como república democrática, en la esfera de los derechos humanos y sus instituciones internacionales. Esto significa no recurrir a la pena capital, pero sí defenderse con medidas punitivas duras y disuasorias en el frente interno.
  • Entender que esta es una labor policial y solo puede combatirse con más policías preparados con las técnicas modernas, para investigar y perseguir el crimen. Se requiere más presencia policial profesional y una colaboración muy activa con las policías de otros países pues el crimen se ha internacionalizado.
  • Los mandos policiales deben ser respetados en su autonomía, de modo que puedan desarrollar una carrera de méritos que sea debidamente compensada.
  • La judicatura, sea de los encargados de la investigación criminal, los fiscales, como de los jueces, que son los que expiden las sentencias condenatorias o absoluciones, debe ser fortalecida con más miembros de carrera, personal auxiliar, soporte tecnológico y colaboración internacional.
  • Es indispensable construir más centros de reclusión que se distingan por su dureza. Aquellos reincidentes y criminales incorregibles, deben recibir las penas más drásticas, imponerles el aislamiento de modo que lo que resta de su condena sea una oportunidad para que mastiquen su vileza.
  • En cambio, es importante recuperar el sentido de readaptación de los condenados primarios a través de la educación y el trabajo. Estas prisiones no tienen por qué ser espacios para el vejamen, pero tampoco para el aprendizaje delictivo. Las condiciones carcelarias deben ser duras, con aislamiento, pero se pueden combinar adecuadamente con espacios de socialización controlada en actividades deportivas, artísticas, culturales, educativas y de trabajo.
  • Sin duda la idea capital es cómo educamos a la población y a las nuevas generaciones. Los formamos con valores, les damos las condiciones para su desarrollo personal o nos limitamos a aceptar que cada cual siga la ruta que crea más conveniente sometidos a una serie de estímulos que lo conducen a la vida fácil y criminal. Hay que meterse con los hijos de la sociedad y no dejarlos desamparados.

[1] Mara Salvatrucha (MS, Mara, y MS-13) es una organización conformada por varias pandillas criminales de alcance internacional, dedicados al narcotráfico, extorsión, contrabando de armas, secuestro, robo y sicariato.

NOTAS SOBRE LA PEQUEÑA PRODUCCIÓN AGRARIA

En los años 70 fui un activista sindical y por mi formación trotskista, era obrerista. Desde esa perspectiva tenía muy claro el problema de lo que la izquierda denominó clasismo, para situarse en una perspectiva de lucha de clases. Para entonces consideraba que en lo esencial, el problema campesino o indio al que se refirió en sus escritos Mariátegui, el de la tierra, había sido resuelto en lo esencial y que las luchas campesinas que se libraban e la segunda parte de los 70, eran los últimos esfuerzos de los pocos que habían quedado excluidos o a los que se les había entregado muy poca tierra.

En los años 80 ingresé al Diario de Marka y allí tuve algunas experiencias con el tema campesino: el primero fue el de la parcelación de las cooperativas agraria que había conformado el gobierno militar. Era reacio a esta parcelación porque consideraba como economista, que eso descapitalizaba a los productores, no permitía la división del trabajo ni la producción a escala y los ponía a merced de los intermediarios. Sin embargo, las estructuras verticales y autoritarias con las que se construyeron estas empresas asociativas, no resistieron el proceso de las parcelaciones. Este continuó de manera fue irreversible y ante esta situación, la nueva izquierda que estaba más vinculada a los movimientos campesinos, no se pronunció mientras que los herederos del velasquismo se oponían a la parcelación. Sin embargo, debe decirse, esta parcelación aumentó en el corto plazo, los rendimientos y la productividad en los valles costeros, pues los parceleros propietarios se abocaron a recuperar ingresos con una mayor productividad. Tuvieron además el apoyo del Banco Agrario que financiaba la instalación de sus cultivos, y de un gran servicio de extensión agraria público, el INIPA.

Estos parceleros fueron principalmente algodoneros dando una continuidad a este cultivo, sobre todo en la zona norte y central del país. También se hicieron arroceros aprovechando la fuerte promoción del cereal por parte del estado desde los años 40, así como el desarrollo de la infraestructura para el pilado de arroz por empresas privadas. Los que estaban más cerca de la ciudad se dedicaron a la producción de verduras, de pan llevar y al engorde del ganado vacuno procedente de la sierra, para lo cual empleaban la chala, una variedad del maíz blanco. Diferente fue el caso de las cooperativas azucareras que resistieron la parcelación al ser empresas que integraban la parte agrícola cañera con la molienda y algunos subproductos como el cañazo y el ron. Estas finalmente, serían privatizadas malamente en el gobierno de Fujimori.

Muy diferente fue la situación en la sierra donde se desarrollaba por entonces, la guerra senderista. Gustavo Gorriti escribió un libro que llamó un “Sendero, Historia de la guerra milenaria”. Por entonces, yo había retomado estudios superiores de historia en la PUCP centrándome en la conformación y cultura andinas. Lo cierto como después se comprobaría, es que los dirigentes senderistas tenían limitados nexos con los campesinos ayacuchanos. Eran sobre todo profesores universitarios y de escuelas y los campesinos que terminaron involucrados en la guerra senderista, se ubicaron en esos lugares por cuestiones más bien circunstanciales, en un escenario en que algunas comunidades apoyaban y otras combatían a sendero.

A mediados de los 80 me hice cargo de una revista denominada “Proceso Económico” que estaba próxima al equipo de gobierno de Alan García. Debe decirse que el tema agrario tenía un papel fundamental en el plan de gobierno de ese primer García. La intervención en precios, aranceles, subsidios, crédito interés cero para el Trapecio Andino, las inversiones microregionales y la transferencia de recursos del Estado a las comunidades campesinas a través del Rimanakuy, marcaron esas políticas. Preparé con la información que disponía, un informe bastante completo que interesó al CEPES. Esta ONG me reclutó y por un mes ya instalado García, continúe haciendo algunos análisis bastante favorables a la política agraria del nuevo gobierno. El año 1986 partí al Cusco a desarrollar un proyecto de desarrollo integral, bastante convencional (infraestructura social, de riego, promoción) con comunidades campesinas de la provincia de Canas. La visión que tenía por entonces de las comunidades era por decir lo menos, ingenua. Veía a los campesinos como una clase con intereses comunes, sin diferenciación entre ellos y comportándose de modo solidario en los aspectos cruciales de sus vidas. Pronto me percate que eso no era así. Que había grandes rivalidades con las comunidades vecinas, que estas eran consecuencia de las diferenciaciones internas, en el acceso a los recursos. Las comunidades funcionaban como caseríos con un presidente que se encargaba de asegurar las labores comunes para el mantenimiento de la infraestructura, el funcionamiento de la escuela y en algunos lugares de una posta, los caminos de acceso, de las fiestas patronales, de las relaciones con los municipios distritales o provinciales, algunos de los cuales eran parte de los terrenos de las comunidades, de la relación con otros organismos del Estado y con los proyectos de cooperación nacionales y extranjeros. En esos años, varios dirigentes campesinos accedieron como alcaldes.

Por entonces se forjó la idea de una vía campesina que se asumía como un empoderamiento de las comunidades, un aumento de su capacidad de negociación económica y social con el resto de la sociedad. Se asumía que no había divisiones internas entre los campesinos y estos asumían una misma identidad clasista la que se expresaba en sus movilizaciones, su presencia en eventos nacionales y en reivindicaciones por medidas en cuanto a precios y servicios del Estado que no los alcanzaban.

Es importante recordar que en esos momentos dos autores fundamentales alimentaron involuntariamente el campesinismo. El primero fue Adolfo Figueroa, que escribió su libro “La economía campesina de la sierra del Perú”. En este extraordinario libro, Figueroa propone la idea de que los campesinos andinos son eficientes. Él se refería al hecho que los campesinos disponían de los pobres recursos con que estaban dotados para maximizar el ingreso familiar. Por ejemplo, si cultivaban papa y efectuar el aporque aumentaba el rendimiento del tubérculo, era preferible migrar en el período del aporque (verano lluvioso en la sierra) pues lo que se recibiría como ingreso por diversas labores, sería mayor que lo que le proporcionaba el aporque en términos de productividad. Eran eficientes económicamente, pero agricultores deficientes, con muy bajos rendimientos. El otro trabajo fue el de José María Caballero (“Economía agraria de la sierra peruana: antes de la reforma agraria de 1969”). Con una mirada más macro, sostenía que la extrema fragmentación natural que imponía la sierra a sus pequeños productores había sido muy útil antes de la llegada de los españoles con sus técnicas más avanzadas pero desarrolladas para unidades agrarias de mayor tamaño. La fragmentación a la que hacía referencia Caballero, se correspondía con lo que Murra denominó el control vertical de los Andes y la complementariedad de las comunidades sin necesidad de recurrir a relaciones mercantiles. Caballero sostenía que ese tipo de complementariedad productiva era posible restablecerla en el presente.

Todavía en la última parte de los 80, el problema de la tierra se reactivó en Puno. Las últimas conformaciones cooperativas y SAIS que habían sobrevivido en Puno, fueron desmanteladas y toda la tierra fue repartida entre los comuneros. Aun cuando la tierra era propicia para la ganadería y las economías de escala, los comuneros parcelaron todas las propiedades y constituyeron pequeñas estancias en las cuales se dedicaron a la crianza semi intensiva con ganado mejorado y de raza, convirtiendo a la zona quechua del departamento de Puno en la principal cuenca lechera del país, desplazando a Majes en Arequipa.

A inicios de los 90 con el neoliberalismo se desmontó el Banco Agrario y el INIPA. Lo único que sobrevivió fue el programa PRONAMACHS que originalmente debía desarrollar las cuencas de la sierra pero que concluyó siendo un aparato político al servicio del gobierno de Fujimori.

Para entonces me había convencido que eso del clasismo no iba con los campesinos, que tampoco había algo que pudiera llamarse vía campesina. Que lo que se dibujaba en el horizonte era el desarrollo de una vía farmer como en Estados Unidos, de granjeros. Esto era válido tanto para la sierra como para la costa y la selva, aunque reconociendo que las diferencias étnicas también imponían otras múltiples adhesiones. Se puede así establecer una diferenciación básica entre estos productores agrarios: (1) los pequeños y medianos productores comerciales (farmers); 2) la pequeña agricultura y ganadería familiar; y (3) los campesinos propiamente dichos como habitantes del campo.

¿Cuáles son las características de estos tres estamentos diferenciados?: en el caso de los pequeños y medianos productores comerciales, estos se habían especializado en pocos productos, que atienden mercados de exportación, nacionales o regionales; están medianamente capitalizados, tienen más tierras, parte de ellas con riego. No viven en las comunidades, sino que tienen viviendas en las principales ciudades, poseen vehículos, contratan jornaleros, tienen crédito, un nivel educativo superior, invierten en educar a los hijos, participan de organizaciones cooperativas o asociaciones, tienen relaciones con el Estado, sus programas y los programas de cooperación. De este grupo se reclutan a la mayor parte de los yachachis, kamayocs y otros que han desarrollado capacidades innovativas en sus propias unidades de producción y por tanto han podido aumentar su productividad.

El segundo estamento son las pequeñas economías agrarias con no más de 5 hectáreas en secano, con producción diversificada, destinada principalmente a la subsistencia. La estrategia familiar comprende diversas alternativas para suplementar los ingresos, como son trabajos temporales, trabajo de los hijos, remesas, etc.

El tercer estamento está conformado por las familias que viven en el campo con muy poca tierra, a veces un topo. Cultivan pan llevar, pero muchas veces dejan de cultivar, arriendan su parcela o la trabajan al partir (aparcería). La mayor parte de su tiempo están fuera de la chacra para obtener ingresos por trabajos rudos en las ciudades o en el campo. Sin deshacerse de sus terrenos en la parte andina, se desplazan al llano amazónico para practicar una agricultura de roza y quema que es la más destructiva del bosque (micro deforestación). También desarrollan actividades no agropecuarias como pequeña minería. Esto está ocurriendo intensamente en Apurímac donde se encuentra la mayor mina de cobre (Las Bambas). La discusión no son los derechos de contaminación de la mina sino sus derechos a explotar directamente los metales, incluyendo el cobre, con buenos precios actualmente, para ser vendido a las grandes mineras. Este tercer estamento también está asociado a otros aspectos criminales como es el cultivo de la coca y de las opiáceas (Cajamarca y Amazonas).

Estamos-s frente a un agudo proceso de diferenciación y desarrollo en el campo. Hay que reconocer que el sector más progresista en términos económicos, es la agricultura comercial y que es necesario apoyar a la agricultura familiar para que pueda aproximarse a este estamento. Con relación al tercer estamento hay que entender que se trata de un sector puramente informal y como se ha dicho, en algunos aspectos, asociado con la criminalidad. Su camino debería ser el de la proletarización, es decir, ser empleados por empresas mayores.

MARTES 19 DE JULIO DE 1977

El martes, Lima amaneció como un día húmedo. Toda la noche había garuado y las calles estaban anegadas. No circulaban vehículos y comenzaron a agolparse nutridos grupos de obreros y jóvenes en las principales vías de comunicación de la ciudad capital. El ejército y la policía estaban emplazados en punto estratégicos. Allí se habían apostado en horas de la noch,e pues se había impuesto un régimen de toque de queda. Hubo pocos choques, pero algunos manifestantes perdieron la vida o resultaron lesionados. Ese día se efectuó la paralización nacional más importante en la historia del Perú. El gobierno del general Morales Bermúdez, anunció que el gobierno militar que él presidía, convocaba a una Asamblea Constituyente para iniciar la transición a un nuevo proceso electoral que restituyera la democracia en el país. En paralelo, el ministro del Interior Luis Cisneros Vizcarra, conocido como el Gaucho, anunciaba la promulgación del Decreto Supremo N° 10-77 que autorizó a las empresas privadas a despedir a 5,000 dirigentes sindicales, la flor y nata de la vanguardia sindicalista del país.

Poco menos de un año antes, el 28 de agosto de 1975, Francisco Morales Bermúdez, quién ocupaba la estratégica cartera del Ministerio de Defensa del gobierno militar, relevó al enfermo presidente Juan Velasco Alvarado. Lo hizo desde Tacna, donde se encontraba en la celebración anual por la recuperación de la ciudad heroica al seno de la patria. De acuerdo a las versiones más serias, a Morales Bermúdez le bastó tomarse algunos tragos, armarse de valor y, de acuerdo con las diversas alas del régimen militar, izquierda y derecha, hacer conocer al país que se iniciaba la segunda fase del gobierno militar. Pero los tiempos de la reforma habían terminado y comenzaban los de la contrarreforma. La situación económica se había complicado por el aumento en el precio del petróleo, el endeudamiento público y una política de controles de precios y subsidios que habían asfixiado a la caja fiscal. Era el tiempo en que había que renegociar con los acreedores y aceptar las duras condiciones que demandaba el Fondo Monetario Internacional (FMI) para recuperar la disciplina fiscal. Para hacer efectivo el programa de ajuste y estabilización contenido en la Carta de Intención firmada con el FMI, se nombró a un ministro civil en la cartera de Economía, Luis Barúa Castañeda, que procedía del mundo de la banca multilateral. Barúa inauguró en el Perú, la práctica de los paquetazos, medidas de recorte de subsidios que incidieron sobre los niveles de precios y la carestía que se observaba en todo el país.

Ese mismo año, la Federación de Trabajadores de Compañías de Seguros (FETCOS) que trataba de emular a la exitosa Federación Bancaria, constituyó una nueva Junta Directiva que pasó a presidirla Eloy Torrejón, un agente de seguros de la Cía. Popular y Porvenir de propiedad estatal; un arequipeño recio con un gran carisma y determinación. Integré su Junta como Secretario de Prensa y Propaganda. En el local institucional, una sala ubicada en el segundo piso del edificio Atlas, nombre de la Cía. de Seguros en que laboraba, con puerta de calle a la avenida Lampa, se desarrollaban las asambleas de la Federación. En una de ellas se acordó efectuar un paro de brazos caídos contra las medidas adoptadas por el ministro Barúa. El paro se cumplió exitosamente.

El año 1977 el deterioro económico fue en aumento, a lo que se sumaron medidas de reforma antilaborales. Barúa fue sustituido por Walter Piazza, un acaudalado constructor que estaba empeñado en avanzar en el programa de ajuste y estabilización. Así, se aprobó un nuevo paquete de medidas. Sin embargo, estas últimas medidas fueron un detonante para que, en el interior del país, comenzaran a producirse paralizaciones e intensas movilizaciones. Esto ocurrió en Cusco, Tacna, Ayacucho, Arequipa, Huancavelica, Huancayo, Trujillo y, finalmente, en Lima. En estas movilizaciones participaban sindicatos, estudiantes, pobladores, transportistas y pequeños comerciantes.

A fines de junio se reunieron cinco organizaciones sindicales independientes de las centrales de trabajadores. Se trataba de las federaciones de Luz y Fuerza, de Gráficos, de Sedapal, la FETCOS y la CTRP-Lima. La idea era articular una respuesta gremial y contundente para doblegar la ofensiva del gobierno militar y, sin ser explícitos, darle una salida política al país. Estos gremios constituyeron el Comando Unitario de Lucha (CUL). Invitaron a los otros gremios a sumarse a la iniciativa. La CGTP, que era la principal central del país y cuyo secretario general era un empleado bancario, se resistía a un enfrentamiento frontal con el gobierno, con la idea de que este continuaría con las reformas de la primera fase, aun cuando los más connotados líderes de la izquierda militar para ese momento, ya estaban fuera del gobierno. Por su parte, el fortalecido gremio magisterial, el SUTEP, intentaba por todos los medios actuar desde una plataforma alternativa, el denominado Comité de Coordinación y Unificación Sindical Clasista (CCUSC) y apoyarse en formaciones regionales, como los frentes de defensa de distintos pueblos.

En una sesión del CUL en el local del sindicato de SEDAPAL nos animamos a redactar la convocatoria a un paro nacional para el 19 de julio. El documento era breve y preciso en sus reivindicaciones y tuvo mucha acogida. Ninguna de las fuerzas centrífugas objetó sus términos y pronto comenzó a circular. El siguiente paso fue conformar un cuerpo directivo del CUL para la eventual negociación con el gobierno. El fin de semana previo al paro, se sabía que venía con fuerza en Lima y en las capitales más importantes del país. Se consideró que era necesario resguardar a los miembros del CUL de una posible redada. Recuerdo que nos convocaron en la Plaza Dos de Mayo y subimos a un Volkswagen que enrumbó por la avenida Venezuela en Breña. Nos detuvimos en un lugar donde había un pasaje que conducía a una calle paralela donde nos esperaba otro vehículo que nos llevó a nuestro destino final. Para mi sorpresa, era un chalet en Jesús María dentro de una quinta, en la cual nos recibió mi ex concuñado que vivía con su nueva familia y nos alojó esa noche. No pasó nada y al amanecer nos dimos cuenta de que las negociaciones marchaban por otro lado y en ellas tenía la voz cantante la CGTP. Decidimos abandonar el refugio. Por mi parte me desplacé para encontrarme con otros compañeros y observar en directo, como se desenvolvía la paralización.

En los días siguientes, los dirigentes sindicales, entre los que me encontraba, fueron despedidos de sus trabajos. Vendría entonces la lucha por la reposición de los dirigentes despedidos, aunque muy pocos lo consiguieron. Los días 27-28 de febrero de 1978, se convocó un nuevo paro, esta vez de dos días. El primer día fue fuerte, pero decayó al segundo día. Perú continuaba en estado de emergencia y con toque de queda. Además, las fuerzas políticas ya habían entrado en la dinámica de la convocatoria a la Asamblea Constituyente. El 18 de junio se realizaron las elecciones en las cuales el APRA consiguió la mayoría y la izquierda una representación significativa. Acción Popular se abstuvo de participar y ganaría las elecciones generales de 1980.

A pesar de los estragos que causó en la vanguardia sindical, el 19 de julio de 1977 fue una gran lección y la corrección de un rumbo. Nada hubiera sido igual sin el 19 de julio por lo que vale la pena recordar esta gesta laboral y cívica como parte de nuestra historia.

¿YO ANTIMINERO?

He participado en muchas discusiones, algunas ásperas, sobre la minería en el Perú. Por lo general, y sin proponérmelo he terminado en el lado de los que critican a las minas, al daño ambiental que ocasionan, a la mala relación que tienen con las comunidades vecinas. Debo admitir que esa impresión es equivocada. Considero y lo subrayo, que la minería es el salario de ese territorio llamado Perú que está a punto de perder el segundo lugar como exportador de cobre por el empuje del Congo. Que las piedras que exportamos son las que nos permiten comprar en el exterior medicamentos, alimentos, computadores, celulares y un largo etcétera. Para que mi postura no genere ningún tipo de equívoco presento algunas ideas fuerza para hacer viable y amigable la minería.

  • Los inversionistas deberían adquirir el terreno superficial debajo del cual yace el mineral, con una propuesta atractiva y abierta a favor de todos aquellos que tuvieran derechos reconocidos. Incluso si no fuera lo mejor comprar sino alquilar, establecer una renta o participación con los propietarios afectados.
  • Al cerrar la mina, los relaves y residuos deben haber sido removidos y se puede recuperar el paisaje con bosquetes que además de sombra y vida silvestre pueden proveer ingresos con madera y otros subproyectos.
  • Construir una infraestructura para el uso del agua que permita reutilizarla de manera continua de modo que se disponga de ella y no afecte a terceros. Con el agua potable que consumen los habitantes de la mina se puede tender tuberías para atender a las poblaciones asentadas alrededor del área de la mina.
  • Debe controlarse todas las emisiones y los efectos del viento para evitar al máximo el malestar de las personas tanto dentro como alrededor de la mina. Quien quiera una minería impoluta está diciendo una tontería porque toda actividad humana genera alguna externalidad que hay que internalizar.
  • Los relaves deberían ser procesados y los que no pudieran ser eliminados, cargados con dirección a un emplazamiento distante y seguro.
  • Dentro del asentamiento minero se construirían más viviendas de las necesarias, algunas de las cuales pueden ser ofrecidas y cedidas a pobladores interesados en afincarse en ellas.
  • La mina calcularía el personal que requiere para ser atendido con hasta el 50% de pobladores locales. Entre la planificación y la puesta en marcha de la mina se haría la capacitación y preparación de este personal.
  • Se contaría con una movilidad (buses) con capacidad de conducir carga liviana que saldría del asiento minero dos veces al día con dirección a la ciudad más próxima y que puede ser utilizada por los pobladores de manera gratuita.
  • El asiento minero proporcionaría atención gratuita de salud a los pobladores empadronados.
  • La escuela y colegio instalado en la mina para los hijos de los trabajadores mineros, incluiría la asistencia de los niños de las poblaciones aledañas.
  • Se tendría una surtida tienda que atendería a los trabajadores de la mina y a los pobladores a precios de mercado. Esta misma tienda adquiriría productos de los pobladores y dispondría de sistemas de frío, almacenaje y un camal.
  • El mineral sería transportado por mineroductos, trenes o camiones. En este último caso las vías hasta la carretera más cercana, serían ampliadas y asfaltadas.
  • Se puede establecer el concepto de valor compartido propuesto por Porter, que consiste en hacer participar a la población de los beneficios regulares de la empresa. Ofrecer, por ejemplo, el 10 por ciento del capital a los pobladores identificados y empadronados. Si bien el acuerdo es con sus organizaciones, las acciones serían nominadas para cada poblador, de modo que ellos pueden venderlas si así lo desean, al precio de mercado.
  • Considerar como pobladores a los residentes permanentes y no a los oportunistas que retornen para extorsionar a la mina.
  • Los pobladores afincados en las viviendas de la mina tienen permiso para recibir a invitados que podrán recibir el servicio de alimentación un máximo de dos días.
  • En los planes de reasentamiento, la mina no debe inventarse ciudades ni diseños de casas. Debería tener un modelo o prototipo de vivienda estableciendo con el mayor rigor sus costos. Lo que se debe ofrecer al poblador es el monto y ellos decidirán si construyen la casa proyectada, si construyen una nueva casa de adobe y con el ahorro hacen una inversión como comprar ganado, o simplemente toman el dinero y se van a una ciudad para emprender una nueva y mejor vida.
  • No olvidar que la minería paga una renta por el mineral que extrae y parte de esa renta debe retornar al territorio para mejorarlo. Esta renta se puede distribuir en su totalidad o partes, a los ciudadanos o emplearse en inversión. Pero el titular de esa renta es la autoridad local que representa al territorio, es decir, la municipalidad. De eso se trata el canon.

En muchas minas, estas ideas o similares deben haberse implementado. Podemos pensar en otras alternativas pues lo señalado no agota las oportunidades. Pero queda claro que la suerte no está echada y eso es lo que importa.

LAS MUJERES Y MI MADRE

La más grande transformación del siglo XX fue la liberación de la mujer y su incursión en diversas esferas de la vida pública, solo comparable con la fuerza y el ímpetu de la revolución francesa en el siglo XVIII, mayor a la revolución neolítica (VIII milenio a.C.), así como a la irrupción de las sociedades negras africanas con el fin de la colonización.

En pocos años, millones de mujeres se incorporaron a trabajos estables y permanentes en los que hicieron carrera. Ingresaron masivamente a las universidades y alcanzaron títulos, postgrados y destacadas posiciones académicas y empresariales. Se integraron a la policía y fuerzas armadas, al servicio diplomático, destacaron en las artes con nombre propio. Las mujeres conquistaron el derecho al sufragio, a ser candidatas y ocupar elevados cargos de representación o como funcionarias del Estado. Tomaron el control de su fecundidad con los modernos métodos anticonceptivos y una serie de derechos propios para no ser perjudicadas por la condición de maternidad, como días se descanso antes y después del parto, horas de lactancia y lactarios en los centros de trabajo, guarderías infantiles entre otras facilidades. El camino a la liberación de la fuerza laboral y creativa de la mujer se abría sin pausa día a día, conquistando derechos adicionales como la discriminación positiva y las cuotas de género.

Cierto que estos derechos no se conquistaron en todos los países del mundo y aun en muchos de ellos, especialmente en los musulmanes o los ortodoxos en Israel, el trato a las mujeres continúa siendo en lo esencial, similar al del medioevo. Estos odiosos retrasos también se registraron en las ciudades periféricas y zonas rurales de los países más desarrollados y con mayores libertades, como es el caso del Perú. Pero la atención a la mujer puso en evidencia historias poco conocidas o escondidas del escrutinio público. El abandono de los hogares por los supuestos padres proveedores, la presencia significativa de madres solteras, los embarazos adolescentes, la violencia física y psicológica recibida por las mujeres por parte de parejas, convivientes o esposos, el desprecio por el sistema de justicia (policías, fiscales y jueces) a las denuncias y demandas de las mujeres que parecían ser las culpables de estos malos tratos, y para coronar esta cadena de interminables sufrimientos, los feminicidios que una vez ingresados y diferenciados en las estadísticas de criminalidad, mostraron cifras de espanto que iban siempre en aumento.

Mi madre quiso estudiar para ser enfermera. Tenía una envidiable sangre fría que la habilitaba para enfrentar las mayores tragedias, característica que no fue heredada por ninguno de sus tres hijos. Mi padre se opuso con el argumento de que no trabajaría bañando y limpiando a ancianos. Al casarse, dejó de trabajar pues mi padre se lo pidió y, ella se dedicó por entero a las labores de la casa en las que desarrolló una extraordinaria habilidad en la cocina, lo que era la delicia de todos los miembros de la familia. Para las labores de casa contaba con la importante ayuda de una joven que se hacía cargo de la limpieza, ayudaba con la preparación de los platos y en la crianza de los hijos. En ese tiempo, este servicio era conocido como el de la “muchacha”. La única función pública que recuerdo ejerció mi madre, fue el de personera del Frente Nacional de Juventudes Democráticas que sostenía la candidatura de Fernando Belaunde. Este Frente se convertiría en Acción Popular. Ese año, el de 1956, fue la primera vez que emitió un voto, derecho que por primera vez ejercían las mujeres en el Perú.

Mi madre llevó la fiesta en paz con su esposo y sus hijos. Con sus maneras suaves, nunca levantó la voz, no tuve oportunidad de observar que discutiera, aunque en algunos raros momentos la vi mudar su cara por una expresión silenciosamente colérica. A pesar de su parquedad, mi madre influyó decisivamente en nuestra educación y sobre todo en formar nuestro carácter. Su más importante y efectivo recurso fue advertir a sus hijos que pondría en conocimiento de su padre cualquier impostura o desacato. Esto fue suficiente para llamarnos al orden. Recuerdo que una noche recibimos una llamada telefónica informando que mi abuela paterna había fallecido. Mi padre se salió de control y, mientras buscaba una ropa aparente para ir a despedir a mi abuela, vociferaba contra la aparente lentitud con la que se comportaba mi madre. Mi madre nunca perdió la compostura, manejó sus tiempos sin decir nada para luego partir con mi padre descontrolado por el nerviosismo y el dolor.

Su serenidad le permitió ser la primera en casa en aprender a manejar cuando mi padre compró con su jubilación, un VW escarabajo. Mi madre enseñó a mi padre a manejar y a cada uno de los hijos. Luego convenció a mi padre de comprar una camioneta station wagon usada, muy espaciosa, como existían en esa época, para hacer servicio escolar llevando a alumnos desde sus casas a mi colegio. Por aquel entonces no había regulaciones para este servicio y las camionetas hacían su trayecto llenando el vehículo. Esto no era muy cómodo sobre todo en los tramos finales, pero para los hijos era un desastre porque eran los primeros en abordar. Teníamos que levantarnos de la cama más temprano y almorzar más rápido, porque entonces el horario era partido. Mi madre que se hizo consciente de estos inconvenientes, trató de compensarlos con algunos beneficios materiales. La experiencia duró dos años.

Su serenidad le ayudó a enfrentar los desafíos de la vida. La muerte de su padre, de la madre de mi padre, de su madre y de mi padre; sobre todo en este último caso, temprana e inesperada, que la puso en la difícil situación de convertirse en una pensionista relativamente joven. Mi padre le llevaba 10 años y ella había ejercido solo como ama de casa sin ingresos propios. El divorcio de su hermana menor, mi querida madrina, la golpeó mucho pues eran muy unidas y eso estrechó más su amistad. Aunque debo también decir que su compañía fue decisiva y pudo flexibilizar ciertas restricciones alimenticias cuando sabía que el daño que estas hicieran al final de su vida, eran menores. Así le traía chocolates y dulces light. Por mi parte traté por todos los medios a mi alcance, de hacer más llevaderos esos días de oscuridad. Salía con ella a pasear del brazo, le leía las revistas, los periódicos y, ella escuchaba la radio, las noticias, misceláneas y a los chistosos. La acompañé innumerables veces al Hospital Rebagliati donde la atendía un oculista, obeso él, con unos dedos muy gruesos, lo que hacía que me preguntara cómo podía ser cirujano ocular. Él la llenaba de esperanzas, pues había tenido episodios de recuperar brevemente la visión. Pero yo estaba convencido de que no había vuelta atrás. La retinopatía estaba muy avanzada y finalmente se hundió en la total oscuridad. Cuando me acercaba a su dormitorio donde permanecía sentada en su cama todo el día y le preguntaba cómo se sentía, siempre me respondía “como pan que no se vende”. A veces para halagarla después de un baño y algunos acicalamientos, le decía que me sorprendía lo bien que se le veía y comentaba “me conservo en formol”. Finalmente, la diabetes le hizo perder totalmente la visión, lo que la convirtió en una mujer desdichada que se fue consumiendo hasta que murió. No estuve en Lima en el momento de su deceso y regresé apresuradamente para darle el último adiós.

Tuve dos hermanos, asistí a un colegio de varones de corte escocés con una disciplina calvinista, y mi patota en el barrio estaba liderada por pretendidos machos alfa. La falta de trato social hizo de mi un tímido militante en esas lides. Mis contactos con las chicas de mi edad se limitaban a las fiestas sabatinas de adolescentes en que las sacaba a bailar. El reto era entablar una conversación y conocernos. Para eso era apropiado escoger un rock lento para aprovechar la proximidad y conversar. Mi favorita era “Zamba pa ti” de Santana. El protocolo comenzaba por preguntar su nombre, en qué colegio estudiaba, qué año cursaba y cuando ya uno se sentía más seguro y para evitar un fiasco posterior, si tenía enamorado. Si la respuesta era negativa se procedía a preguntar por su teléfono, si podrían verse, ir al cine o algo por el estilo. El problema es que mi terror al rechazo me detenía en conocer el año de estudio. Tan desastroso fue mi desempeño que de tres enamoradas que tuve, en dos casos fue la chica la que tomó para mi sorpresa, la iniciativa. La última fue luego mi esposa, para entonces ya estaba en la universidad, y con ella llevo casado 43 años. En una oportunidad, bailando con una chica con la que ni había iniciado la conversación, me pidió con desesperación que le diera un beso en la boca y terminó siendo apasionado. Al finalizar la pieza bailable me quede muy confundido. No la pude encontrar, pero luego caí en la cuenta de que su arrebato había sido de despecho y para provocar la amargura de su verdadero amor. Un fiasco.

Mi timidez se fue extinguiendo cuando menos necesitaba de valor para relacionarme con las mujeres. Muchos años después debí asistir a un taller sobre género organizado por la Coordinadora Rural. Era una exigencia de las agencias financiadoras. Mi desagrado era que nos impusieran su agenda. Gran error. El taller, conducido por Patricia Ruiz Bravo, fue un shock para mí, un antes y un después. Una bofetada a la ignorancia y la arrogancia. Debo confesar que fue uno de esos momentos que te cambian la vida.

A partir de ese momento descubrí al movimiento feminista. Mi esposa que no formaba parte de estos agrupamientos, pero tenía una sólida formación en género, continuó con esmero mi reeducación. En el 2017 se organizó en Lima la mayor marcha a favor del tema de las mujeres “Ni una menos”. Mi esposa estaba enferma así que asistí solo y marché rodeado de mujeres con gran orgullo.

Los problemas de género pasaron a ser parte central en mi agenda. Los problemas de la mujer se presentaban en todos los niveles socioeconómicos, pero eran más agudos en los sectores populares. La abrumadora mayoría de feminicidios se producían en los estratos más pobres y el liderazgo en la izquierda de las mujeres era muy limitado. Recuerdo los nombres de la mártir María Elena Moyano, de Mocha García Naranjo, Rosa Mávila y Susana Villarán. Esto contrasta con el número considerable de lideresas de Sendero Luminoso.

Constaté el lastre que significaba en las organizaciones populares el papel asignado a las mujeres: el apoyo logístico, la preparación de las ollas comunes, el cuidado de los niños, el ser invitadas para tratar temas puntuales y secundarios. En las escuelas y colegios las APAFAS eran conducidas por los varones que tenían una menor participación en la educación de sus hijos. La asistencia técnica ganadera era impartida a los campesinos, cuando eran las mujeres las encargadas de la crianza animal en el campo. Las madres debían llevar a los niños a los controles de salud. En promedio las mujeres trabajaban el doble de horas que sus maridos, considerando las extenuantes tareas domésticas. Eran los hombres los celosos violentos en hogares en que las mujeres tenían evidencias de que sus parejas les engañaban. Y, en situaciones extremas, las mujeres terminaban en primera fila peleando con la policía de asalto en las manifestaciones tumultuosas.

Pero el avance de las mujeres, habiendo sido descomunal, no es lineal ni irrevocable. Hay una campaña abierta y también soterrada para hacer retroceder esos espacios ganados. Todo comienza con el cuento de la ideología de género. Sectores ultraconservadores con pensamiento medieval, que creen o quieren creer que el papel de la mujer está inscrito en las leyes divinas y en la naturaleza de las cosas, aparecen como los abanderados de la familia y, por ejemplo, pretenden reemplazar al Ministerio de la Mujer por el Ministerio de la Familia. Apoyados por la caterva sobreviviente y agazapada en las distintas iglesias, movilizan a las mujeres contra ellas mismas y se apropian de la educación de los niños para reproducir los roles tradicionales y discriminadores de género.

La llamada ideología de género es la idea más ridícula de la que se han dotado los medievales a los que tomó de sorpresa la ilustración, el laicismo y los derechos humanos. Pero se las ingenian para influir en centros de decisión importantes en los Estados del mundo soñando con el establecimiento de una burka universal para las mujeres. Esta será una de las grandes batallas liberadora de los próximos años.

SUCESIÓN EMPRESARIAL

En mi experiencia, he observado con mucha pena cómo empresas y organizaciones asociativas pujantes, se han derrumbado como resultado de pugnas entre socios, con divisiones fratricidas entre sus miembros por la sucesión en el mando. Esto también lo he observado en el caso de las pequeñas empresas, sobre todo cuando el emprendedor fallece o se ve obligado a retirarse. Esto ha dado lugar a una amplia literatura que trata los problemas de la sucesión empresarial y en las organizaciones familiares, así como las estrategias para prevenir los conflictos internos.

Estas reflexiones me han venido a la mente después de ver la extraordinaria serie de HBO Max, Succession, la historia de la familia Roy dueña de un conglomerado cuasi monopólico de información y entretenimiento. Y me hicieron pensar si los conflictos de sucesión ocurren, cómo, con qué frecuencia y con qué tipo de personajes, en las sociedades de capital. Sospecho que con relación al Perú debe haber muchos casos de este tipo de pugnas que no trascienden porque sus actores son muy celosos, son círculos muy cerrados o la prensa es indulgente para seguir contando con el favor de las empresas. Otro factor que puede inhibir a los participantes es que divulgar o aceptar la existencia de conflictos puede tener un impacto en las empresas del Perú que cotizan en Bolsa. En los Estados Unidos se conoce a este tipo de empresas, que son numerosas, como públicas, y allí estos conflictos trascienden y son ampliamente difundidos por la prensa cuando no son la delicia de los guionistas. Menos posibilidades e incentivos existen en Perú para presionar o involucrar a la prensa y lo poco que se conoce es ex post cuando algunos perdedores cuentan su versión. En lo que no tengo dudas es que en todas las actividades humanas funciona el egoísmo que Adam Smith identificó como la fuente y motor de los mercados de capitales y, agregaría, de estas pugnas muchas veces feroces.

Haciendo memoria podría mencionar algunos ejemplos que dan cuenta de los conflictos de sucesión en el mando y que no responden a un mismo patrón de comportamiento. En la década de los 70 un grupo de accionistas menores, pero que juntos reunían una cantidad de acciones significativa, encabezados por Dionisio Romero, uno de los grandes de los chicos, desplazaron con un golpe bien organizado y silencioso al grupo italiano que había tenido el control del Banco de Crédito, el banco más antiguo y tradicional del Perú, por décadas. Esto fue ayudado, según los trascendidos, por el accionar del entonces ministro de Economía, Javier Silva Ruete, detrás del cual estaba el presidente de facto, Morales Bermúdez. Otro caso fue el de la empresa de lácteos Gloria, de Arequipa, propiedad original de la trasnacional Carnation y luego de Nestlé, que compró Carnation, cuando el gigante helvético se vio obligado a deshacerse de esta empresa porque tenía su propia empresa láctea, y al presidente García le pareció inadmisible la existencia de un monopolio. Quienes asumieron el control fueron el denominado grupo Rodríguez Banda, unos muy pequeños accionistas que tenían una importante empresa de transporte de carga y cuyos trailers eran empleados casi exclusivamente para transportar las cajas con las latas de leche evaporada a Lima. Fue una sorpresa que estos desconocidos arequipeños se hicieran de esta importante industria lechera que les permitiría convertirse en uno de los mayores grupos empresariales nacionales actualmente internacionalizado. Como diría Frankie Ruiz y ¿cómo lo hacen?

Otros ejemplos sobre los cuales no hay suficiente información son los del poderoso grupo El Comercio de la familia Miro Quesada, -los Murdock peruanos-, familia que no puede ocultar sus conflictos internos, los que trascienden en la línea periodística y los cambios de humor político, que rotan entre la euforia y la depresión, el amor y el odio. El otro es el de los broadcaster criollos, en especial, la saga de los Delgado Parker, por no referirnos a los culebrones en los otros canales de señal abierta.

Dos experiencias personales vienen a cuento. En una oportunidad me encargaron hacer una evaluación de una ONG financiera que había sido constituida por otras dos ONG. Aunque entonces mis conocimientos de finanzas eran bastante modestos, opiné que no era sano que la organización fuera identificada con sus socias, porque los prestatarios siempre tendrían la idea de que era una organización guiada por un alto sentido de solidaridad social, sin entender que tenía que cubrir sus costos que se acrecentaban con los impagos. Dicho esto, fui invitado a ser miembro del directorio de Rasuhuillca, que así se llamaba la organización ayacuchana. En su directorio se discutió su conversión en una EDPYME que era una forma empresarial supervisada por la Superintendencia de Banca (SBS). Estas entidades no estaban autorizadas a captar ahorros del público y funcionaban con líneas de financiamiento de la banca estatal de segundo piso, COFIDE, y créditos blandos y donaciones de la cooperación internacional, interesados en ampliar la inclusión financiera. Este proyecto no prosperó y la decisión final fue adquirir un paquete de acciones de una Caja Rural en Puno que requería urgente capital sino sería liquidada. La Caja Aymara rebautizada como Caja Los Andes, tuvo entonces una notable recuperación. Fue presidida por muchos años por el suscrito en representación de la mayoría de accionistas. Rasuhuillca tenía el tercio de acciones que eran recursos propios y una parte importante de una agencia de cooperación europea que representaba.

En algún momento, el 20 por ciento de las acciones fueron compradas por dos empresas. Estos parecieron estar alineados con las políticas de la Caja, pero pronto comenzaron a presentarse fricciones, porque querían empujar a la Caja a asumir negocios de dudosa rentabilidad con entidades o personas de dudosa reputación. Las fricciones fueron en aumento y no había forma de crecer más allá de la capitalización de las utilidades exigida por la SBS. Rasuhuillca tampoco tenía fondos para aumentar el capital, por lo que propuse vender la Caja pues consideraba que ya se había cumplido el objetivo, era poco lo que se podía hacer por Ayacucho desde Puno, y se contaría con importantes recursos para otras actividades de promoción. En ese momento me interesé por saber cuáles eran esas empresas accionistas, y caímos en la cuenta de que se trataba de empresas de peruanos constituidas en paraísos fiscales, cuyos estatutos no señalaban una actividad económica específica, como ocurre con muchas empresas. Al indagar por sus negocios estos aparecían como corredores inmobiliarios y compra venta de inmuebles. No fue difícil identificar que esos presuntos negocios eran la apropiación dolosa de propiedades en abandono, de personas ancianas o entidades distraídas y luego vendidas de manera ficticia en sucesivas operaciones siguiendo el esquema que enriqueció a Orellana, algo así como el esquema fraudulento conocido como Ponzi. Sus cómplices trabajaban como registradores públicos, notarios y otras autoridades, incluyendo judiciales. Toda esta información fue entregada a la SBS en un expediente bastante completo, incluyendo copias de los documentos de las transacciones. La reacción del funcionario de la SBS tan estrictos en otros casos sobre la calidad de los propietarios y directores de empresas del sistema financiero, fue esbozar una sonrisa y explicar que no podían hacer nada como no podían discutir que los principales accionistas de los bancos de Crédito e Interbank fueran peruanos propietarios de empresas de paja registrados en paraísos fiscales.

Estos estafadores decidieron contratacar e hicieron hasta tres denuncias penales al presidente del Directorio de la Caja. Estas denuncias fueron presentadas fuera de la circunscripción de la Caja como de su presidente, en Chepén, La Libertad. Una de las denuncias era insólita sino risible, pues acusaba al presidente del directorio de secuestro y extorsión como autor material, completándose el ridículo con que la fiscal de turno hizo esta investigación y se tomó meses en ella con dinero de los contribuyentes, recogiendo declaraciones para después de un año ordenar su archivamiento. Otra denuncia, esta sí presentada en Puno, era contra el presidente y los que resulten responsables del delito de fraude contra una persona jurídica, concluyendo en solicitar que se otorgara la administración de la empresa a los segundos accionistas mayoritarios. Esta pretensión no prosperó, aunque el Juez asustó a todos, visitando sorpresivamente las oficinas de la Caja. La oferta de venta fue tomada por el BBVA quien hizo una muy buena oferta. Como todo comprador que quiere tomar el control de una empresa, exigía comprar los dos tercios del capital social. Ocurre que la Caja tenía una proporción de accionistas pequeños muy grande, muchos de los cuales ni sabían o se acordaban que eran accionistas y era muy difícil que se tomaran en serio incluso esta oportunidad que les hubiera dado algún dinero no esperado. Este intento de venta fracasó por la negativa del grupo mafioso. Una segunda oferta no tan atractiva como la del BBVA si funcionó porque al final decidieron vender.

El otro caso que me tocó vivir fue el de una empresa pública, el Agrobanco donde había sido nombrado presidente del Directorio en el gobierno de Humala, en 2011. En este caso se trató de incorporar como socio estratégico, pero minoritario, aportando el equivalente al 20 por ciento del capital social, al mayor banco de agronegocios del mundo y de los Países Bajos, el Rabobank. Se cumplieron todos los pasos necesarios incluyendo las garantías que reclamaban los inversionistas y el compromiso conjunto de que el banco no dejaría de ser un banco orientado centralmente al financiamiento agrario y rural. En todas las negociaciones participó activamente el FONAFE que era nominalmente el propietario del Agrobanco, y contaba con la venia del gobierno. La admisión de socios estratégicos era uno de los objetivos de la ley de relanzamiento del banco. Súbitamente, el presidente del banco recibió sucesivas cartas en un tono bastante cortante, del ministro de Agricultura Juan Manuel Benitez, las que fueron contestadas. Lo extraño del caso es que el directorio del Agrobanco no había cambiado con tres ministros y esto ocurría con el cuarto que había sido viceministro del anterior ministro que, por lo tanto, debía conocer la estrategia adoptada por el banco y, en cualquier caso, no había nunca llamado al presidente a expresarle su preocupación por el rumbo adoptado. Finalmente, y para sorpresa de todos, el presidente fue relevado y por cierto nunca se concretó el ingreso del Rabobank. Tengo la impresión de que esta alianza empresarial fue tema de interés de otras entidades financieras, porque era el ingreso de un grande cuyos activos eran largamente superiores a todos los activos del sistema financiero peruano. Además, los bancos habían desatendido groseramente el negocio agropecuario, en especial a las empresas agroexportadoras. De acuerdo a muchas versiones conocidas, cuando estas empresas que crecían con recursos propios tenían problemas de liquidez, los bancos aconsejaban vender y hasta se ofrecían a hacer el contacto con potenciales compradores.

Estas líneas pueden motivar a los lectores a repasar sus experiencias y comprobar casos similares de conflictos de sucesión. Una idea final es que de esto no se libran ni los clanes mafiosos que operan, para muchos efectos, como empresas y que controlan empresas de fachada. Dos ejemplos que me vienen a la mente, son el de la camorra napolitana que en la excelente serie italiana Gomorra, enfrenta un tema de sucesión en el control del barrio de Secondigliano uno de los centros neurálgicos del contrabando de telas y prendas finas, la mayoría de las cuales se venden con marcas robadas, del tráfico de trabajadores aprovechando a los migrantes, y de la droga. Otro ejemplo es el del Padrino Vito Corleone (Marlon Brando) que es reemplazado a su muerte, por su hijo Michael (Al Pacino). Cuando este descubre la traición de su hermano Fredo (John Cazale), este se justifica con que había sido totalmente marginado de la familia mafiosa pese a ser el hermano mayor y natural heredero del mando.

RUSIA Y UCRANIA

El orden de los países debe leerse en el sentido alfabético, pero es fácil adivinar que el tema de estas líneas, alude a la tragedia de la guerra entre estos dos países, más exactamente, la cruenta invasión de Rusia a Ucrania. Este episodio comenzó el 2014 tomando Rusia de manera prepotente, la península de Crimea, y seguido por el segundo episodio, la invasión del año 2021 que, al momento de ser redactada esta nota, ocupaba cuatro regiones al este de Ucrania (Donesk, Lugansk, Jersón y Zaporiya), todos de “mayoría étnica rusa oprimida”. Nos atreveríamos a decir que esta guerra cerró un período de la historia humana y comenzó otro

Por qué atreverse a una afirmación tan atrevida. Porque es la guerra moderna entre estados soberanos, más enconada y larga en 40 años y cerró una etapa de relativa paz acrecentando la convicción de que los temores por enfrentamientos de alcance regional o mundial. En ese período se alegará, hubo otras guerras crueles, la totalidad iniciadas por guerras civiles, pero con intervención de los íntimos enemigos mundiales, todos o casi todos, actuando en los dos lados de los conflictos.

Este terrible conflicto, en esa parte del mundo de la Europa central, no es el que ha causado las mayores pérdidas de vidas, lesiones y costos en ese período. Se puede establecer con seguridad, que al menos otro conflicto en ese período haya tenido más víctimas. A pesar del extenso tiempo que se está tomando la invasión o la suma de ambas, es inferior al de otros conflictos en ese mismo período. Pero lo que hace especialmente peligroso este conflicto, es la participación de los países más grandes y más armados del mundo. De una parte, la OTAN aliado de Ucrania, podría decirse, para todo efecto práctico, es reconocido como un país parte de la poderosa y odiada OTAN. Es público que Ucrania había reclamado antes de la última invasión, pertenecer a la Unión Europa y a la OTAN, decisión que puede ser discutible pero que es totalmente soberana, aunque algún partido se sienta amenazado por esa decisión.

En el otro bando está Rusia y algunos países menores que formaron parte de la Unión Soviética, China e Irán acompañados de un significativo número de otros países de menor tamaño sin recursos para poner algo de su parte, salvo votos o abstenciones en los organismos multilaterales, con la excepción notable de los drones entregados a Rusia por Irán. Estos acompañantes incluyen algunos países latinoamericanos que están haciendo el ridículo con su apoyo explícito a la invasión y genocidio o con su silencio o abstención cómplice. La principal y probablemente más importante característica de todo este bloque, es que son países antidemocráticos, sin excepción, gobiernos profunda y crecientemente autoritarios, y clientes o periféricos de esta nueva modalidad de imperialismo contemporáneo.

Genocidio decimos porque uno de los objetivos sino el más importante del invasor, era eliminar al país independiente de Ucrania y el concepto mismo de ucranio (como se indica, que es la forma correcta de formar el gentilicio). Un ejemplo de esto es atribuir al cuadro de las bailarinas de Degas, que se trataría de las bailarinas rusas ocultando que son ucranias. Y aun más significativo, el afirmar que si Ucrania toca con un pétalo de una rosa a Rusia será desaparecido del mapa.

Otra terrible característica de esta guerra es la participación de un gran contingente de mercenarios asesinos lo que no se veía en esa dimensión, desde el temprano medioevo. La mayor parte de los patriotas militares experimentados del ejército ruso, son mercenarios auto confesos y vociferantes, una vergüenza por donde se le mire. Ucrania debe tener su propio contingente de mercenarios que, de existir, no son explícitos ni significativos en el total del contingente ucranio. Tal vez se debería pensar en formar unas brigadas internacionales para defender al país agredido, como se hizo con España en 1936.

Por último, esta guerra es mundial, entre la diabólica e impresentable OTAN y el bloque de los países autoritarios del mundo, para vergüenza de los países encabezados por la fracasada Rusia que aseguró que terminaría con la guerra, ocupando rápidamente, en una semana, y estableciendo un gobierno “decente”, o más exactamente un virrey, lo que resultó un inocultable fiasco debiendo retroceder de algunas posiciones ganadas, para esconder este gran objetivo inalcanzable a estas alturas. A esto se agrega que el segundo gran objetivo que era acelerar el debilitamiento de la temida OTAN impulsado con desbordante entusiasmo y progresismo por el ex presidente Trump ha terminado por reforzarlo como nunca antes e incorporando por el momento dos nuevos países (Finlandia y Noruega).

Uno de los aspectos más cómicos si no fuera por lo trágico o farsesco de la situación, es que los países del bloque autoritario latinoamericano liderados por sus autoridades, con un inocultable pensamiento dizque, progresista y de izquierda, se explican su apoyo incondicional a Rusia con la idea de que a fin de cuentas, se trata de la patria de Lenin, desconociendo y olvidando que la URSS es historia, y tratando de disimular su apetito por las migajas que podrían recoger de la Rusia y sus aliados que se sobrevivan a esta nefasta guerra de agresión.

Finalmente, esta guerra es terrible porque después de muchas décadas, el mundo está amenazado por el desencadenamiento de una guerra nuclear. Rusia misma ha hecho amagues imprudentes en torno a los restos del monumento de Chernobyl, una de las mayores tragedias sino la mayor, que marcaron la caída de la URSS. El mundo sería irreconocible de escalar esta conflagración a una guerra nuclear. Las únicas razones que distinguen a Rusia de la totalidad de naciones del orbe, son su extensión continental y el tener el segundo arsenal nuclear en el mundo. No muy honrosos méritos y tampoco propios.

Y si Ucrania carece absolutamente de al menos, un arma nuclear defensiva, es porque Rusia se quedó con todo el arsenal de la URSS, una parte importante de la cual estaba en manos de Ucrania. No tengo dudas de que los ucranios debieron estar totalmente de acuerdo con deshacerse de todo el arsenal nuclear al que tendrían derecho como creo lo haría cualquier población de cualquier país del mundo. Pero no olvidar que esa cesión no fue negociada con Ucrania sino por Rusia y la OTAN. Esto no se le puede reprochar al actor comediante judío que funge de presidente de Ucrania ni a los numerosos asesores fascistas que lo rodean como se ha denunciado.

Junio 2023

WIENER EL AVENTURERO

Junio 2023

Charles Wiener (Karl en su versión alemana) nació en Viena en un hogar judío en 1851. Sus padres eran Samuel y Julia. Como muchas familias judías, cambiaron el apellido adoptando como tal el gentilicio, vienés. Viena era una ciudad que como todas las otras ciudades europeas reservaron ciertos espacios para que los judíos edificaran sus viviendas o las adquirieran. Estos espacios que eran a fin de cuentas barrios guetos, en el caso de Viena se organizaron en torno a la Judenplatz denominados despectivamente juderías.

El antisemitismo ha formado parte de la historia europea. Insurgió en el siglo IV D.C. como contraparte del avance del cristianismo. No se debe olvidar que la religión cristiana es un desprendimiento y disidencia de la religión judaica y comparte con ella una larga historia común. La ruptura se produce con la crucifixión de Jesús, el Mesías en términos del cristianismo, lo que es negado por la comunidad judía. El cristianismo escala a ser la religión oficial del imperio romano y es adoptado sucesivamente por todos los pueblos bárbaros fronterizos. Los clérigos cristianos como Juan Crisóstomo, empujaron el antisemitismo y este anidó en las iglesias romana y ortodoxa luego del cisma, como en el protestantismo, más de diez siglos después, por un Martín Lutero rabiosamente anti judío. Estos no solo desconocían al Mesías, sino que estaban implicados en su muerte.

La comunidad judía fue objeto de progromos, persecuciones, expulsiones y linchamientos en todos los estados cristianos. En las ciudades eran arrimados a limitados espacios de confinamiento denominados guetos. Los judíos eran culpados de todas las calamidades como ocurrió con motivo de la peste que asoló Europa en el siglo XIV. Pero a pesar de este incesante asedio, muchos judíos destacaron en las finanzas y otros negocios como sujetos adelantados del capitalismo, lo que enfureció aún más a las clases menos favorecidas. En el siglo XIX, la Europa ilustrada siguió hostilizando a la comunidad judía, esta vez produciendo libros y opúsculos con nombres muy sugestivos que remataron en los fraudulentos protocolos de los sabios de Sion. Ese clima de falsedad y conspiraciones inverosímiles, es relatado magistralmente por Umberto Eco en su novela “El cementerio de Praga”. Si hay algo que distingue el siglo XIX es que el factor religioso fue desplazado por un aún más forzado factor racial a tono con las teorías eugenésicas. Todo esto explica porque la ideología nazi encontró un terreno abonado para el holocausto. (Goldhagen, 1998)

El imperio multinacional austrohúngaro estaba afectado como toda Europa, por el antisemitismo. Los judíos no podían ejercer cargos públicos, ser militares o policías, o funciones académicas. Recién en 1867, el emperador Francisco José reconoció plenos derechos a la comunidad judía. Para entonces muchas familias habían prosperado en sus negocios, eran industriales, comerciantes y banqueros, un sector culto y con gustos sofisticados entre los cuales destacaron los intelectuales y científicos. En Viena, una ciudad con intensa actividad cultural, los judíos constituían el mayor número de intelectuales. La lista es larga, pero destacan Zweig, Roth, Kafka, Freud, Buber, Kösztler, Zaloscer, Adler, Meisl, Karl Popper, Hans Gombrich, Wittgenstein, Singer, Lazarsfeld, Frankl, Hertlz, Biderman, Perutz, por mencionar a los más destacados y a riesgo de omitir alguno en esta extensa relación. Los judíos eran quienes más publicaban, participaban y conducían diarios y revistas influyentes.

En Francia los judíos gozaban de plenos derecho desde la revolución francesa, con la declaración de los derechos del hombre. París era el centro cultural del mundo y en la belle époque, los intelectuales judíos no destacaron, a diferencia del imperio austrohúngaro. A decir verdad, los judíos en los hechos, continuaron siendo discriminados de muchas actividades y como comunidad no tuvieron un peso importante en la sociedad. Tal vez, sin conocer a cabalidad lo que ocurría en París, Wiener hizo maleta y se trasladó a la ciudad luz atraído por su magia cultural.

El vienés nunca reveló por qué desarrolló interés por el pasado sudamericano, pero cuando arribó a París ya había publicado su tesis Essai sur les institutions politiques, rélkigieueuses et sociales de l’empire des Incas sobre el denominado imperio incaico. Por entonces, los socialistas utópicos tomaban como modelo del orden social que postulaban, al Tahuantinsuyo. Más adelante Louis Baudin postularía esta tesis que alcanzó mucha difusión. Wiener que para entonces se hacía llamar Charles, postulaba una posición contraria. Distante del utopismo incluso de aquel con pretensiones científicas, consideraba que el imperio de los incas era un Estado despótico de tipo oriental, capaz de administrar con eficacia los excedentes para asegurar las condiciones de vida de su población, la que sin embargo no gozaba de libertad y estaba constituida por una amalgama de grupos étnico con diferentes creencias y lenguajes. La tesis de Wiener fue una carta de presentación que le permitió recibir el encargo de una ambiciosa misión científica en Perú. Wiener consiguió, además, el auspicio y mentoría del destacado científico y viajero francés Angrand.

Cuando Wiener desembarcó en el Callao en 1876, fue recibido como un destacado representante del país con mayor prestigio cultural en el mundo, a pesar de su juventud. Lo acogieron el embajador francés, las autoridades e intelectuales peruanos. Los trabajos de campo de Wiener se iniciaron en la necrópolis de Ancón que sería luego analizada científicamente por Julio C. Tello. Su recorrido siguió con destino a La Libertad donde visitó la mayor ciudad de barro del mundo, Chan Chan, demostración palpable de que la alta cultura del antiguo territorio peruano no había comenzado con los incas. En Trujillo, capital de La Libertad, se lio con una atractiva joven de esa ciudad que concebiría un vástago que sería registrado como Carlos Wiener Rodríguez. Los testigos del registro darían fe de las virtudes de la madre lo que no impedía que el retoño fuera un bastardo, un término infamante entonces y hasta el presente. Wiener no supo nunca de su hijo y este no supo, gran parte de su vida, quien había sido su padre biológico.

El aventurero y explorador continuó su recorrido por la sierra de la Libertad para luego virar hacia el sur y, siguiendo la ruta inca, pasar por Huancayo, Ayacucho y, Choquequirao. Cuando se internó por la ceja de selva del Cusco tuvo noticias de Machu Picchu. No la descubrió ni la pisó, pero supo de su existencia porque era parte de una hacienda, de lo cual dejó constancia escrita con un plano de ubicación. A decir verdad, la ciudadela solo estaba cubierta por una frondosa vegetación y fue descubierta por Bingham cuando removieron esa vegetación. El extenso recorrido de Wiener siguió por Puno, el altiplano boliviano y concluyó en Arequipa, donde se embarcó con destino a una Lima convulsionada por la fallida rebelión de los hermanos Gutiérrez.

Wiener fue un etnólogo que cargó con todo lo que pudo de restos del antiguo Perú. En París todo ese formidable patrimonio cultural fue exhibido en la sala que más tarde se llamaría Wiener en el museo antropológico, y exhibido en la exposición universal parisina de 1878. La práctica de saqueo de Wiener no era singular en los años en que él actuó. Más de 40 años después, Hiram Bingham cargó por su lado, con un número mayor de ceramios que se extrajeron de Machu Picchu. Y con más decisión e impunidad, aventureros exploradores europeos, arqueólogos y etnólogos aficionados, franceses, británicos, italianos y alemanes hicieron lo mismo, pero en una escala muy superior, con restos de la cultura helenística, de Egipto y Mesopotamia, lo que se puede apreciar en los grandes museos de sus capitales. El argumento es que los salvaron de los salvajes y hoy pueden ser apreciados por todas las personas. Las autoridades de todos los países saqueados o estuvieron de acuerdo con este razonamiento, o no se enteraron, o no les importaba u obtuvieron algún beneficio por actuar con total complacencia. Hay que recordar que el tratamiento del patrimonio nacional, en ese entonces, no tenía ninguna regulación, por lo que cualquiera podía transponer las fronteras sin ser impedido y mucho menos decomisado. Las ruinas de piedra de las edificaciones prehispánicas, fueron el principal material de construcción en la época colonial y la temprana república.

A Wiener se le acusa directamente de incluir en su botín, una cantidad de ceramios, telares y momias que le fueron entregadas por los latifundistas y gamonales serranos, las que eran parte de sus grandes colecciones obtenidas por el huaqueo. Se ha argumentado que estos señorones habrían cedido parte de sus colecciones como una manera de contribuir al mejor conocimiento del pasado histórico por toda la población peruana. Wiener con alevosía y premeditación consideró que esas piezas que el cargó hasta el Callao tendrían mejor suerte en París y las incorporó a la colección con la que viajaría a París. Total, ladrón que roba a ladrón tiene cien años de perdón. Y aunque han transcurrido más de 100 años ya no hay la oportunidad de pedir perdón. Las piezas exhibidas en París tienen numerosas réplicas originales y de superior acabado en el Perú.

El tal Wiener, además, secuestró a un niño puneño que llevó consigo a Francia como un exponente del buen salvaje. Esto me lo hizo notar mi querida sobrina. El niño que estaba ya alcoholizado, como su madre, fue arrebatado por Wiener y cargó con él, solo indicándole a la madre que se lo llevaba. Qué habrá entendido la pobre mujer, no se sabe, pero recibió algunas monedas, por lo que se podría decir que en realidad se compró al niño. Este fue presentado en sociedad, en la exhibición universal de París y mostró un comportamiento libre de toda sospecha. Wiener demostró que era un niño perfectamente normal pero que corría el riesgo de ser totalmente destruido por el medio en que habría crecido. Wiener como miembro de una minoría étnica perseguida, era un convencido que entre los indios prehispánicos y los que él había encontrado en su recorrido y que llamó indios modernos, no había ninguna diferencia. Que quienes habían desarrollado una alta cultura en autonomía, sin ningún contacto con otras culturas del mundo como fue el Tahuantinsuyo, eran tan humanos como sus herederos y que estos últimos no eran una subespecie entre los humanos y los animales como aseguraba la clase dominante en el siglo XIX y buena parte del XX.

También Wiener fue acusado de ser fantasioso y narrar en su voluminoso libro Perú et Bolivia, aventuras rocambolescas e inverosímiles para elevar sus méritos. Un caso al que se refirieron y que emerge inmediatamente, es el del tiroteo en Cangallo, Ayacucho. Wiener no había cumplido los 20 años, por lo que es muy posible que se haya visto involucrado en aventuras, liarse con mujeres y trepar empinadas cumbres, como aparece en sus dibujos. Tenía la extraordinaria habilidad de dibujar paisajes y personas, recogiendo estampas en carboncillo de edificios, restos, trajes, costumbres y personajes, que en gran número acompañan su libro tanto en la versión francesa como española. Estos dibujos exactos fueron muy elogiados por el expresidente, el arquitecto Fernando Belaúnde. Muchos de esos monumentos siguen en pie y se corresponden con lo que dibujó Wiener.

Es curioso que los viajeros y aventureros europeos, que fueron muchos, no hayan generado controversias que destacar, lo que no ocurrió con Wiener. En su caso, la crítica científica y enconada ha tomado un siglo, siendo su mayor exponente Pascal Riviale. El libro de Wiener fue publicado en Paris en 1880 y en español en 1993 por la Universidad de San Marcos (UNMSM) y el Instituto Francés de Estudios Andinos (IFEA), con traducción y prólogo del destacado novelista Edgardo Rivera Martínez. Su postergada publicación en nuestro idioma se explicaría porque pasó a formar parte de una lista negra en la bibliografía sobre el Perú. Como anécdota diré que cuando me decidí a impulsar su publicación, era demasiado tarde, pero tuve la satisfacción de ser invitado con la familia Wiener a la presentación y ser de los primeros en leerlo.

Por qué las duras críticas contra este aventurero de parte de colegas franceses. La explicación más verosímil es que se trataba de una odiosa conspiración contra un sujeto extraño, arribista y trepador. Cómo era posible que un jovenzuelo de 25 años, judío para remate, en un mundo fuertemente antisemítico, hubiera sido designado como representante de la orgullosa nación francesa en un viaje científico, por el gobierno del pequeño emperador Luis Bonaparte Napoleón. Esta sola idea resultaba insoportable para el orgullo galo. En el siglo XIX se mantuvo en gran parte de su población el encono antisemita, como lo demostraría unos años después, el ominoso caso Dreyfus. Con el gobierno de la tercera república, Wiener continuó escalando, para desesperación de sus detractores, asumiendo cargo de representación consular en Chile y Brasil donde finalmente falleció.

Uno de estos encargos coincidió con la guerra del Pacífico. Wiener que tenía facilidad de redacción, escribió artículos en los que pronosticaba el triunfo arrollador de Chile. Sostenía que Chile era una sociedad más compacta y no tenía, como Perú, una mayoritaria población indígena que no estaba dispuesta a pelear defendiendo fronteras que desconocía, y una población china semiesclavizada que se puso totalmente de lado de los chilenos. Los peruanos y bolivianos no le perdonaron a Wiener su posición y lo declararon poco menos que traidor, borraron su nombre y es probablemente por esta razón que nunca publicaron una versión en español de su obra.

Wiener, Charles

(1993)                   Perú y Bolivia. IFEA, UNMSM. Lima

Wiener, Charles

(1880)                   Pérou et Bolivie, Libraire Hachette ET C, París

Wiener, Gabriela

(2021)                  Huaco Retrato, Penguin Random House Grupo Editorial España

Zweig, Stefan

(2012)                   XXXX, El mundo de ayer, Acantilado, Madrid

Goldhagewn, Daniel

(1998)                   Los verdugos voluntarios de Hitler. Taurus. Madrid