He tenido la oportunidad de compartir con un grupo de profesores de la Facultad de Gestión y Alta Dirección de la PUCP la pregunta sobre qué entendemos o queremos decir con gestión social. En estos rápidos apuntes, ensayo lo que entiendo por lo social, problema social, cambio social, valor social y gestión social.
Lo social
Lo social en su sentido más amplio, lo abordamos como todos aquellos elementos que componen en cada tiempo y espacio determinado, las preferencias, comportamientos y acciones de los individuos en sociedad. Cada miembro de una sociedad desarrolla su individualidad en los límites que le imponen su pertenencia o adscripción a uno o más agrupamientos sociales. La sociedad es una agregación de organizaciones informales y formales, e instituciones en el sentido de paradigmas y reglas que facilitan las relaciones entre los individuos (North).
Problema social
Los problemas sociales son aquellos que se originan cuando los individuos o agrupamientos de individuos enfrentan barreras o restricciones que les impiden ejercer con libertad, sus potencialidades (Sen). La fuente primera de los problemas sociales es la exclusión, la dificultad para participar de los beneficios de la sociedad y la desigualdad en la distribución de esos beneficios.
En el sentido descrito, lo social incluye satisfactores económicos, de conocimiento, de relaciones interpersonales, de salud, de seguridad y justicia, de certidumbre, de libertad de elección y credo, de esparcimiento, de cultura, de acción política (Maslow). Todos estos satisfactores concurren con diversa intensidad en lo que reconocemos como bienestar social que es la máxima aspiración y que se redefine en el tiempo con el desarrollo de las sociedades.
Cambio social
La idea del cambio social es tributaria del concepto de revolución. En la actualidad se utiliza para describir la aspiración de cambio en un determinado elemento de las relaciones sociales o de un agrupamiento específico de la sociedad. Por ejemplo, la liberación sexual favorecida por el control de la natalidad por medios artificiales, dio lugar a un hondo cambio social que influye en todas las aspectos de la vida social. En paralelo, el rol social que se asignaba a las mujeres, ha sido transformado de modo sustantivo. Así el cambio social debe entenderse esencialmente como las modificaciones en las instituciones que componen la sociedad. Como lo ha demostrado la historia, incluso cambios violentos en el poder político tienen muy lentos y limitados efectos en la institucionalidad social y muchas veces indeseados por los propios promotores de dichos cambios.
Valor social
El valor social debería ser entendido como un vector que aumenta el bienestar social de toda la sociedad o de una parte de ella. Esta definición podría aproximarse a la eficiencia paretiana. Sin embargo, en la realidad el aumento del valor social para un agrupamiento de la sociedad afecta a otros grupos directamente o al acentuar o cambiar la distribución social final del bienestar. Una sociedad que se basa en la libre elección de los individuos y no en la imposición de una autoridad central, será una sociedad desigual. El tema no es alcanzar la igualdad absoluta sino que la desigualdad resultante de las decisiones de cada individuo o grupo sea socialmente tolerable.
Gestión social
Finalmente, la gestión social debería entenderse como aquella que está orientada a crear valor social. Tanto la gestión privada como pública se orientan a crear valor social. En una sociedad dominada por la competencia y el afán de éxito personal o del grupo más próximo al individuo, su medida más importante es la acumulación patrimonial. En otras sociedades, este afán se ve constreñido por reglas de cooperación.
Lo que distingue la acción privada de la acción pública es que al menos en teoría, la segunda debe crear valores sociales que beneficien a la sociedad en su conjunto. Si apoya al sector más vulnerable de la sociedad y consigue que mejore su posición relativa, aumenten sus oportunidades y en definitiva se reduzca la brecha de desigualdad con el resto, eso sería socialmente deseable. Este es el sentido de las políticas más focalizadas. Aquellas en cambio que no son focalizadas pero que son bienes públicos, beneficiarán siempre proporcionalmente más a quién tiene más patrimonio y bienestar. Esto puede compensarse en gran medida si su contribución al fisco es mayor a través de impuestos. Finalmente, hay políticas públicas que benefician a agrupamientos que no están afectados por exclusión alguna y no son parte de la base de la pirámide, pero que se justifican en el discurso por los beneficios que generan en la población más vulnerable, por ejemplo, generación de empleo. Este es ciertamente un espacio de acción gris donde juegan los intereses mercantilistas de algunos grupos de presión.
Resumiendo las ideas precedentes, debe reconocerse que en la gestión de las organizaciones públicas como privadas, el componente social está presente consciente o inconscientemente. En un estado moderno, la totalidad de las acciones deberían estar definidas por el valor social que aportan, haciendo las sumas y restas entre los beneficios y eventuales perjudicados. Es un error en consecuencia, dividir dentro de la administración del Estado, un área social independiente. Esto debilita la acción social que debería definir todas las decisiones del Estado.
En el ámbito privado ocurre otro tanto. Las empresas como sostenía Friedman, cumplían su rol social creando riqueza y empleo. El discurso de la responsabilidad social agregó el concepto que la empresa debía compartir sus beneficios con la comunidad que lo acogía y/o con grupos específicos. En algunas empresas el concepto no es compartir beneficios sino asumirlo como un costo. Para esto se ha evolucionado desde los encargos a funcionarios específicos, a los departamentos especializados, las políticas empresariales hasta llegar a los organismos especializados e independientes como las fundaciones. Más avanzado son conceptos como valor compartido (Porter) y la responsabilidad con el consumidor al entregarle productos elaborados y consumidos con menor daño al ambiente, la salud, que promueven la cultura, la vida sana y otros aspectos.
Las organizaciones no gubernamentales surgieron para especializarse en la gestión social. Para poder operar requerían de fondos de la cooperación internacional inicialmente de donaciones privadas, luego principalmente de gobiernos de países desarrollados para terminar trabajando principalmente con recursos del propio Estado y las empresas y filántropos locales. Estas organizaciones contribuyeron a que grupos sociales que tenían escasa voz incluso en las organizaciones políticas, pudieran movilizarse y obligar al Estado a atender con prioridad sus reclamos básicos. Contribuyeron a crear nuevos agentes de presión y con eso a la democratización de la gestión pública. Hoy esas organizaciones especializadas se dedican principalmente a promover y apoyar emprendimientos económicos en la base de la pirámide.
Lo social en su sentido más amplio, lo abordamos como todos aquellos elementos que componen en cada tiempo y espacio determinado, las preferencias, comportamientos y acciones de los individuos en sociedad. Cada miembro de una sociedad desarrolla su individualidad en los límites que le imponen su pertenencia o adscripción a uno o más agrupamientos sociales. La sociedad es una agregación de organizaciones informales y formales, e instituciones en el sentido de paradigmas y reglas que facilitan las relaciones entre los individuos (North).
Problema social
Los problemas sociales son aquellos que se originan cuando los individuos o agrupamientos de individuos enfrentan barreras o restricciones que les impiden ejercer con libertad, sus potencialidades (Sen). La fuente primera de los problemas sociales es la exclusión, la dificultad para participar de los beneficios de la sociedad y la desigualdad en la distribución de esos beneficios.
En el sentido descrito, lo social incluye satisfactores económicos, de conocimiento, de relaciones interpersonales, de salud, de seguridad y justicia, de certidumbre, de libertad de elección y credo, de esparcimiento, de cultura, de acción política (Maslow). Todos estos satisfactores concurren con diversa intensidad en lo que reconocemos como bienestar social que es la máxima aspiración y que se redefine en el tiempo con el desarrollo de las sociedades.
Cambio social
La idea del cambio social es tributaria del concepto de revolución. En la actualidad se utiliza para describir la aspiración de cambio en un determinado elemento de las relaciones sociales o de un agrupamiento específico de la sociedad. Por ejemplo, la liberación sexual favorecida por el control de la natalidad por medios artificiales, dio lugar a un hondo cambio social que influye en todas las aspectos de la vida social. En paralelo, el rol social que se asignaba a las mujeres, ha sido transformado de modo sustantivo. Así el cambio social debe entenderse esencialmente como las modificaciones en las instituciones que componen la sociedad. Como lo ha demostrado la historia, incluso cambios violentos en el poder político tienen muy lentos y limitados efectos en la institucionalidad social y muchas veces indeseados por los propios promotores de dichos cambios.
Valor social
El valor social debería ser entendido como un vector que aumenta el bienestar social de toda la sociedad o de una parte de ella. Esta definición podría aproximarse a la eficiencia paretiana. Sin embargo, en la realidad el aumento del valor social para un agrupamiento de la sociedad afecta a otros grupos directamente o al acentuar o cambiar la distribución social final del bienestar. Una sociedad que se basa en la libre elección de los individuos y no en la imposición de una autoridad central, será una sociedad desigual. El tema no es alcanzar la igualdad absoluta sino que la desigualdad resultante de las decisiones de cada individuo o grupo sea socialmente tolerable.
Gestión social
Finalmente, la gestión social debería entenderse como aquella que está orientada a crear valor social. Tanto la gestión privada como pública se orientan a crear valor social. En una sociedad dominada por la competencia y el afán de éxito personal o del grupo más próximo al individuo, su medida más importante es la acumulación patrimonial. En otras sociedades, este afán se ve constreñido por reglas de cooperación.
Lo que distingue la acción privada de la acción pública es que al menos en teoría, la segunda debe crear valores sociales que beneficien a la sociedad en su conjunto. Si apoya al sector más vulnerable de la sociedad y consigue que mejore su posición relativa, aumenten sus oportunidades y en definitiva se reduzca la brecha de desigualdad con el resto, eso sería socialmente deseable. Este es el sentido de las políticas más focalizadas. Aquellas en cambio que no son focalizadas pero que son bienes públicos, beneficiarán siempre proporcionalmente más a quién tiene más patrimonio y bienestar. Esto puede compensarse en gran medida si su contribución al fisco es mayor a través de impuestos. Finalmente, hay políticas públicas que benefician a agrupamientos que no están afectados por exclusión alguna y no son parte de la base de la pirámide, pero que se justifican en el discurso por los beneficios que generan en la población más vulnerable, por ejemplo, generación de empleo. Este es ciertamente un espacio de acción gris donde juegan los intereses mercantilistas de algunos grupos de presión.
Resumiendo las ideas precedentes, debe reconocerse que en la gestión de las organizaciones públicas como privadas, el componente social está presente consciente o inconscientemente. En un estado moderno, la totalidad de las acciones deberían estar definidas por el valor social que aportan, haciendo las sumas y restas entre los beneficios y eventuales perjudicados. Es un error en consecuencia, dividir dentro de la administración del Estado, un área social independiente. Esto debilita la acción social que debería definir todas las decisiones del Estado.
En el ámbito privado ocurre otro tanto. Las empresas como sostenía Friedman, cumplían su rol social creando riqueza y empleo. El discurso de la responsabilidad social agregó el concepto que la empresa debía compartir sus beneficios con la comunidad que lo acogía y/o con grupos específicos. En algunas empresas el concepto no es compartir beneficios sino asumirlo como un costo. Para esto se ha evolucionado desde los encargos a funcionarios específicos, a los departamentos especializados, las políticas empresariales hasta llegar a los organismos especializados e independientes como las fundaciones. Más avanzado son conceptos como valor compartido (Porter) y la responsabilidad con el consumidor al entregarle productos elaborados y consumidos con menor daño al ambiente, la salud, que promueven la cultura, la vida sana y otros aspectos.
Las organizaciones no gubernamentales surgieron para especializarse en la gestión social. Para poder operar requerían de fondos de la cooperación internacional inicialmente de donaciones privadas, luego principalmente de gobiernos de países desarrollados para terminar trabajando principalmente con recursos del propio Estado y las empresas y filántropos locales. Estas organizaciones contribuyeron a que grupos sociales que tenían escasa voz incluso en las organizaciones políticas, pudieran movilizarse y obligar al Estado a atender con prioridad sus reclamos básicos. Contribuyeron a crear nuevos agentes de presión y con eso a la democratización de la gestión pública. Hoy esas organizaciones especializadas se dedican principalmente a promover y apoyar emprendimientos económicos en la base de la pirámide.