Comparto el texto del discurso que preparé como padrino de la Sexta (VI) Promoción de la Facultad de Gestión y Alta Dirección (FGAD):
Uds. han adoptado como nombre de su promoción la expresión latina “Vires acquirit eundo“. Por cierto me intrigó su significado. Se puede traducir como “Las fuerzas se adquieren caminando (avanzando, marchando)” y es una expresión utilizada por el poeta Virgilio en la Eneida, la epopeya que elaboró para complacer al Emperador Augusto, contando la historia de un mítico fundador de Roma. Este héroe, Eneas, como Ulises, partieron de la Troya destruida, el último retornando como vencedor a su hogar lo que es relatado en la Odisea homérica, el otro como vencido buscando un nuevo hogar. El viaje de Eneas a diferencia del de Ulises, es el viaje del aprendizaje y me recuerda el poema Proverbios y Cantares de Antonio Machado, “caminante no hay camino, se hace camino al andar”.
Quiero decirles que en efecto, veo la vida como un discurrir, como un largo caminar con destinos que son fugaces y que debemos recrear una y otra vez. Así hacemos camino y cuando avanzamos, adquirimos mayores fortalezas. Nuestros padres, la escuela y el colegio fueron cada uno, un tramo de ese camino que es la vida. La universidad es apenas un tramo más. Cada uno de ellos ha contribuido a formarnos y a adquirir seguridad sobre lo que somos capaces y lo que necesitamos hacer para alcanzar nuevas metas en nuestras vidas. Pero lo que viene después son nuevos tramos, muchos agrestes, pocos llanos pero todos necesarios.
Leí hace unos días un artículo sobre los cambios generacionales que comparaban a las últimas tres grandes generaciones, los baby boomers como yo, con las llamadas generaciones X e Y, la última también conocida como millenaire. Los baby boomers teníamos grandes y la mayoría de veces, ingenuas ambiciones sobre como cambiar el mundo. En muchos aspectos fracasamos pero creo que contribuimos a hacer un mundo mejor. Éramos en gran medida solidarios y entendíamos lo que era trabajar en equipo.
La generación X, en especial en el Perú, vivió una etapa dura viendo caer las ideologías, enfrentándose a una realidad dura en la cual había que hacerse un sitio. No es casual que esta generación fuera conceptuada como individualista y hasta egoísta.
La generación Y en cambio, enfrenta una realidad más amigable y esperanzadora, son hijos directos de la tecnología, los nativos digitales, y la generación de las redes sociales, de la conexión aunque no siempre, de la cooperación.
Pero esta realidad enfrenta densos nubarrones. La prolongada crisis mundial nos ha recordado los grandes problemas que subsisten en la economía, que no han sido resueltos y que tiene en su base, las aún profundas desigualdades en la distribución de la riqueza. El cambio climático, es la clarinada que nos avisa que el mundo no puede seguir consumiendo recursos al ritmo en que lo viene haciendo y que requiere aún más sabiduría y tecnología para que podamos seguir prosperando.
En Perú tenemos un bono demográfico para acelerar nuestro crecimiento en las siguientes tres o cuatro décadas pero eso dependerá de la calidad de nuestros recursos humanos. Y todos sabemos que el principal factor que resta competitividad al Perú en la actualidad, es la calidad de su educación.
Nuestra querida universidad que llamamos cariñosamente la PUCP, ocupa el primer lugar entre las universidades del país aunque está aún distante de las mayores universidades del mundo. Es una enorme responsabilidad la que tienen en adelante para demostrar que con Uds., el país tendrá a más profesionales de primer nivel para enfrentar los grandes desafíos que tenemos al frente. Uds. gestores deberán estar en la primera fila contribuyendo a conducir de mejor manera, a este país en todas sus esferas, tanto pública como privada, en los negocios como en la vida social.
Al concluir esta etapa de estudios en su vida, mi principal recomendación es no dejar de estudiar, todos los días debemos aprender algo nuevo, nuestra sed de conocimientos no debe tener límites. Esos son los gestores que necesita el país.
Muchas gracias por halagarme como su padrino. Estoy en deuda con Uds. y comprometido por siempre porque entiendo la docencia, como una forma de paternidad y ésta es irrenunciable.
04 de Octubre 2013