El tipo entró al café y pidió un ron, no era ni las diez de la mañana y ya iba por la segunda copa. Era alto, cabello negro (un poco largo), con una camisa ploma y en la mano un tatuaje lavado por el tiempo . Hay hombres que te atraen desde el comienzo y él era uno de ellos…sobreviviente de toda esta ciudad que no le pertenece. En un momento, imaginé lo raro que sería prepararle el desayuno…con lo difícil que es enfrentarse al amanecer y mantenerse de pie todos los días. Cuando dijo mi nombre recordé que ya eran doce años de contraluz y reflejos…
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