Luz nocturna: el hueso y el aliento

transparente. Este viaje

concedido

al corazón del cielo

que habitamos: una montaña

en el aire que se derrumba.

solo tú duermes hasta el fondo de este lugar,

tierra nacida, pero no muerta, como si el sueño

te llevara tan lejos

que pudieras hablarme de la densa

y embarrada semilla

que está ardiendo en nosotros,

y apaciguar el lento dolor del otoño

que cae

por entre el largo desarraigo

de las estrellas.

Puntuación: 0 / Votos: 0