Sustantivo derivado del verbo “Procratisnar” y una de las palabras más desagradables al momento de pronunciarla!! Y es que procrastinar es un problema que nos aqueja a muchos y no nos genera ningún beneficio en el largo plazo, más bien sólo en el corto plazo.

¿Y qué es Procrastinar? Proviene del latín pro- (adelante) y crastinus (relacionado con el mañana). Se trata de postergar de forma sistemática aquellas tareas que debemos hacer, que son cruciales para nuestro desarrollo y que son reemplazadas por otras más irrelevantes pero más placenteras de llevar a cabo. Es asumida popularmente como simple “pereza”, “mañana lo hago” o Excusitis Aguda. Hemos procrastinado alguna vez si:
• Sientes que no tienes tiempo suficiente para realizar todo lo que quieres
• Vives aplazando tus actividades, incluso las que son prioritarias para tu vida
• Entregas tus tareas/trabajos/pendientes con las justas y vives estresado por ello
• Llegas tarde constantemente a las citas/reuniones en el trabajo y con amigos
• Te culpas por no poder cumplir con tus objetivos y compromisos

El “procrastinador” suele o bien sobrestimar el tiempo que le queda para realizar una tarea, o bien subestimar el tiempo necesario -según sus recursos propios- para realizarla, basados en una excesiva autoconfianza y una falsa sensación de autocontrol.

Las típicas fases del proceso de procrastinar:
1. Está controlado: Tenemos una tarea pendiente para la que nos han dado un plazo de 15 días, pero creemos que nos llevará sólo unas cuantas horas realizarla, aunque nunca la hayamos hecho antes o ni siquiera hayamos calculado el volumen de trabajo que implica. Así que nos relajamos y nos dedicamos a cualquier otra cosa. Pensamos que “hay tiempo de sobra, no es necesario ni siquiera empezar a hacerlo!”.
2. ¡No está controlado!: En un momento dado, cruzamos una barrera de tiempo imaginaria y nos damos cuenta de que no todo está bajo control y que nos queda poco tiempo. Tenemos que ponernos a trabajar de inmediato si queremos llegar a la fecha prevista.
3. Llegamos con las justas: Cumplimos con el plazo in extremis o incluso con algo de retraso. Si encima el trabajo recibe elogios de quien lo recibe, nos reafirmamos en la idea de que sólo trabajamos bien bajo presión (tremendo autoengaño!!) y, en vez de aprender de la experiencia, la próxima vez repetiremos la misma rutina.

El procrastinador sabe perfectamente lo que debería estar haciendo, pero aun así lo posterga. ¿Por qué? Estos son los motivos principales:
• Falta de motivación: Si la tarea nos parece aburrida, la retrasamos «para darle emoción»; o esperamos a estar “más inspirados”. Ejem: “Veré la película que están dando en HBO, eso me animará a realizar mi tarea y lo haré en menos tiempo!.”
•Dificultad: La complejidad de la tarea nos supera y preferimos hacer alguna tarea más sencilla o que nos distraiga en su lugar. Ejem: “Entraré un ratito a mi Facebook para despejar mi cabeza y tener más lucidez para este difícil encargo.” (Falso!) ó también buscamos excusas, “No tengo la computador/software adecuado para terminar esto, mejor lo hago en otro momento”
•Indecisión: No conseguimos decidir por dónde empezar y postergamos la ejecución de la responsabilidad que tenemos. Ejem: “¿Y ahora por dónde comienzo? Si comienzo por el informe de Filosofía me demoraré 2 horas, pero si comienzo por el Reporte de Cálculo me tardaré 3 horas y si avanzo con el Texto de Redacción?.. mmm…mejor me voy a tomar un cafecito a la Cafetería Central hasta que tenga claro por dónde empezar.”
•Baja tolerancia a la frustración: Por miedo al fracaso no realizamos lo que debemos hacer. Esto sucede porque no comprendemos que fallar también es una forma de aprender y ser mejor cada vez. Ejem: “Siento que si lidero este importante proyecto podría fallarle a mi jefe y a la empresa ya que no tengo la suficiente experiencia.”. Esto puedo causar que no se cumplan los deadlines planeados para cumplir el proyecto puesto que la persona cae en la inactividad.
•Muchas ideas y poca acción: Aquellas personas muy activas que disfrutan generando ideas, pero que no pueden finalizarlas porque enseguida se distraen generando ya la siguiente; y postergan así decenas de tareas que obviamente no tienen tiempo para completar. Ejem: Un profesional a punto de comenzar a realizar el reporte de ventas mensual.
– “Creo que mejor uso un Excel para generar el reporte.” – Avanza 20 minutos con el reporte y luego….
– “Mejor uso el SAP, creo que sería más rápido que este Excel” – Se mete al SAP y trata de generar la consulta pero tiene problemas luego de 10 minutos de intentarlo, así que decide…
– “Lo mejor será usar el macro que me pasó mi practicante, estoy seguro que podré avanzar mejor…”. – Y así puede continuar eternamente si no se tiene bien definido el procedimiento, perdiendo horas valiosas del tiempo de oficina.

Hasta aquí, es muy probable que ya te hayas sentido identificado con algunas de las excusas que solemos ponernos para no avanzar con lo que “debemos hacer”. Y es que todos hemos postergado tareas importantes por distraernos. Tenemos que aprender a reconocer cuándo estamos procrastinando para poder así reorientar nuestras acciones y decidir por la “mejor opción”, la que realmente nos conviene para el cumplimiento de nuestros objetivos, osea realizar nuestros deberes/responsabilidades así nos cueste. Recuerda que “El éxito… parece estar relacionado con la acción. Los hombres de éxito permanecen siempre en movimiento. Cometen errores, pero no se dan por vencidos”. Conrad Hilton.

El año ya comenzó y estoy seguro tenemos objetivos y metas que nos hemos trazado y que deseamos cumplir. Por ello, no nos dejemos engañar por “el ladrón del tiempo” y sepamos decir que NO a nuestra comodidad con mucha firmeza para poder ser personas realmente libres, es decir, personas que hacen lo de deben en el momento oportuno y con todos los sentidos puestos en la tarea.

PD: Más tips para superar la Procrastinación en el siguiente post…
Fuentes:
http://www.societyof2000.org/ver.asp?art=3619
http://www.20minutos.es/noticia/125238/0/Nunca/dejes/manana/
http://www.ganaropciones.com/procrastinar.htm