Lo que habría que propugnar no es exactamente

Una enseñanza más práctica (más teórica) del Derecho,

Sino una más metodológica y argumentativa.

 

Manuel Atienza Rodríguez

I

La oferta y la demanda agregada forman parte de un proceso sinérgico que constituye el nervio de la economía global. Aquí se patentiza la exigencia del estudio crítico y creativo de la macroeconomía con el apoyo de técnicas que permitan procesar la información necesaria de manera sencilla y comprender como la situación económica de un país puede afectar a los ciudadanos en su conjunto.

Conviene decirlo desde el principio que sólo es posible pensar en Macroeconomía a partir de las diversas definiciones de Macroeconomía, que diversos autores, no sólo economistas, han desarrollado a través del tiempo. Sobre el particular me quedaré con la siguiente definición, que a mi punto de vista es la más absoluta conceptualmente:

La macroeconomía es la parte de la economía que se ocupa del comportamiento de la ésta como un todo: de las expansiones y las recesiones, de la producción total de los bienes y servicios de la economía y su crecimiento, de las tasas de inflación y desempleo, de la balanza de pagos y los tipos de cambio. Trata del crecimiento de la producción y del empleo durante periodos largos de tiempo – es decir del crecimiento económico – y de las fluctuaciones a corto plazo que constituyen los ciclos económicosSe pueden encontrar muchos ejemplos valiosos y aleccionadores sobre el concepto de la macroeconomía, en algunos textos, los mismos que entienden a la macroeconomía como aquella que se ocupa del comportamiento global del sistema económico, reflejado en un número reducido de variables, como la producción o producto total, el empleo, la inversión, el consumo, el nivel general de precios, etc. Por otra parte en palabras sencillas de un investigador acucioso y solerte, éste nos diría que es una foto de la realidad de las operaciones en su conjunto y que busca obtener una visión lo menos compleja posible del funcionamiento de la economía, lo que nos permitirá determinar el nivel de la actividad económica.

Siguiendo con este orden de ideas, diré que el enfoque macroeconómico se centra en el estudio de la economía en su conjunto, integrada por una serie de mercados en los que se supone que existe una competencia perfecta, realidad que a todas luces no es las que gobierna nuestra coyuntura económica nacional.

Fisher, economista monetario, uno de los importantes economistas del siglo pasado en Estados Unidos, estableció que la macroeconomía se fija en una serie de variables clave que nos permiten establecer objetivos concretos y diseñar políticas macroeconómicas. Entiendo que para Irving Fisher los instrumentos de la macroeconomía son las políticas de demanda y/u oferta, y que según los objetivos que se busquen, se suelen concretar en variables tales como la inflación, el desempleo, el crecimiento del Producto Nacional, el déficit público, el desequilibrio exterior o el tipo de cambio.

¿Cuándo y por qué es necesaria la macroeconomía? No existe un momento exacto en el cual sea necesaria la aplicación de la macroeconomía, sin embargo es obvio que el interés por establecer políticas económicas certeras es el primer carburante. Pero tal ves uno de los momentos en los que sea más necesaria la macroeconomía, es cuando la humanidad atraviesa por una crisis financiera, la misma que plantea particulares retos a los hacedores de políticas económica, por su característico origen en los mercados financieros y su capacidad para expandir los efectos adversos en la globalización del comercio.

La búsqueda de una respuesta más adecuada a la pregunta que me he planteado, me lleva a analizar cuándo y por qué, respectivamente, es necesaria la macroeconomía en una situación de realidad nacional, como la que atravesó el Perú en el último año, y que paso a desarrollar a continuación:

¿Cuándo es necesaria la Macroeconomía?:  

En el 2009, las proyecciones del crecimiento mundial según el Fondo Monetario Internacional fueron negativas, ya que se estimó una caída de 1.3% para la economía mundial en el reciente world economic Outlook; lo que ha llevado a un desborde de la crisis de los sectores financiero y bancario hacia la economía real afectando el consumo y la inversión. Esta caída de la economía mundial afecta al Perú a través de diferentes canales. Desde agosto del 2008, el precio de las exportaciones peruanas ha caído en promedio cerca del 30%, a los menores precios se sumó una fuerte contracción de la demanda por nuestros productos ante la severa caída de la actividad económica en nuestro principales socios comerciales. Asimismo se trasladaron menores flujos de capitales hacia los mercados emergentes, lo que se tradujo en menor inversión extranjera en el país. Por su parte, las remesas de los peruanos que residen en el exterior también disminuyeron.

¿Por qué es necesaria la macroeconomía?

Sobre la base de la crisis financiera mundial, el Perú optó por políticas contracíclicas para asegurar que el impacto del entorno internacional sobre la economía local no sea devastadora, y deprede el mercado llevándolo a una recesión sin precedentes.

Por un lado el Banco Central de Reserva se encontró abocado a proveer los niveles necesarios de liquidez que requiere el mercado para asegurar que la cadena de pagos no se rompa, asimismo se inicio una reducción de su tasa de referencia. Por otro lado el Ministerio de Economía y Finanzas puso en ejecución un Plan de Estímulo Económico, el mismo que asciende al 3,2% del PBI y consiste en un programa de aumento de la inversión pública y el gasto social trayendo como consecuencia la disminución de la brecha de infraestructura con el efecto de aumentar la productividad y promover el crecimiento a largo plazo, es decir busca atender prioritariamente aquellos sectores que son los más afectados por la crisis.

Aprender a lidiar con los términos utilizados por la Macroeconomía, no es sencillo la primera vez que te topas con ellos, pero estos se desarrollan en nuestro quehacer cotidiano de manera creativa y conocida, ya que se desenvuelven en cuestiones prioritarias de la coyuntura política económica nacional e internacional, en lo que le compete a cada quien. Entre las principales definiciones tenemos:

La inflación: Desde un punto de vista macroeconómico se estudian las causas y los costes que para la sociedad supone la inflación, así como las posibles soluciones y las consecuencias de las posibles medidas a tomar.

La tasa de inflación es la tasa porcentual de aumento del nivel general de precios a lo largo de un periodo de tiempo específico. Esta es la razón, en parte, por la que la inflación es impopular, aunque las rentas de los individuos crezcan junto con los precios.

El desempleo: La macroeconomía se ocupa de por qué el mercado de trabajo a veces presenta unos porcentajes muy elevados de desempleo y de las posibles medidas a tomar para tratar de reducirlos, ya que, además de los costes sociales y personales sobre los individuos afectados, el desempleo supone un despilfarro de recursos.

Las tasas elevadas de desempleo constituyen un problema social importante. Es difícil encontrar trabajo. Los desempleados sufren una disminución de su nivel de vida, una angustia personal y, algunas veces un deterioro irrecuperable de las oportunidades que ofrecen sus carreras.

El crecimiento: La macroeconomía estudia las causas del crecimiento de la producción. Cuando una economía experimenta un crecimiento notable, se crean muchos puestos de trabajo y el bienestar general de los individuos crece. Lo contrario ocurre cuando la economía no crece lo suficiente o incluso decrece.

La tasa de crecimiento es la tasa porcentual de aumento del conjunto total de bienes y servicios producidos por una economía, esto es el Producto Nacional Bruto a lo largo de un periodo.

Cuando la tasa de crecimiento es elevada, la producción de bienes y servicios está creciendo, permitiendo que aumente el nivel de vida. Generalmente, una tasa de crecimiento elevada lleva consigo un menos desempleo y un mayor número de puestos de trabajo.

El déficit público: es medido como la diferencia entre los gastos públicos y los ingresos públicos, es un indicador del grado de equilibrio o desequilibrio de la actuación del sector público. Según cuál sea la cuantía del déficit público, así serán las necesidades de financiación de las Administraciones Públicas. Cuando este déficit es elevado, también lo serán las necesidades financieras del sector público, lo que presionara al alza a los tipos de interés e incidirá negativamente sobre la inversión privada.

El desequilibrio exterior: Los desequilibrios en las transacciones con el resto del mundo, es una variable clave en la política macroeconómica. Las relaciones de un país con el resto del mundo se recogen en la balanza de pagos. Ésta, al ser un documento contable, siempre está en equilibrio, por ello lo que interesa es el saldo de determinados grupos de transacciones. Así un déficit en el saldo de la balanza por cuenta corriente negativo, es decir, cuando las importaciones de bienes y servicios son mayores que las exportaciones, implica que el país en cuestión está absorbiendo más recursos de los que produce y el déficit debe equivaler al préstamo recibido del resto del mundo.

El tipo de cambio: Expresa el precio en unidades monetarias nacionales de una unidad de una moneda extranjera.

En el tipo de cambio se debe tomar en cuenta la inflación, la misma que afecta la directamente, y que puede variar debido a presiones depreciatorias a consecuencia de mayores restricciones en las condiciones de financiamiento y crédito internacional, y la lenta recuperación de la economía mundial.

Producto Nacional Bruto: Es el valor total de los bienes y servicios finales generados en una economía por una unidad de tiempo, normalmente un año.

Aquí encontramos al Producto Nacional Bruto que mide el valor de la producción utilizando los precios vigentes en el periodo en que se obtuvo; y al Producto Nacional Bruto Real que mide la producción obtenida en cualquier periodo utilizando los precios de un año base.

Siguiendo con este orden de ideas, no debemos dejar de mencionar al Producto Bruto Interno que es el valor total de la producción de bienes y servicios dentro del territorio nacional.

La Renta Nacional: Es la renta total que reciben los factores productivos del país y se destinan al consumo o al ahorro.

Los servicios prestados por los factores productivos se llevan a cabo a cambio de unas remuneraciones. Fundamentalmente éstas se encuentran encuadradas en cuatro categorías: a) sueldos y salarios, pagos recibidos por el servicio del trabajo; b) Rentas de la tierra, es decir los pagos recibidos por los servicios por el factor tierra; c) Intereses y beneficios que comprenden los pagos recibidos por los servicios de capital; d) Transferencias provenientes del sector público y el resto del mundo.

Política Fiscal

Es la situación en la que el Estado interviene en la economía nacional para tratar de estimular la demanda agregada y de este modo elevar la producción y el empleo. En ese sentido la utilización de los poderes del Estado para incrementar el gasto público y reducir los impuestos, es decir, para apelar a la política fiscal, adquiere una importancia capital.

Durante los últimos años, la economía peruana ha experimentado un largo periodo de crecimiento económico, causando un impacto positivo en los niveles de recaudación tributaria, siendo este uno de los principales factores por el que se pudo pasar de continuo defecit a superávit fiscal. Un ejemplo de ello es que la deuda pública se redujo de 45,5% del PBI en el año 2000 a 24% del PBI en el año 2008.

La caída en el nivel de la actividad económica mundial, producto de la crisis financiera, está afectando a nuestra economía a través de una disminución de la demanda externa. Así mismo la caída de las cotizaciones de nuestros principales productos de exportación en el mercado internacional, ha tenido como consecuencia que el nivel de recaudación tributaria se vea afectado negativamente debido a la menor recaudación por Impuesto a la Renta por parte del sector minero.

En relación al párrafo anterior, se plantea que una política fiscal eficiente, sería aquella que no establezca una reducción severa de los impuestos, en razón a que la masa tributaria es muy escueta; la solución más eficiente es establecer medidas de gasto, las mismas que pueden tener mayores ventajas que un recorte de impuestos, el cual operaría a través de un incremento en la capacidad de consumo de las familias y empresas en la economía. Esto a razón que existe una alta incertidumbre sobre los ingresos futuros en la coyuntura actual de crisis internacional y variación constante del tipo de cambio del dólar, ya que los consumidores podrían incrementar su propensión marginal al ahorro en mayor medida que su propensión marginal al consumo.

Por otra parte hay que analizar, esta medida de gasto, teniendo en cuenta el contexto presente desde la perspectiva económica actual que se nos presenta, ya que el Ministerio de Economía y Finanzas ha establecido, para el año 2009, que el consumo privado sólo se incrementará un 3.5%, como consecuencia del menor crecimiento del ingreso nacional disponible y de un menor acceso al crédito. Congruente con esta idea, la inversión privada sólo alcanzaría un crecimiento de 5%, debido al impacto negativo de la crisis internacional en los sectores ligados al sector externo, con lo cual se reduciría el impulso de la inversión privada.

De no aplicarse estas medidas de gasto, y descartando un incremento de impuestos, una de las políticas fiscales por la que podría optar el gobierno sería la monetización del déficit presupuestario o la acomodación monetaria. Esta figura se plantea que cuando en el transcurso de una expansión fiscal, se incrementa la oferta monetaria para evitar que aumenten los tipos de interés. En palabras simples, lo que quiere decir es que el Banco Central de Reserva  imprime dinero para comprar bonos con los que el sector público paga su déficit.

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