PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL PERÚ
Maestría en Lingüística- Estudios Andinos
Trabajo presentado en el Seminario de Lingüística Histórica
Profesor: Rodolfo Cerrón-Palomino, Ph.D
Alumno: Roger R. Gonzalo Segura (Cód. 20085353)
rrgonzalo@pucp.edu.pe
Fecha: 10 de Agosto de 2008.
Como se aprecia, la lateralización de /r/ (*r > l) es característica especial del quechua huanca (Junín) y este fenómeno ocurre en ejemplos como los siguientes:
Son cinco los vocablos que nos toca observar, analizar y comparar sus realizaciones en diversos dialectos del quechua, con tal de lograr el objetivo final de reconstruir tales vocablos para el protoquechua; a saber: dormir, b) morir, c) volar, d) caminar y d) venir.
Para el caso de ‘dormir’ y ‘morir’ (puñu- y wañu- , respectivamente) desde ya adelantamos que no habrá mayores problemas en su reconstrucción dado a que, las formas puñu- y wañu, son compartidas en todos los dialectos de la lengua quechua, salvo una excepción que será analizada más adelante.
En cuanto a los cognados referentes a ‘volar’, ‘caminar’ y ‘venir’, encontraremos variaciones importantes que, de acuerdo con la idiosincrasia de cada dialecto, nos estará ubicando frente a diferencias de carácter diacrónico en algunos segmentos.
Para empezar con el presente trabajo hemos consultado obligatoriamente los vocabularios y gramáticas publicadas por González Holguín (1608), Antonio Ricardo (1586) y el Diccionario Políglota Incaico (1905), obras que nos han ubicado en los diversos dialectos del quechua aunque sería imprescindible la consulta de las informaciones existentes en otros dialectos del quechua a los cuales, por el momento, no hemos recurrido.
Los cognados, que serán materia de nuestro análisis y servirán para proceder con nuestra propuesta de las formas reconstruidas, pertenecen a los dialectos quechuas de Cuzco, Ayacucho, Junín y Ancash, y durante todo el desarrollo del tema estaremos confrontando nuestros datos con los que nos ha proporcionado el Padre jesuita González Holguín.
Desde luego, adelantamos que en el desarrollo del análisis estaremos usando algunos símbolos como los siguientes:
<> : Los ángulos para transcribir “al pie de la letra” los datos registrados en las fuentes documentales.
– : Hacemos uso del guión para referirnos sólo a la raíz verbal, la que, en contextos oracionales, aparece seguida de marcas de acuerdo con la intención de los hablantes; además, su uso se extenderá para marcar las fronteras morfémicas, como en puri-mu-y ‘llegar’.
* : El asterisco indica que se trata de una forma reconstruida, como cuando decimos que p’uñu proviene de una forma antigua o reconstruida *p’uyñu .
> : Usamos en representaciones como *p’uyñu > p’unu, lo cual significa: “ La primera forma evoluciona en una segunda.
< : Significa lo contrario a lo anterior. Usamos en representaciones como p’uñu < *p’uyñu, que quiere decir: la primera proviene de una forma antigua.
/ / : Se usa para representar sonidos distintivos o fonemas: /ñawpaq/ ‘delante’.
[ ] : Se usa para representar la realización de los fonemas, cuando cuando /ñawpaq/ en el sur se pronuncia [ñáwpaχ]. En el castellano podría decirse que el fonema/n/ se realiza o concretiza como alveolar [n], bilabial [m] palatal[ñ] o velar [ŋ], como cuando pronunciamos las palabras Ana, imparcial, chancho o tengo, respectivamente.
1.1. ‘Dormir’ y ‘morir’En la actualidad, la mayoría de los dialectos mantienen las formas puñu- y wañu-, con el significado de ‘dormir’ y ‘morir’, respectivamente, las que se mantienen tal como fueran registradas por el Padre Diego González Holguín ([1608] 1989: 78)
En cuanto a los segmentos /p/ y /w/, sea para puñu- y wañu- respectivamente, en contexto de inicio de la palabra todos los cognados comparten la misma forma, es decir, no han evolucionado en la totalidad de los dialectos. Sin embargo, en puñu-, el segmento /ñ/ ha perdido el rasgo palatal , y éste es un “fenómeno circunscrito a los dialectos centro peruanos” (cf. Cerrón-Palomino 1987: 157) tal como se observa en los siguientes ejemplos:
*ñawpa > nawpa
*wiña- > wina-
*wañu- > wanu-
pero, wina- y wanu- a la vez significan ‘llenar’ y ‘estiércol’, respectivamente, creando parónimos, frente a los cuales los hablantes no se hacen problemas para dar una interpretación, y es el contexto el que el al final terminará por dar el significado que le corresponde al insertarse en un determinado enunciado.
Por lo anterior, desde ya asumimos que los parónimos son la consecuencia de la evolución de /ñ/ que en algunos dialectos del quechua se concretiza en [n] en contextos de inicio de la palabra y la posición intervocálica.
Ahora bien, en lo referente a ‘morir’, si contrastamos los cognados de los dialectos a los que hemos tenido acceso, el segmento /w/ de wañu- no sufre ningún cambio al menos en contextos de inicio de la palabra. Y esto vale para todos los términos quechuas que inician con /w/.
Con todo, estamos listos para postular sin mayores dificultades las siguientes protoformas (formas antiguas) para con el significado de ‘dormir’ y ‘morir’, respectivamente:
*puñu-
*wañu-
1.2. *Volar
González Holguín registra la forma
A continuación presentamos el cuadro de cognados para ‘volar’:
Cuzco : phawa-
Ayacucho : pawa-
Junín : paali-
Ancash : paari
González Holguin:
Sin embargo, no es del todo débil la primera opción, perspectiva desde la cual Cerrón-Palomino pone sobre la mesa datos como millp’uy, mirq’u (donde quedarían fosilizados sufijos muy antiguos del quechua sobre la base de la raíz mi- ‘comer’) y sugiere que el quechua de alguna manera ha desarrollado las laringalizadas como en allpa = hallp’a o haqay = haqhay, a la vez que comparte la teoría de la denominada “contaminación semántica” como en el préstamo asut’i ‘azote’, idea que quedará explícita al proponerse en su Lingüística Aimara (2000: 364-369) reconstrucciones para el protoquechua considerando las laringalizadas.
Ahora bien, si observamos los cognados que corresponden a los dialectos de Junín y Ancash, existe cierta complejidad para seguir adelante con el análisis. Para empezar, hay que aclarar qué pasa en paa- donde se observa dos vocales juntas “conjurando así la violación de la regla fonotáctica quechua que prohíbe la secuencia de segmentos silábicos” (Cerrón-Palomino 1987: 159-160), fenómeno que puede también verse en otros ejemplos que corresponde al quechua argentino como: *awa- > aa- ‘tejer’ *tawa > taa ‘cuatro’ *warmi-wan > warmi-an ‘con (la) mujer’ (cf. Ibídem). Como vemos, lo que ocurrió primero en ambos dialectos es la elisión de */w/ en posición intervocálica de modo esto que nos conduce a una primera aproximación hacia la forma reconstruida de *phawa-. En lo que corresponde a los derivativos –ri y –li , consideramos que ambas formas representan el mismo morfema que tiene el significado de deverbativo ‘incoactivo’ , con la aclaración de que en el huanca o los dialectos de Junín, la */r/ ha sufrido un cambio radical al lateralizarse en /l/. Por todo lo anterior, la evolución de ‘correr’ en quechua ha tenido el siguiente camino: *phawa-ri- > phaa-ri- > paa-li-.
Sin embargo, tomando en cuenta el quechua de Moquegua , se tiene la forma phala- ‘volar’, y phawa- se restringe sólo con el significado de ‘correr’, aunque algo parecido sucede con el aimara hala- que significa ‘correr’ como ‘volar’. El caso parece ser más polisémico cuando González Holguín (1608) y ¿Antonio Ricardo? (1586) traducen también con el significado de ‘saltar’ o ‘correr’.
En conclusión, dando constancia de la existencia, al menos por ahora, la forma phala- de los quechuahablantes de Moquegua (¿tendrá alguna relación con el aimarismo hala-?); considerando la elisión de la semiconsonante */w/ en posición intervocálica; asumiendo que las dos hipótesis de si el protoquechua tenía o no segmentos laringalizados siguen vigentes, y observando la forma reconstruida *phaya- que habría que discutirse con el profesor Rodolfo Cerrón-Palomino (2000); y, por último, dejando de lado toda extensión semántica existente, postulamos la siguiente reconstrucción para el protoquechua:
* phawa-
1.3. Caminar
Obsérvese:
Cuzco : puri- (ri-)
Ayacucho : puri- (ri-)
Junín : puli- (li-)
Áncash : puri-
González Holguín:
*rumi > lumi ‘piedra’
*rinri > linli ‘oreja’
*rura- > lula- ‘hacer’
y, por supuesto, que con muy pocas excepciones (cf. Cerrón-Palomino 1987: 166).
Lo que se observa, también, es que puri- compite con otra forma “¿reducida?” ri- o li- y con el mismo significado. Pero, en este caso se trataría de una forma pre-protoquechua, en la que se habría manifestado como la fusión de dos formas: *pu + ri (comentario de Cerrón-Palomino); que en la actualidad aparecen fosilizadas.
Por lo demás, aclarando que los segmentos /p/, /u/, /i/ de puri- no han sufrido cambio alguno incluso en las variedades más cercanas al protoquechua, estamos listos para postular la siguiente protoforma para ‘caminar’: *puri-.
1.4. ‘Venir’Téngase en cuenta que /š/ simboliza a la sibilante palatal sorda, la que, a veces en la ortografía, suele manifestarse como
[waşa] ‘espalda’
[usa] ‘piojo’
[asi-] ‘reír’
[aši-] ‘buscar’
Lo que interesa en nuestro caso es el análisis de que si [ş] y [š] son realizaciones de un solo morfema. Tal como demostró Cerrón-Palomino a través de datos provenientes del huanca, el [š] y [ş] pertenecen a un solo fonema, por lo que el cambio ha tenido que ocurrir como en el sentido siguiente: * [ş] > [š]; fenómeno tal que se denomina palatalización desde el campo de la lingüística diacrónica, justificándose en una razón fundamental: por la mayor distribución del sonido apical y la restricción a ciertos contextos en lo que se refiere a la realización del palatal. Este apical, en lo referente al Cuzco, terminó por transformarse en algún momento hasta llegar a la forma /s/ tal como lo hace notar un anónimo ¿Antonio Ricardo? al registrar
Los siguientes cognados nos ayudarán a comprender mejor el desarrollo evolutivo del segmento palatal:
Cuzco : hamu-
Ayacucho : hamu-
Junín :
Áncash :
González Holguín:
¿Antonio Ricardo?:
El segmento representado como
Ahora bien, hasta ahora sabemos que el cambio del sibilar en cuestión ha tomado la siguiente forma: *ş > š > s > h; y como se ve el proceso empezó con la palatalización hasta llegar a reducirse en una simple aspiración. Viendo esto, planteamos que los cambios ocurridos históricamente han tenido el siguiente camino para ‘venir’: *şamu- > šamu- > samu- > hamu. Lo mismo sucede con * şuk > šuk > suk > huk, terminando a pronunciarse como [oχ] en los dialectos con fuerte influencia aimara (cf. Cerrón-Palomino 1987: 111-112, 121-122).
Cerrón-Palomino realizando esta misma tarea de reconstrucción para el protoquechua (2000: Apéndice) sugiere la forma *ŝa-mu- , por lo que no hay diferencia con lo que estamos proponiendo. Pero, ¿a qué se debe el guión que separa la raíz en dos? Lo que el profesor representa es la forma posible para el pre-protoquechua, sabiendo desde luego que en muchas raíces del quechua aparecen fosilizados segmentos que hayan podido ser sufijos, y no creo que nos equivoquemos al afirmar que –mu tenga el significado de “cislocativo” , como lo sugiere el profesor al revisar el presente trabajo . Con todo, desde nuestro análisis postulamos la siguiente forma para el protoquechua:
*şamu-
BIBLIOGRAFÍA
AGUILAR PAEZ, Rafael
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PROPAGANDA FIDE DEL PERÚ.
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NOTAS:
1. Sólo la raíz verbal será objeto de nuestro análisis, dejando al margen el morfema –y que es la marca del infinitivo equivalente a las formas castellanas ‘–ar,’ ‘-er’, ‘-ir’).
2. González Holguín ([1608] 1989: 299) efectivamente registra
3. Con el significado de ‘morir’ González Holguín ([ídem: 78) también registra como
4. Para efectos de nuestro análisis, la depalatalización es un fenómenos que consiste en la pérdida del rasgo palatal de */ñ/, o sea su igualación con */n/ llegándose a igualar su pronunciación con */n/ (cf. Cerrón-Palomino, op. cit.).
5. Sin embargo, en algunos casos, el /w/ y el /m/ son equivalentes como en marmi y warmi ‘mujer’.
6. Como se verá a lo largo de toda su obra, González Holguín “vacila en la representación de las laringalizadas y postvelares” (Cerrón-Palomino 2008: sugerencia al presente trabajo), a no ser que el padre jesuita haya querido también representar las formas usadas en otras variedades del quechua distintas a la del Cuzco.
7. No incluimos las africadas.
8. Apuntes: Seminario de Lingüística Histórica, Escuela de Graduados de la Pontificia Universidad Católica del Perú, junio-2008.
9. Al cambio donde en una lengua el fonema /r/ evoluciona a /l/ se denomina lateralización. En el quechua “El protofonema */r/ tiende a mantenerse como tal (es decir, vibrante simple) en la mayoría de los dialectos, sobre todo en posición inicial de sílaba […] En el huanca […] la */r/ sufrió un cambio radical, pues se lateralizó en /l/[…]” (Cerrón-Palomino 1987: 166) . Ejemplo: *rumi > lumi ‘piedra’, *rinri > linli ‘oreja’ (cf. ibídem).
10. “Expresa el inicio del proceso verbal o la realización momentánea e incompleta del mismo. De otro lado, implica también un matiz de cortesía o afecto, sobre todo con las formas verbales imperativas” como en qhispi-ri-y ‘comenzar a salvarse’, saya-ri-y ‘comenzar levantarse’, pusa-ri-y ‘conducir cortésmente’ maña-ri-y ‘prestar algo generosamente’ (cf. Cerrón-Palomino 2008a: 150).
11. En Moquegua ocurre algo muy particular que distancia del dialecto sureño. En los hablantes de Tassa, Yunga o Lloque (Moquegua), desde la preferencia de yaku para designar al ‘agua’ (que es unu en Puno), hasta la forma cómo insertan el validador –mi, como en wasi-mi ‘es (la) casa’, allqu-mi ‘es (el) perro’, se advierten ciertas características que lo diferencia, al menos de Puno y de Cuzco.
12. Cf. nota 9.
13. Curso Taller de Trabajo de Campo para los alumnos de pregrado de la PUCP, Setiembre 2008.
14. Sobre este tema se ha discutido mucho; pero no hay duda que apostemos por la palatalización, más que por la apicalización que es un fenómeno contrario al anterior (cf. Cerrón-Palomino 1987: 121-123; 162-163).
15. [ŝ] tiene el mismo valor apical que nuestro[ş].
16. “[C]on verbos de movimiento señala una orientación hacia el hablante (=valor cislocativo); y con otros verbos, indica que el proceso se realiza fuera del lugar que ocupa aquél (=valor translocativo)”(Cerrón-Palomino 2008: 155). Ejemplos: puri-mu- ‘caminar en dirección del hablante’, apa-mu- ‘traer (llevar en dirección del hablante)’, mikhu-mu- ‘comer en otro lugar’.
17. Aprovechando esta oportunidad, en lo referente a ‘venir’ del aimara ocurre algo curioso como en la forma jawutma ‘ven’ (jawi+jutma) (cf. con