DEL VARGAS LLOSA SU RABIA

DEL MARIO VARGAS LLOSA SU RABIA

Por: Roger Gonzalo Segura

“Pregunta cristiano ¿quién es el enemigo?, el enemigo es la soberbia; no hay cosa hoy en el mundo ni en el cielo tan mal que el primer pecado que le acometió a Dios fue la soberbia de aquel tan lindo y hermoso y de todos sus secuaces […] que allá son castigados con el fuego de perpetua por su soberbia […]. Todo esto causa la soberbia de ser licenciado, doctor, presumen de saber mucho, pobres vosotros si considerásedes juez y justicia para degollar a la horca y [des]cuartizarlo (sic), atormentarlo y afrentarle por las calles dándoles cien azotes…”
Guamán Poma ([1615] 1993: 772-775)

La rabia de Mario Vargas Llosa aparece como una forma de soberbia llena de irracionalidad y venganza de no se sabe por qué, y tiene su ingrata aparición desde cuando se burla satánicamente del suicidio de Arguedas escribiendo que “se disparó un balazo en la sien –frente a un espejo para no errar el tiro- el 28 de noviembre de 1969”. Como se advierte sólo un psicópata tendría esa impresión de por demás inhumana y malintencionada con tal de demostrar a como de lugar que los sueños de Arguedas no eran más que una “utopía arcaica” (cf. Vargas Llosa 1996: 13). Más que rabia diríase que se trata de un tumor maligno que creció en el fondo de su alma y llegó a su punto máximo cuando perdió las elecciones generales de 1990 y escribe El pez en el agua (1993) donde entre otras cosas llora su derrota política en el Perú y “retorna” a su “madre Patria” España convirtiéndose cual hijo pródigo en un súbdito que por no haber llegado a ser Virrey de Perú, tampoco se hizo merecedor de una patada, porque Carlos ya no era ese rey que lo mandó a Toledo a su casa por sus crímenes y, principalmente, por haber cometido un acto de magnicidio al asesinar a Túpac Amaru I (cf. Guamán Poma).
Admirador de los gringos, apapachador de Bush, adulador de los banqueros, amigo de los ricos, enemigo declarado de Fidel Castro y de Chávez, racista puro, autoproclamado conservador y liberal hasta el tuétano, Vargas Llosa está más desesperado que nunca porque la muerte le llegará pronto como a cualquier terrícola y “la utopía arcaica” se moderniza y está tan cerca de concretarse y las aguas inmovilizadas convertidas en lagos de Los Andes volverán a moverse y eso lo aterra. Lo aterra a Alan que fue a quejarse Bush de la existencia de un fundamentalismo andino en el Perú, lo aterra al bisexual confeso de Jaime Bayle, lo vuelve más odioso a Giamprietri, más hiena a Martha Hildebrand. se convirtieran en lagos. La desesperación de este español que quiso ser virrey del Perú es tanta que acusó al Presidente Boliviano Evo Morales “diciendo que está acabando su país” (EFE, 01 de octubre) cuando es Alán quien está conduciendo al Perú hacia la confrontación intercultural, el caos, el racismo, el robo (ejemplo, el regalo de propiedades estatales a los Wong). Bolivia está apostando por el diálogo, sino que existen enfermos como Vargas Llosa que son capaces de todo con tal de no querer compartir lo que por historia pertenece a los quechuas y aimaras. Ahora ¿qué dirá por el pedido que los nativos amazónicos hacen por sus tierras y por la creación de un ministerio de educación indígena?
Vargas Llosa cuando dice que Evo Morales es “un criollo latinoamericano típico, un mestizo hispanohablante, que está acabando con Bolivia, creando problemas monstruosos con la cuestión racial que antes no existían al nivel de ahora” (EFE 01/10/2008), no es más que por pura envidia porque él nunca será presidente y lo sabe muy bien, y lo sabía antes que fracasara en 1990. Por tanto, que siga escribiendo sobre Pichulita Cuellar en el palacio de su majestad el rey, Madrid y los perros, porque en su cabeza no hay más que puro Don Anselmos, Pantaleones, Curas fornicadores, borrachos, visitadoras, soldados, y debe saber que no tendrá más historia que su fracaso y lo mercantil de sus libros que se caracteriza por buena técnica y carente de temas realmente humanos y humanistas. La masiva lectura de las obras de Vargas Llosa no es más que un “boom” casual similar al consumo de la telebasura en el Perú, que no tendrá el lugar que tiene Homero que canta al heroísmo de los griegos por causa de una mujer adúltera y Cervantes en su eterna búsqueda de la terrenalidad de la justicia humana, lo que ni existe como posibilidad remota en la mente de los escritores liberales.
Nunca en Vargas Llosa sea desde cielo o el infierno nacería de su pluma, palabras tan profundas como las de Manuel Scorza: “Lo que pasa es que aquí en el Perú se ha emprendido una sistemática calumnia del pueblo indio, de la nación chola, porque quisieran que desapareciera; por eso se habla de “indigenismo”, pero el indigenismo ¡no existe! ¡Cómo se puede decir la barbaridad, por ejemplo, de que Arguedas es un indigenista! Arguedas es un escritor de talla dostoievskiana o en todo caso un nacionalista de la etnicidad”. Recordemos el aburrimiento que causaba la monotonía de las novelas de caballería tan leídas en Europa y quemadas por los personajes de El Ingenioso Quijote… por “órdenes” de la mente creadora y humana de Cervantes, tal fin tendrían los escritos rimbombantes como Vargas Llosa o el bisexual confeso de Jaime Bayle porque serán juzgados por no tener “energía e iluminación…para justificar la vida” (sus vidas) en las palabras de Arguedas , o en las del cronista aimara Guamán Poma, cuando por la muerte de Túpac Amaru Inca “degollado” por el virrey Toledo (1569-1581) éste es ignorado, sentencia: “Todo esto causa la soberbia de ser licenciado, doctor, presumen de saber mucho…” ([1615] 1993, Tomo II: 774) y, por supuesto, por ser un escritor banal, racista, odioso, egoísta y pesimista. Si Toledo fue “botado a punta pies” del palacio del rey de España en su momento, ahora un virrey como Alan García es condecorado por su majestad Juan Carlos I en la casa del porquerizo Pizarro (27-10-2008) por ser uno de los que combate al “fundamentalismo andino” quechua -aimara al que como buen gallinazo de las guerras mundiales lo bautiza con las palabras de Lope de Vega como El perro del Hortelano cuando lo que ignora intencionalmente es que él está más rodeado de hienas y ratas, que es aprobado, como es lógico, por su escritor, ahora admirador suyo, Mario Vargas Llosa, quien no dudó en visitarlo y abrazarlo cariñosamente e hipócritamente. ¡Los tiempos no han cambiado; son excelentes teatreros sin duda!
En suma, con razón los antepasados quechuas llamaron q’ara a estos especímenes y su descendencia por su perruno comportamiento, su sed insaciable por el oro, con muy claras excepciones que se enmarca en muy nobles figuras que la historia reconoce. Así y con todo, claro está que la inteligencia de Vargas Llosa es mezcla de liberal soberbia que tiene su origen en sus frustraciones primero como comunista desubicado, luego como un político oportunista que apareció con la sonrisa usurpada de las hienas defendiendo a los banqueros, y, por último, como un racista de los más perversos que daba pataletas al no poder realizar sus sueños que no son más que elucubraciones producidas desde las entrañas de las más bajas pasiones insatisfechas que se reflejan en sus escritos y sus gritos como súbdito español, y su mirada de buitre envidioso porque un dictador es presidente en su novela y en la realidad un indio es presidente de un país y él morirá sin serlo ni siquiera en el país sin sentido creado en sus libros.
NOTAS:
1 Para fraseando a Manuel Scorza
2 En términos de Arguedas (citado por Vargas Llosa en La utopía arcaica).
3 Expresión usada por Alan García en una conversación con el alcohólico Busch hijo en USA.

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RECONSTRUCCIÓN DEL PROTOQUECHUA

PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL PERÚ
Maestría en Lingüística- Estudios Andinos
Trabajo presentado en el Seminario de Lingüística Histórica
Profesor: Rodolfo Cerrón-Palomino, Ph.D
Alumno: Roger R. Gonzalo Segura (Cód. 20085353)
rrgonzalo@pucp.edu.pe
Fecha: 10 de Agosto de 2008.

LA RECONSTRUCCIÓN DEL PROTOQUECHUA: DORMIR, MORIR, VOLAR, CAMINAR Y VENIR


INTRODUCCIÓN


Son cinco los vocablos que nos toca observar, analizar y comparar sus realizaciones en diversos dialectos del quechua, con tal de lograr el objetivo final de reconstruir tales vocablos para el protoquechua; a saber: dormir, b) morir, c) volar, d) caminar y d) venir.
Para el caso de ‘dormir’ y ‘morir’ (puñu- y wañu- , respectivamente) desde ya adelantamos que no habrá mayores problemas en su reconstrucción dado a que, las formas puñu- y wañu, son compartidas en todos los dialectos de la lengua quechua, salvo una excepción que será analizada más adelante.
En cuanto a los cognados referentes a ‘volar’, ‘caminar’ y ‘venir’, encontraremos variaciones importantes que, de acuerdo con la idiosincrasia de cada dialecto, nos estará ubicando frente a diferencias de carácter diacrónico en algunos segmentos.
Para empezar con el presente trabajo hemos consultado obligatoriamente los vocabularios y gramáticas publicadas por González Holguín (1608), Antonio Ricardo (1586) y el Diccionario Políglota Incaico (1905), obras que nos han ubicado en los diversos dialectos del quechua aunque sería imprescindible la consulta de las informaciones existentes en otros dialectos del quechua a los cuales, por el momento, no hemos recurrido.
Los cognados, que serán materia de nuestro análisis y servirán para proceder con nuestra propuesta de las formas reconstruidas, pertenecen a los dialectos quechuas de Cuzco, Ayacucho, Junín y Ancash, y durante todo el desarrollo del tema estaremos confrontando nuestros datos con los que nos ha proporcionado el Padre jesuita González Holguín.
Desde luego, adelantamos que en el desarrollo del análisis estaremos usando algunos símbolos como los siguientes:
<> : Los ángulos para transcribir “al pie de la letra” los datos registrados en las fuentes documentales.
– : Hacemos uso del guión para referirnos sólo a la raíz verbal, la que, en contextos oracionales, aparece seguida de marcas de acuerdo con la intención de los hablantes; además, su uso se extenderá para marcar las fronteras morfémicas, como en puri-mu-y ‘llegar’.
* : El asterisco indica que se trata de una forma reconstruida, como cuando decimos que p’uñu proviene de una forma antigua o reconstruida *p’uyñu .
> : Usamos en representaciones como *p’uyñu > p’unu, lo cual significa: “ La primera forma evoluciona en una segunda.
< : Significa lo contrario a lo anterior. Usamos en representaciones como p’uñu < *p’uyñu, que quiere decir: la primera proviene de una forma antigua.
/ / : Se usa para representar sonidos distintivos o fonemas: /ñawpaq/ ‘delante’.
[ ] : Se usa para representar la realización de los fonemas, cuando cuando /ñawpaq/ en el sur se pronuncia [ñáwpaχ]. En el castellano podría decirse que el fonema/n/ se realiza o concretiza como alveolar [n], bilabial [m] palatal[ñ] o velar [ŋ], como cuando pronunciamos las palabras Ana, imparcial, chancho o tengo, respectivamente.
1.1. ‘Dormir’ y ‘morir’En la actualidad, la mayoría de los dialectos mantienen las formas puñu- y wañu-, con el significado de ‘dormir’ y ‘morir’, respectivamente, las que se mantienen tal como fueran registradas por el Padre Diego González Holguín ([1608] 1989: 78) y (ídem: 296).
En cuanto a los segmentos /p/ y /w/, sea para puñu- y wañu- respectivamente, en contexto de inicio de la palabra todos los cognados comparten la misma forma, es decir, no han evolucionado en la totalidad de los dialectos. Sin embargo, en puñu-, el segmento /ñ/ ha perdido el rasgo palatal , y éste es un “fenómeno circunscrito a los dialectos centro peruanos” (cf. Cerrón-Palomino 1987: 157) tal como se observa en los siguientes ejemplos:
*ñawpa > nawpa
*wiña- > wina-
*wañu- > wanu-
pero, wina- y wanu- a la vez significan ‘llenar’ y ‘estiércol’, respectivamente, creando parónimos, frente a los cuales los hablantes no se hacen problemas para dar una interpretación, y es el contexto el que el al final terminará por dar el significado que le corresponde al insertarse en un determinado enunciado.
Por lo anterior, desde ya asumimos que los parónimos son la consecuencia de la evolución de /ñ/ que en algunos dialectos del quechua se concretiza en [n] en contextos de inicio de la palabra y la posición intervocálica.
Ahora bien, en lo referente a ‘morir’, si contrastamos los cognados de los dialectos a los que hemos tenido acceso, el segmento /w/ de wañu- no sufre ningún cambio al menos en contextos de inicio de la palabra. Y esto vale para todos los términos quechuas que inician con /w/.
Con todo, estamos listos para postular sin mayores dificultades las siguientes protoformas (formas antiguas) para con el significado de ‘dormir’ y ‘morir’, respectivamente:
*puñu-
*wañu-
1.2. *Volar
González Holguín registra la forma con el significado de “Saltar, bolar el ave” (p. 273), aunque también lo hace como (p. 692) . Pero, no hay duda que el autor se haya referido a la siguiente secuencia de fonemas: /phawa-/, forma que es usual en el quechua actual del Cuzco.
A continuación presentamos el cuadro de cognados para ‘volar’:
Cuzco : phawa-
Ayacucho : pawa-
Junín : paali-
Ancash : paari
González Holguin:
A diferencia del cuzqueño, en los cognados de las demás variedades, como es de ver, no se usa el segmento aspirado, motivando a los lingüistas el planteamiento de dos hipótesis aún no resueltas hasta la actualidad: a) los que postulan que el protoquechua tenía la triple serie de oclusivas /p, t, k, q/ (simples), /ph, th, kh, qh/(aspiradas), /p’, t’, k’, q’/ , y b) los que sostienen que el protoidioma no presentaba la triple serie de oclusivas, aduciendo que el desarrollo de tales segmentos se debió más bien a la influencia del aimara con la que convergió desde muchos siglos atrás. En la actualidad, la segunda hipótesis es la que mantiene mayor respaldo y vigencia a partir de estudios lingüísticos serios como Torero, Parker y Proulx quienes sostienen que el protoquechua se caracterizaba por la ausencia de las laringalizadas acusando tal hecho a “razones icónicas y contaminación semántica” por influencia aimara, hipótesis que será reforzada por Mannhein y Newfield (cf. Cerrón-Palomino 1987: 118-121) y a su turno también lo hará Adelaar (1986).
Sin embargo, no es del todo débil la primera opción, perspectiva desde la cual Cerrón-Palomino pone sobre la mesa datos como millp’uy, mirq’u (donde quedarían fosilizados sufijos muy antiguos del quechua sobre la base de la raíz mi- ‘comer’) y sugiere que el quechua de alguna manera ha desarrollado las laringalizadas como en allpa = hallp’a o haqay = haqhay, a la vez que comparte la teoría de la denominada “contaminación semántica” como en el préstamo asut’i ‘azote’, idea que quedará explícita al proponerse en su Lingüística Aimara (2000: 364-369) reconstrucciones para el protoquechua considerando las laringalizadas.
Ahora bien, si observamos los cognados que corresponden a los dialectos de Junín y Ancash, existe cierta complejidad para seguir adelante con el análisis. Para empezar, hay que aclarar qué pasa en paa- donde se observa dos vocales juntas “conjurando así la violación de la regla fonotáctica quechua que prohíbe la secuencia de segmentos silábicos” (Cerrón-Palomino 1987: 159-160), fenómeno que puede también verse en otros ejemplos que corresponde al quechua argentino como: *awa- > aa- ‘tejer’ *tawa > taa ‘cuatro’ *warmi-wan > warmi-an ‘con (la) mujer’ (cf. Ibídem). Como vemos, lo que ocurrió primero en ambos dialectos es la elisión de */w/ en posición intervocálica de modo esto que nos conduce a una primera aproximación hacia la forma reconstruida de *phawa-. En lo que corresponde a los derivativos –ri y –li , consideramos que ambas formas representan el mismo morfema que tiene el significado de deverbativo ‘incoactivo’ , con la aclaración de que en el huanca o los dialectos de Junín, la */r/ ha sufrido un cambio radical al lateralizarse en /l/. Por todo lo anterior, la evolución de ‘correr’ en quechua ha tenido el siguiente camino: *phawa-ri- > phaa-ri- > paa-li-.
Sin embargo, tomando en cuenta el quechua de Moquegua , se tiene la forma phala- ‘volar’, y phawa- se restringe sólo con el significado de ‘correr’, aunque algo parecido sucede con el aimara hala- que significa ‘correr’ como ‘volar’. El caso parece ser más polisémico cuando González Holguín (1608) y ¿Antonio Ricardo? (1586) traducen también con el significado de ‘saltar’ o ‘correr’.
En conclusión, dando constancia de la existencia, al menos por ahora, la forma phala- de los quechuahablantes de Moquegua (¿tendrá alguna relación con el aimarismo hala-?); considerando la elisión de la semiconsonante */w/ en posición intervocálica; asumiendo que las dos hipótesis de si el protoquechua tenía o no segmentos laringalizados siguen vigentes, y observando la forma reconstruida *phaya- que habría que discutirse con el profesor Rodolfo Cerrón-Palomino (2000); y, por último, dejando de lado toda extensión semántica existente, postulamos la siguiente reconstrucción para el protoquechua:
* phawa-
1.3. Caminar
Obsérvese:
Cuzco : puri- (ri-)
Ayacucho : puri- (ri-)
Junín : puli- (li-)
Áncash : puri-
González Holguín:

Como se aprecia, la lateralización de /r/ (*r > l) es característica especial del quechua huanca (Junín) y este fenómeno ocurre en ejemplos como los siguientes:
*rumi > lumi ‘piedra’
*rinri > linli ‘oreja’
*rura- > lula- ‘hacer’
y, por supuesto, que con muy pocas excepciones (cf. Cerrón-Palomino 1987: 166).
Lo que se observa, también, es que puri- compite con otra forma “¿reducida?” ri- o li- y con el mismo significado. Pero, en este caso se trataría de una forma pre-protoquechua, en la que se habría manifestado como la fusión de dos formas: *pu + ri (comentario de Cerrón-Palomino); que en la actualidad aparecen fosilizadas.
Por lo demás, aclarando que los segmentos /p/, /u/, /i/ de puri- no han sufrido cambio alguno incluso en las variedades más cercanas al protoquechua, estamos listos para postular la siguiente protoforma para ‘caminar’: *puri-.
1.4. ‘Venir’Téngase en cuenta que /š/ simboliza a la sibilante palatal sorda, la que, a veces en la ortografía, suele manifestarse como como en puri-sha-n que es pronunciada en la variedad cuzqueña como [puríšaŋ]. Actualmente, en la variedad huanca fonéticamente aún nos encontraremos hasta con tres sibilares: el sonido alveolar [s], el apical [ş] y el palatal [š], tal como se observa en los ejemplos que siguen:
[waşa] ‘espalda’
[usa] ‘piojo’
[asi-] ‘reír’
[aši-] ‘buscar’
Lo que interesa en nuestro caso es el análisis de que si [ş] y [š] son realizaciones de un solo morfema. Tal como demostró Cerrón-Palomino a través de datos provenientes del huanca, el [š] y [ş] pertenecen a un solo fonema, por lo que el cambio ha tenido que ocurrir como en el sentido siguiente: * [ş] > [š]; fenómeno tal que se denomina palatalización desde el campo de la lingüística diacrónica, justificándose en una razón fundamental: por la mayor distribución del sonido apical y la restricción a ciertos contextos en lo que se refiere a la realización del palatal. Este apical, en lo referente al Cuzco, terminó por transformarse en algún momento hasta llegar a la forma /s/ tal como lo hace notar un anónimo ¿Antonio Ricardo? al registrar cuando en la actualidad se tiene /hamu-/ para el dialecto cuzqueño.
Los siguientes cognados nos ayudarán a comprender mejor el desarrollo evolutivo del segmento palatal:
Cuzco : hamu-
Ayacucho : hamu-
Junín :
Áncash :
González Holguín:
¿Antonio Ricardo?:
y
El segmento representado como para el caso de Junín, fuera de toda duda, es pronunciado como apical (que se representa fonéticamente como [ş]), rasgo que se ha perdido ya en otros dialectos. Por otro lado, en Áncash la forma ortográfica atestigua la realización palatalizada del segmento que mantiene su originalidad en el huanca, que según el prejuicio de un hablante de Junín sería “estigmatizado” como correspondiente “al habla aniñada” de los ancashinos.
Ahora bien, hasta ahora sabemos que el cambio del sibilar en cuestión ha tomado la siguiente forma: *ş > š > s > h; y como se ve el proceso empezó con la palatalización hasta llegar a reducirse en una simple aspiración. Viendo esto, planteamos que los cambios ocurridos históricamente han tenido el siguiente camino para ‘venir’: *şamu- > šamu- > samu- > hamu. Lo mismo sucede con * şuk > šuk > suk > huk, terminando a pronunciarse como [oχ] en los dialectos con fuerte influencia aimara (cf. Cerrón-Palomino 1987: 111-112, 121-122).
Cerrón-Palomino realizando esta misma tarea de reconstrucción para el protoquechua (2000: Apéndice) sugiere la forma *ŝa-mu- , por lo que no hay diferencia con lo que estamos proponiendo. Pero, ¿a qué se debe el guión que separa la raíz en dos? Lo que el profesor representa es la forma posible para el pre-protoquechua, sabiendo desde luego que en muchas raíces del quechua aparecen fosilizados segmentos que hayan podido ser sufijos, y no creo que nos equivoquemos al afirmar que –mu tenga el significado de “cislocativo” , como lo sugiere el profesor al revisar el presente trabajo . Con todo, desde nuestro análisis postulamos la siguiente forma para el protoquechua:
*şamu-
BIBLIOGRAFÍA
AGUILAR PAEZ, Rafael
1970 Gramática quechua y vocabularios. Adaptación de la obra impresa por Antonio Ricardo en 1586.
ADELAAR, Willem F.H.
1986 “La relación quechua-aru: perspectivas para la separación del léxico”. Revista Andina, 8, pp. 379-399.
BERTONIO, Lvduvico.
1984 [1612] Vocabvlario de la lengua aymara. Cochabamba: Editores CERES, IFEA, MUSEF.
CERRÓN-PALOMINO, Rodolfo.
1987 Lingüística quechua. CBC-GTZ. Cuzco.
2000 Lingüística Aimara. CBC-PROEIB ANDES. Cuzco.
2008 Quechumara: estructuras paralelas del quechua y del aimara. La Paz: Universidad Mayor de San Simón de Cochabamba/PROEIB Andes/Plural editores.
GONZÁLEZ HOLGUÍN, Diego.
1989 [1608] Vocabulario de la lengua general de todo el Perv llamada lengua qquichua o del Inca. Edición Facsimilar de 1952. Lima: UNMSM.
PROPAGANDA FIDE DEL PERÚ.
1998 [1905] Vocabulario políglota incaico. Lima: Tipografía del Colegio de Propaganda FIDE del Perú. Reedición con versión normalizada.
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NOTAS:
1. Sólo la raíz verbal será objeto de nuestro análisis, dejando al margen el morfema –y que es la marca del infinitivo equivalente a las formas castellanas ‘–ar,’ ‘-er’, ‘-ir’).
2. González Holguín ([1608] 1989: 299) efectivamente registra con el significado de “Cantaro mediano [sic]”.
3. Con el significado de ‘morir’ González Holguín ([ídem: 78) también registra como ; pero, considerando que en las lenguas no hay sinónimos absolutos, asumimos que el significado es, desde luego, más metafórico que referencial, aunque nuestro autor ya recoge las formas como “Quebrar (p. 289) y glosando como “Pellizcar” (p. 343). En el caso del quechua hablado en Moquegua aparece la forma t’ipi- y su uso se restringe al significado de ‘romper (estirándolo)’, ‘romper (la soga)’ o en otros casos para referirse a la cosecha del choclo.
4. Para efectos de nuestro análisis, la depalatalización es un fenómenos que consiste en la pérdida del rasgo palatal de */ñ/, o sea su igualación con */n/ llegándose a igualar su pronunciación con */n/ (cf. Cerrón-Palomino, op. cit.).
5. Sin embargo, en algunos casos, el /w/ y el /m/ son equivalentes como en marmi y warmi ‘mujer’.
6. Como se verá a lo largo de toda su obra, González Holguín “vacila en la representación de las laringalizadas y postvelares” (Cerrón-Palomino 2008: sugerencia al presente trabajo), a no ser que el padre jesuita haya querido también representar las formas usadas en otras variedades del quechua distintas a la del Cuzco.
7. No incluimos las africadas.
8. Apuntes: Seminario de Lingüística Histórica, Escuela de Graduados de la Pontificia Universidad Católica del Perú, junio-2008.
9. Al cambio donde en una lengua el fonema /r/ evoluciona a /l/ se denomina lateralización. En el quechua “El protofonema */r/ tiende a mantenerse como tal (es decir, vibrante simple) en la mayoría de los dialectos, sobre todo en posición inicial de sílaba […] En el huanca […] la */r/ sufrió un cambio radical, pues se lateralizó en /l/[…]” (Cerrón-Palomino 1987: 166) . Ejemplo: *rumi > lumi ‘piedra’, *rinri > linli ‘oreja’ (cf. ibídem).
10. “Expresa el inicio del proceso verbal o la realización momentánea e incompleta del mismo. De otro lado, implica también un matiz de cortesía o afecto, sobre todo con las formas verbales imperativas” como en qhispi-ri-y ‘comenzar a salvarse’, saya-ri-y ‘comenzar levantarse’, pusa-ri-y ‘conducir cortésmente’ maña-ri-y ‘prestar algo generosamente’ (cf. Cerrón-Palomino 2008a: 150).
11. En Moquegua ocurre algo muy particular que distancia del dialecto sureño. En los hablantes de Tassa, Yunga o Lloque (Moquegua), desde la preferencia de yaku para designar al ‘agua’ (que es unu en Puno), hasta la forma cómo insertan el validador –mi, como en wasi-mi ‘es (la) casa’, allqu-mi ‘es (el) perro’, se advierten ciertas características que lo diferencia, al menos de Puno y de Cuzco.
12. Cf. nota 9.
13. Curso Taller de Trabajo de Campo para los alumnos de pregrado de la PUCP, Setiembre 2008.
14. Sobre este tema se ha discutido mucho; pero no hay duda que apostemos por la palatalización, más que por la apicalización que es un fenómeno contrario al anterior (cf. Cerrón-Palomino 1987: 121-123; 162-163).
15. [ŝ] tiene el mismo valor apical que nuestro[ş].
16. “[C]on verbos de movimiento señala una orientación hacia el hablante (=valor cislocativo); y con otros verbos, indica que el proceso se realiza fuera del lugar que ocupa aquél (=valor translocativo)”(Cerrón-Palomino 2008: 155). Ejemplos: puri-mu- ‘caminar en dirección del hablante’, apa-mu- ‘traer (llevar en dirección del hablante)’, mikhu-mu- ‘comer en otro lugar’.
17. Aprovechando esta oportunidad, en lo referente a ‘venir’ del aimara ocurre algo curioso como en la forma jawutma ‘ven’ (jawi+jutma) (cf. con , Bertonio, 1612), pero aclaramos que es imposible decirse jawutaña ¿habrá alguna relación entre jawi y *ŝa-? Nuestro profesor manifiesta que no. ¿Pueda que *şa- signifique ‘desplazamiento’ y –mu ‘dirección’ y tal parece que la idea queda vigente en otras raíces actuales como saru- ‘pisar’, saqi- ‘dejar’, saya- ‘parar’ o el aimara sara- ‘caminar’? Ójala no sea sólo una aventura preguntarnos así.

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