11.40 AM
Algunos inquietos mueven su lápiz, otros la mano o el pie. Es posible que las miradas se desvíen hacia el reloj y que el movimiento de las manecillas se vea más lento y desesperante. A la indicación: “Formen una fila para salir, antes de que suene el timbre de RECREO” se dibujan las sonrisas más sinceras.
Ya empezará ese momento, el más esperado del día, el espacio de juego que es completamente de los niños y en el cual se pueden expresar más cosas que las imaginadas, a través del movimiento, los gestos, el lenguaje, el salto.
Nunca he estado de acuerdo con dejar sin recreo a los niños y niñas. En ocasiones, el recreo es el momento de aprendizaje más real, significativo y concreto que puede haber en la escuela. Es importante para consolidar habilidades sociales, el establecimiento y cumplimiento de reglas, además para conocer sus intereses.
Les cuento lo que sucedió en este recreo de niños de 9 y 10 años:
1) Juegos mixtos:
– Las chapadas.
– Policías y ladrones.
-Tiburón.
Un común denominador en estos juegos es la presencia de perseguidores y perseguidos, cada grupo de un sexo determinado. Es decir, si los que persiguen son los hombres, los perseguidos son mujeres. También se sitúa una “barrera” o lugar en el que no pueden ser capturados, adicionalmente, se puede optar por un espacio en el patio que funciona a modo de “prisión”. Si no hubiera vigilancia, pueden escapar y continuar en el juego.
2) Búsqueda de niños líderes:
– Líder varón.
– Líder mujer.
Cada líder organiza su grupo sin que se note que mande. Es un papel importante pues da indicaciones y marca el inicio del juego, sin embargo no asume un rol controlador ni de exclusión de jugadores.
3) Contacto:
En las reglas se encuentra el evitar lastimar a alguien. Si hubiera un tropiezo éste debe retirarse y pedir en el tópico atención. De ninguna manera el juego se suspende.
Varones y mujeres prefieren no tocarse las manos ni abrazarse al momento de capturar a alguien.
A medida que pasan los minutos, parecen entrar más en la euforia que, ni el sol y el calor, pueden detener. Tiempo bien jugado en el que liberan energías y asegura una buena disposición para continuar la jornada escolar.
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