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FAL/Tomás Kachadourian

Eduard R. Malayán – Las relaciones de Rusia con Latinoamérica no empezaron ayer. Sin embargo, hay una cosa muy interesante que vamos a presentar en diciembre en el marco de las celebraciones del 125 aniversario de las relaciones bilaterales. Estamos preparando una exposición de documentos históricos, entre los cuales se encuentra un manuscrito de 1810 en el que el emperador Alejandro I le encarga a nuestro Embajador en Washington que siga con mucha atención lo que sucedía en los países de América Latina, cuando todavía eran colonias españolas. El interés en la región surgió cuando los franceses se apoderaron de España y evidentemente se habían roto las relaciones entre las colonias y la metrópoli. Por lo tanto, las colonias dejarían de pagarles impuestos y estarían en posibilidad de establecer nuevas relaciones una vez que los países latinoamericanos consiguieran su independencia al construir sus propios países y gobiernos.

Esto nos permite comprender que nuestros lazos no son causales, ya que tenemos mucha historia en común. Hay muchos episodios curiosos en nuestras relaciones. Por ejemplo, en Argentina casi cada sexto argentino tiene una parte rusa en su sangre, al grado de que ahí es donde tenemos la colonia más grande, la diáspora más grande de rusos. En 2015, las relaciones oficiales con Argentina cumplen 130 años.

Ahora, nuestro interés hacia América Latina es elemental porque se está convirtiendo en uno de los centros del mundo multipolar. Latinoamérica está haciendo su papel, adquiriendo roles cada vez más grandes en los asuntos internacionales, como la participación de Argentina, de Brasil y de México en el G-20. Además, esta región tiene mucha experiencia en cuanto a la resolución de los problemas. Por ejemplo, aquí se ha presentado la llamada “corrección democrática”; es decir, si al presidente le retiran del poder por la vía no democrática como resultado de una intervención, ese país ya no es reconocido por los otros Estados latinoamericanos.

En ese sentido, en 2014, el Ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, solicitó a la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que se aprobara una resolución sobre la legitimidad del poder de los gobiernos impuestos, tomando como referencia los casos de América Latina. Hay muchos conceptos muy originales e interesantes en los países latinoamericanos sobre cómo resolver los problemas internacionales y esto representa un interés particular para nosotros.

Además, Latinoamérica es uno de los centros del desarrollo mundial, tanto en el ámbito político, internacional y económico, así como en cuestiones humanitarias y ambientales. Tenemos muchos vínculos con la región. Por ejemplo, en México tenemos unos 25 000 residentes originarios rusos, y pues claro que no podemos ser indiferentes a su destino, a su vida, claro que nos interesan.

FAL – En los últimos años hemos visto un acercamiento mayor con otras economías emergentes de la región, como Argentina, Brasil y México. ¿Cómo son actualmente los vínculos económicos entre Rusia y estos países?

ERM – Como lo mencioné, Rusia aprecia mucho las relaciones con América Latina, es un mundo enorme y uno de los pilares más importantes del sistema multipolar que se está formando y que garantizará la estabilidad de todas las relaciones internacionales. Las relaciones de Rusia y Latinoamérica se están construyendo en la base equitativa y de beneficio mutuo, y tienen mucho potencial.

De esto pudo ser testigo hace poco el ministro Lavrov durante su visita a Cuba, Colombia, Guatemala y Nicaragua. En las reuniones que el Ministro sostuvo con los líderes de estos países se trataron diversos temas para profundizar los lazos multifacéticos de cooperación tanto en el ámbito económico como humanitario. Durante la estancia de Lavrov en Guatemala sostuvo una reunión con sus colegas del Sistema de Integración Centroamericana (SICA) en la que se aprobó una declaración conjunta y se fijó el comienzo del procedimiento del estudio de la petición de Rusia sobre el derecho de ser observador no regional en ese organismo.

Ahí mismo, se firmó un acuerdo con El Salvador sobre los viajes mutuos de los ciudadanos sin visa. Por otra parte, en las negociaciones en La Habana abordó el tema del cumplimiento de los acuerdos que se concretaron durante la visita que el presidente Vladimir Putin realizó a Cuba en julio de 2014. Además, en Colombia se habló de los esfuerzos de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) para contribuir a la normalización de la situación en Venezuela. Asimismo, cabe destacar que con todos estos países estamos celebrando este año aniversarios conmemorativos del establecimiento de relaciones diplomáticas.

Es importante destacar que durante muchos años se decía que el desarrollo de los lazos comerciales y económicos entre Rusia y los países latinoamericanos iba lento y que las posibilidades potenciales de los mercados de estos países no se aprovechaban bien por los operadores rusos de comercio exterior. Sin embargo, el dinamismo del comercio bilateral de los últimos años no coincide con este punto de vista. Por ejemplo, de 2001 a 2013 las exportaciones de Rusia a los países de América Latina han crecido de 3.8 a 8.2 mil millones dólares y las importaciones de 2 a 10.6 mil millones de dólares.

En ese sentido, Brasil es el principal socio comercial de Rusia. En 2014, el intercambio comercial entre ambos países fue de 6.3 mil millones de dólares, de los cuales 4 mil millones fueron importaciones y 2.3 fueron exportaciones rusas. El desarrollo de los lazos económicos con este país es favorecido por el alto nivel de las relaciones entre gobiernos de Brasil y de Rusia en el marco los BRICS, en otros foros multilaterales y a nivel bilateral.

Por su parte, México es el segundo socio comercial latinoamericano de Rusia al registrarse en 2014 un intercambio de más de 2.1 mil millones de dólares. Es importante destacar que las exportaciones rusas a este país crecieron 61% en comparación con 2013. Este dinamismo se debe a la ampliación de los lazos entre los empresarios de ambos países, a la firma de contratos de clase estratégica (como la venta de aviones rusos Sukhoi Superjet 100 a la compañía mexicana Interjet), al desarrollo de la interacción Rusia-México en el marco de organizaciones y foros financieros y económicos internacionales, entre otros.

FAL/Tomás Kachadourian

A su vez, Argentina ocupa el tercer lugar entre los socios comerciales latinoamericanos de Rusia. En 2014, el intercambio comercial entre ambos países fue de 1.3 mil millones de dólares, de los cuales el 83% fueron importaciones de productos argentinos a Rusia. Además, las relaciones entre Argentina y Rusia tienen mucho futuro ya que en el Kremlin se han firmado una serie de convenios de inversiones y se estableció el Acuerdo de Asociación Estratégica Integral en abril de 2015, durante la visita oficial de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner a Moscú.

A pesar del alto nivel de cooperación política de Rusia con la mayoría de los países de la región latinoamericana y de las tendencias positivas del comercio bilateral, el volumen de intercambios y el nivel de las inversiones mutuas no son tan significativos en comparación con otros socios comerciales. Las perspectivas de los lazos comerciales y económicos entre Rusia y Latinoamérica dependen de las tendencias de la economía mundial, de la situación macroeconómica de cada país, así como del estado de las bases institucionales de la cooperación a niveles gubernamental, regional y corporativo.

 

FAL – Hace algunos meses se aprobó la reforma energética en México y Rusia vivió un proceso similar. ¿Qué puede aprender México de la experiencia rusa y en qué áreas puede haber un intercambio energético más intenso?

ERM – Ante todo hay que decir que, igual que ustedes, nosotros tenemos el sector energético como una base sólida del sistema económico del país. Ahora, los cambios registrados en el mercado mundial y la caída de la demanda de petróleo le pegaron a su presupuesto al igual que al de nosotros. Estamos en el mismo barco, los problemas son parecidos, son iguales, y está claro que las reformas que está realizando su gobierno, según yo, se motivan y se determinan por las necesidades de hacer cambios en la economía de su país y por la demanda de modernizarlo, haciendo de este sector de la economía más rentable, más aprovechable.

Las mismas tareas tenemos nosotros enfrente y por lo menos será importante que los representantes de nuestros dos países se reúnan y discutan este problema. Nuestra gente viene a México para reunirse con sus similares y sus petroleros también se reúnen en nuestro país para intercambiar opiniones. No se trata solo del intercambio informativo y experiencial, sino también del probable uso de nuestras tecnologías y quizás de la participación de algunas empresas rusas en obras que se realizan aquí en México. Ahora mismo, no podría decirle nada concreto porque se están negociando las cosas. Es una regla que este tipo de negociación es confidencial que a los empresarios no le gusta hablar mucho antes de firmar los convenios, pero sí somos optimistas.

FAL – Usted comentó que uno de los puntos de ir a Cuba es para saber un poco más sobre la situación en Venezuela…

ERM – Por supuesto que nos interesa qué es lo que los cubanos piensan sobre esta situación. Está claro que ante todo tiene que ser una regulación interna. Es importante que se establezca un diálogo ante todo entre las autoridades y la oposición, y según entiendo es la opinión que comparten todos los países de América Latina. Lo principal seria no permitir una intervención en los asuntos internos porque esos tiempos ya quedaron en el pasado.

FAL – Recientemente, el presidente Barack Obama declaró a Venezuela como una amenaza extraordinaria para la seguridad nacional. Al respecto, el Director del Departamento de América Latina del Ministerio de Exteriores de Rusia, Alexander Schetinin, declaró que al ministerio le consta que existe presión sobre los países latinoamericanos por tener una relación con Rusia. ¿Incomoda la presencia de Rusia en Latinoamérica?

 

ERM – Las relaciones que tenemos con Latinoamérica son nuestras relaciones. No estamos aquí para competir con alguien o para ser amigos con alguien para actuar en contra de alguien más. Nosotros estamos aquí y seguimos con la línea de relaciones con los países de América Latina consecuente. Por ejemplo, ahora se están normalizando las relaciones entre Cuba y Estados Unidos y nosotros somos los primeros en aplaudirlo, porque desde el principio siempre estuvimos a favor de ello porque consideramos que, hablando francamente, los tiempos de la Doctrina Monroe ya quedaron en el pasado.

Los países de América Latina saben perfectamente con quien tienen que tener relaciones y hasta que nivel desarrollarlas, con quien colaborar y con quién no. Los países son independientes y soberanos y, a la vez, eso es lo mismo que se podría decir de nosotros. No estamos imponiendo nuestra amistad, solo ofrecemos nuestra colaboración y poder convertirnos en socios. Tenemos perfectas relaciones con los 33 países de Latinoamérica. Por supuesto, el grado puede ser diferente, pero no tenemos problemas grandes.

FAL – Hace un año se llevó a cabo el referéndum sobre la anexión de Crimea a Rusia. Fue un referéndum muy cuestionado por Estados Unidos y por la Unión Europea. También ha habido muchas críticas sobre la situación de derechos humanos en Rusia y se levantaron sanciones económicas contra su país. ¿Son rezagos de la Guerra Fría? ¿Son choques ideológicos o aspectos coyunturales en los que Rusia choca con otros actores internacionales en este mundo multipolar?

ERM – No creo que sea correcto hablar del regreso a la Guerra Fría, porque ante todo la Guerra Fría tenía como su principal característica las discrepancias ideológicas. Ahora no tenemos este tipo de contradicciones. Más bien podríamos hablar de los intentos que hacen algunos países occidentales de imponer su propia visión de cómo tiene que seguir desarrollándose el espacio geopolítico, es como un intento de pasar por encima de nuestros intereses y por supuesto que es un intento de interferir con los asuntos internos, inclusive de Ucrania.

En cuanto al tema de los derechos humanos, en este mismo contexto, no hablare del caso Ferguson en Estados Unidos ni de otros registrados recientemente. Entenderán que en el campo de los derechos humanos no hay países perfectos y por supuesto que en todos los países se tienen que respetar y para ello existen las organizaciones que tienen que defenderlos. Muchos países tienen ombudsman que vigilan este tema y los que están designados por los parlamentos, pero lo principal es que no existen países que se puedan permitir el rol de profesores, más todavía los que pretenden hacerlo sin entrar en detalles de este tema.

FAL/Tomás Kachadourian

Pero si hablamos de derechos humanos, ahí tenemos el ejemplo concreto de Ucrania. Una de las razones por las que empezó el conflicto interno en Ucrania —y que hay que destacar que es un conflicto interno y no un conflicto entre Rusia y Ucrania — fue porque no se respetaban los derechos humanos de los rusos que viven ahí. La llegada al poder el 22 de febrero de 2014 se marcó por el lema “matar a los moscovitas”. La primera ley que querían aprobar prohibía el uso del idioma ruso. No la aprobaron pero si les sirvió como una tarjeta de presentación.

Ahora mismo están en el poder gente de diferente clase y de intereses distintos. Entre ellos hay personas que abiertamente declaran como sus ídolos a los colaboradores del fascismo, cuyo objetivo principal es destruir por completo la presencia rusa en Ucrania. Ustedes saben de los lazos que tenemos con Ucrania: hay muchos rusos que viven ahí y la relación económica que tenemos no se puede romper, pero además la Rusia antigua empezó en Kiev.

Cuando los rusos en Ucrania escucharon lo que iban a hacer las autoridades empezaron a defenderse. Lamentablemente, en algunas regiones llevó a mucha perdida de sangre como si se tratara de una verdadera guerra donde murieron miles y miles de personas. En otras regiones, como en Crimea, gracias a Dios, sin un disparo, sin una víctima, la población de Crimea se anexó y en el referendo, el 96% de los participantes voto por crear su propio Estado de Crimea. Por cierto, esos intentos también se habían realizado antes en la década de 1990, porque Crimea nunca había sido parte de Ucrania. Crimea fue regalada a Ucrania por Nikita Khrushchev en 1954. Ahí vivía gente rusa y ellos crearon su propio Estado, pero ahora se dirigieron a nosotros diciendo que querían ser parte de su patria, que querían volver a su patria. Eso fue lo que pasó. Crimea es Rusia y ya, adiós.

FAL – Muchas veces Rusia no tienen la oportunidad de contar su lado de la historia porque no se abren los espacios informativos para que lo haga. En su opinión, ¿cuál es el papel de Rusia en este nuevo contexto? ¿Qué pretende?

ERM – Sin la participación de Rusia ningún gran problema en el mundo se puede resolver y eso lo entienden todos, pero muchos quieren que nuestra palabra y nuestro papel en estos asuntos obedezcan a las ideas comunes, pero no siempre corresponden a nuestros intereses. Tenemos el caso del Medio Oriente, de Afganistán, la lucha contra el terrorismo, en la que sin Rusia no pueden hacer nada. Rusia sigue siendo el poder más grande en el sentido militar y geográfico. Y aunque no estamos entre los primeros económicamente, sí conocemos nuestro potencial: tenemos unas las reservas más grandes en el mundo de petróleo, de agua, de oro y de plata. Por eso tenemos nuestro lugar en el mundo y tenemos también buenos aliados y amigos en Asia, África, América Latina y Europa.

Recientemente, Angela Merkel se reunió con Obama en Estados Unidos y volvió diciendo que tenían que mantener las sanciones en contra de Rusia, pero la mitad de los países europeos dijeron que no, para qué. Ahora, por ejemplo, se habla de que no se cumplen los Acuerdos de Minsk sobre la paz en Ucrania y quién es el que no los cumple. ¿Rusia? Rusia no tiene que ver con esto.

Por otra parte, en Kiev se aprobó una ley que define el estatus de Donbass y de Lugansk, pero este depende de las elecciones que ahí se lleven a cabo. Este es un componente de los acuerdos de Minsk, pero no en la forma en que se aprobó ahora en Kiev. En los acuerdos de Minsk se indica que las partes deben acordar antes cómo se llevaran a cabo estas elecciones. En estos acuerdos hay una parte militar y una parte política. Ahora nosotros le decimos a Alemania y a Francia, que son garantes de que se cumplan estos acuerdos, “amigos, tienen que decirle a Kiev que las cosas no son así. ¿Por qué decírselo a Rusia? Ahí está Kiev y ahí están haciendo las cosas que contradicen a los acuerdos.

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