Bolivia y Venezuela han transformado sus Estados, sus constituciones y sus democracias. Aún así, transitan por caminos políticos diferentes. Más allá de algunas semejanzas en las formas de hacer política, los proyectos no son los mismos.
Mientras que el presidente Evo Morales intenta reconstruir un Estado y construir un régimen democrático que incluyan a la población indígena, Hugo Chávez intenta reconstruir el Estado venezolano desde la concentración del poder, la militarización de la política, la polarización y un liderazgo populista carismático y autoritario. La respuesta de la UE debería enfatizar estas diferencias y no igualarlas