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Hans- Werner Sinn, Frances Coppola y Jean Tirole

El clásico enfrentamiento entre austeros y estimuladores, entre la escuela austríaca y los keynesianos, se ha quedado viejo. Voces y matices se han sumado al debate económico post crisis. A los omnipresentes Paul Krugman y Joseph Stiglitz –en el lado más socialdemócrata- o Carmen Reinhart, Kenneth Rogoff o Hans-Werner Sinn -del liberal y austero-, les han salido nuevos pensadores que están agitando con éxito el debate económico. ¿Cuáles son las nuevas, y más guerreras, caras económicas?

Frances Coppola

Seis años después de que hicieran lo propio la Reserva Federal y el Banco de Inglaterra, el Banco Central Europeo acaba de sacar la artillería pesada para intentar reanimar la inflación en la Eurozona. La institución que dirige Super Mario (como muchos econogeeks llaman al italiano Draghi) ha comenzado a comprar, junto con los bancos centrales de la zona euro, deuda soberana de los países miembros a razón de 60.000 millones al mes, como mínimo hasta septiembre de 2016. Ese arma, conocida como QE (quantitative easing o relajación cuantitativa), se suma a otros programas de adquisición de deuda privada. El resultado es una inyección de liquidez que en general ha sido recibida como una bendición, aunque los críticos apuntan a que es escasa y llega tarde.

Frances Coppola es una de ellas. Y va más allá: para ella desde Frankfurt se ha decidido una medicina equivocada. La Eurozona, insiste, no tiene un problema de liquidez, ya no necesita más, así que un chute de dinero barato no va a implicar que el crédito se reactive. Lo que se necesita es una mejor distribución (para que ese dinero llegue a la gente que más probabilidades tiene de gastarlo) y una postura fiscal generalmente más laxa en toda la zona euro. En definitiva, para Coppola es la austeridad, no la falta de liquidez, lo que está causando la depresión de los países del euro.

Experta en riesgo financiero, esta británica trabajó durante casi dos décadas en banca. Hace unos años se pasó al otro lado: la enseñanza y el análisis. Su blog, Coppola Comment, es uno de los más reputados del gremio y a menudo aparece en medios como Financial Times, BBC, The Guardian, The Wall Street Journal y The New York Times.

Su blog: http://coppolacomment.blogspot.com.es/

Twitter: @Frances_Coppola

Constantin Gurdgiev

“El número de economistas objetivos e independientes irlandeses está acercándose al de los bancos no ligados al Estado. ¡Larga vida al secuestro intelectual!”, escribía hace unos días Constantin Gurdgiev en su perfil de Twitter. Ruso de nacimiento, irlandés de adopción, imparte clases en el Trinity College de Dublín y edita el blog True Economics, centrado en Ucrania, la economía rusa y la Irlanda post crisis.

Es un economista y también un polemista. Aparece habitualmente en la televisión irlandesa. Sus opositores le han pedido que se marche en un “avión de vuelta a Moscú”.

Entre sus dardos económicos está la puesta en duda de que exista el llamado milagro irlandés en la salida de la recesión. Técnicamente es el país que más crece de la Eurozona. En los tres primeros trimestres de 2014 lo hizo al 4,9%. Pero, según él, hay truco: 2/3 de ese crecimiento viene de las exportaciones y éstas están, artificialmente, infladas por lo que se llama fabricación por contrato: “Una práctica de las multinacionales en la que compran productos manufacturados fuera de Irlanda, pero incluyen los costes de producción y las actividades de producción en Irlanda”, me explica. “Así parece que han sido fabricados aquí, pero en realidad no lo han sido”. Según él, si se elimina lo que proviene de este truco contable, el crecimiento irlandés está más bien cerca del 1,4%.

Gurdgiev alerta, además, contra las prácticas fiscales del país: “Irlanda es líder global, incluido Bahamas y la región del Caribe, en lo que tiene que ver con evasión fiscal corporativa; somos también la mayor zona de arbitraje fiscal, sobre todo por el conocido doble irlandés, que ahora se está sustituyendo por otro llamado Knowledge Development Box, un sistema de arbitraje fiscal potencialmente más generoso aún”, afirma con ese estilo irónico que le ha convertido en un tertuliano habitual y le ha valido el odio de algunos miembros de la política irlandesa.

Twitter: @GTCost

Jean Tirole y el virus

En octubre de 2014, la academia sueca otorgó el Nobel de Economía a Jean Tirole, presidente y fundador de la Escuela de Economía de Toulouse, por su análisis del “poder de mercado y la regulación”. Francés de nacimiento, estadounidense de formación, Tirole se doctoró y dio clases durante casi una década en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), centrándose en el papel de la regulación financiera, de los monopolios, del poder de los mercados y de su regulación.

Tirole ha sido distinguido por sus análisis sobre el “poder de mercado y de la regulación de los monopolios naturales” y “cómo entender y regular los sector con pocas empresas poderosas”. En esencia, afirma que en los sectores que están dominados por una pequeña cantidad de grandes empresas, dejar estos mercados sin regular produce efectos indeseables.

“Desde mediados de los 80, Jean Tirole ha dado nueva vida a la investigación de estos fallos de mercado”, afirma la Academia Sueca. “Su análisis de empresas con poder en el mercado aporta una teoría unificada con una fuerte influencia en cuestiones centrales de política: ¿cómo debería lidiar un gobierno con fusiones o cárteles y cómo debería regular los monopolios?”. Le consideran, por ello y por sus centenares de artículos y libros, uno de los economistas más influyentes de nuestro tiempo, aunque es aún bastante desconocido por el gran público.

Apenas unas horas después de la concesión del Nobel, el periodista de investigación Laurent Mauduit publicaba un artículo demoledor contra Tirole en la prestigiosa revista digital Mediapart. “El virus Jean Tirole”, escribía Mauduit, es el que ha llevado a los economistas liberales y ultraliberales a pedir que el mundo financiero patrocine su investigación, con lo que ésta difícilmente pueden desprenderse de la agenda de los grandes poderes. La escuela de Toulouse fundada por el profesor Tirole, apunta Mauduit, es el vivo ejemplo de ello, al haber recibido financiación de Axa, BNP Paribas, Crédit agricole o la petrolera Total.

Twitter: @JeanTirole

Matt Yglesias

No pertenece estrictamente al gremio de los economistas, pero es una de las voces más mediáticas de la economía política estadounidense. Descendiente de españoles y cubanos, Yglesias se define como liberal (en inglés y en EE UU, lo más parecido a ser “de izquierdas”). Lleva años escribiendo desde Washington, antes para The Atlantic y el Center for American Progress, posteriormente para Slate y desde 2014 enVox, medio que fundó junto con el también reputadísimo reportero Ezra Klein.

Sus análisis cáusticos sobre las campañas electorales, las fallas del sistema sanitario estadounidense y la desigualdad creciente en su país le han valido nada menos que 132.000 seguidores en Twitter.

Es autor del libro Por qué el precio del alquiler es tan endemoniadamente alto. Qué puedes hacer para solucionarlo y por qué importa más de lo que crees. Afirma que el coste del alquiler en el país está agujereando comunidades, reduciendo el desarrollo económico y reduciendo la posibilidad de éxito personal. “Daña el medio ambiente, provoca largos desplazamientos para trabajar y contaminación”, asegura.

Twitter: @mattyglesias

Hans-Werner Sinn

Es un viejo conocido de los periodistas económicos, pero últimamente está desatado. Si el BCE lanza un QE, o si Grecia firma un acuerdo con Bruselas, inmediatamente llega al correo de los press corp europeos un e-mail de Sinn despotricando contra cualquier medida de alivio de deuda, de estímulo monetario o de relajación de la presión sobre Atenas.

Sinn es una estrella del pop económica en Alemania, un activista, uno que prodiga su peculiar estilo (barba blanca recortada que no va acompañada de bigote) en los platós de los medios internacionales como Bloomberg o CNBC. Propugna el Grexit, la salida de Grecia del euro como único final a “este valle de lágrimas”. Al menos de forma temporal, ha pedido lo mismo para Portugal. Dicen que no es ni liberal ni socialdemócrata, sino ordoliberal (un término de 1950 que se refería a la revista económica ORDO). Es una variante a la alemana que mezcla un poco de neoliberalismo con algo de conciencia económica social: el Estado tiene que ser fuerte y regular a los mercados, porque estos son incapaces de autorregularse, pero una vez establecido el marco hay que dejarles a su albedrío.

Se ha opuesto a casi todas las medidas utilizadas por Bruselas o Frankfurt para salir de la crisis: firmó una carta junto a otras decenas de economistas contra los rescates de los bancos de la zona euro; ha pedido en otra famosa carta, la Hamburger Appell, reformas orientadas al libre mercado, en oposición a las de estímulo de la demanda.

Twitter: @HansWernerSinn

Simon Wren-Lewis

La tesis principal de este profesor de Economía de la Universidad de Oxford es que Estados Unidos, Reino Unido y la Eurozona han aplicado la peor receta para salir de la crisis: políticas fiscales contractivas desde 2010. Y lo que han conseguido con ello es una recuperación lenta y tipos de interés nominal cerca de cero (o, en algunos casos, negativos).

Muy crítico con los medios de comunicación (“O tienen su propia agenda o suelen buscar la opinión de los economistas de la City, que a su vez abogan por sus intereses particulares y que no reflejan la postura del conjunto de economistas”, escribía recientemente), Wren-Lewis es muy activo en Internet y califica de “timo” la forma en que se ha informado de los ajustes y las políticas de austeridad.

Está, además, muy implicado en la campaña electoral de su país: “Si los Tories ganan las elecciones en Reino Unidos el próximo mes de mayo, una vez más someterán a los ciudadanos a la misma austeridad dolorosa”, opina.

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