2.4 El ciclo del agua

Muestra la presencia del agua en el planeta y describe el flujo del agua a través de sus tres estados, liquido, vapor y hielo. El ciclo del agua, Figura 2.11, es sumamente importante para la existencia de la vida en la Tierra y está presente desde millones de años atrás. El agua de la superficie de los océanos recibe el calor de los rayos solares, se evapora y asciende hacia la atmósfera. Las corrientes de aire ascendentes trasladan el vapor hacia capas superiores de la atmósfera, donde la temperatura es menor, lo que provoca que el agua se condense y forme las nubes. Las corrientes de aire trasladan las nubes de un lugar a otro, éstas al colisionar crecen o el agua cae como precipitación. Una parte lo hace en forma de nieve que se acumula en las capas de hielo en las altas montañas y en los glaciares, donde se almacena. Cuando llega la primavera la nieve se funde y corre sobre la superficie del terreno como agua de deshielo.

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El resto de la precipitación cae sobre los océanos o sobre la tierra donde corre sobre la superficie. Una parte llega a los ríos, que la trasladan nuevamente a los océanos y otra parte es absorbida por el suelo como infiltraciones. Parte de esta agua permanece en las capas superiores y vuelven a los océanos como descargas subterráneas. Otra parte del agua subterránea emerge como manantiales de agua dulce. El agua que se encuentra a poca profundidad es absorbida por las raíces de las plantas y transpirada a través de sus hojas, de modo que regresan nuevamente a la atmósfera. Otra parte del agua infiltrada desciende hasta partes más profundas del suelo, de modo que recarga los acuíferos que almacenan grandes cantidades de agua dulce por largos períodos. Esta agua continúa en movimiento y parte de ella retorna a los océanos. De esta manera se inicia un nuevo ciclo del agua.