El curso de investigación acción participativa ha provocado en mí muchas expectativas desde el momento que supe que éste formaría parte del semestre académico. Con todo este entusiasmo de aprender una nueva manera de generar conocimiento con otras y otros, viajé a Chincha para tener un primer encuentro con aquellas personas con las que trabajaremos arduamente en los meses siguientes.

Había escuchado hablar de ellas, a algunas las conocíamos por una visita que realizaron a una de nuestras clases, pero no hay nada que supere al encuentro directo y a la experiencia de “tocar” el trabajo que realizan en sus comunidades. Nos encontramos con mujeres apasionadas, fraternas, con iniciativa y con una enorme disposición para incorporarnos al compromiso colectivo de hacer realidad todas esas imágenes puestas en los murales de sus calles.

Experiencias como las de estas mujeres y muchas otras nos reafirman en nuestra opción de construir una psicología fuertemente enraizada en las comunidades y sus capacidades, cuestiona ciertos conocimientos que parecían intocables, despierta emociones y reflexión, y da nuevos sentidos a nuestra vida.

*Alumna del segundo año de la Maestría en Psicología Comunitaria PUCP