Por María Zoila Fernández*
Butler plantea, a partir de sus reflexiones previas sobre el cuerpo y la relación con los otros(as), nuevos conceptos que permiten entender las relaciones y afectos que se producen en situaciones de violencia y de guerra.
Uno de sus conceptos centrales es el de la responsabilidad global, en este concepto plantea inicialmente que existe una persistente mirada incompleta ante diversas situaciones; y en ese sentido, se considera que solamente la responsabilidad por los demás se limita al grupo cercano o a la comunidad pequeña a la que pertenecemos. Esta responsabilidad limitada justifica acciones violentas y excluyentes en aras de la protección del grupo y la paz para los más cercanos.
A partir de esto, la interrogante que surge nos remita al sentido de nuestra responsabilidad hacia los que están fuera de nuestro ?círculo cotidiano, amigo y seguro?: ¿tenemos alguna responsabilidad con aquellos otros que están más allá de nuestras fronteras?. Butler plantea ante ésta y otras interrogantes similares, la noción de responsabilidad global, aquella que es capaz de cruzar nuestras fronteras. Pero también señala que esta responsabilidad global no puede ser tergiversada y llevarnos a la imposición sobre los otros(as), o a tomar decisiones sobre la vida social y política de otros grupos, pues esto restringe la libertad y autonomía.
Además de la noción de responsabilidad global, también es importante la noción de interdependencia. Se puede decir que el sentido de responsabilidad global está vinculada a vivir en interdependencia; mi ?yo? está en relación a los afectos y experiencias del otro(a). Si bien existe la individualidad, ésta se puede en superficialidad sino somos capaces de ver que en lo profundo estamos marcados por los otros(as) y nuestra identidad se construye a través del otro(a).
Considero que estos conceptos permiten tener nuevos elementos para comprender situaciones de violencia, de rechazo a la vida de los otros(as) que no sentimos como nuestras. Desde nuestro contexto, creo que permite entender la fragmentación social y el quiebre doloroso en las relaciones entre peruanos y peruanas. También permite comprender el poco valor que se le atribuye a la vida de ciertas personas, el carácter deshumanizador de las prácticas violentistas durante el conflicto armado interno y la poca capacidad para entenderse como responsables del país en su conjunto y asumirse interdependientes. Es importante repensar nuestras brechas sociales y culturales d la permanencia en el tiempo de éstas aunque las formas puedan cambiar.
*Alumna de la Maestría en Psicología Comunitaria-PUCP
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