Todos los versículos tatuados en mi cuerpo
no fueron suficientes
cien látigos hicieron eco en esta solitaria habitación
las paredes retumban con cada golpe
se tiñe de rojo la tela de mi cuerpo
mis dedos se desangran sin uñas
respiro sangre entre las fosas mutiladas
¿por qué nací mujer?
mis pequeños hijos lloran
no comprenden por qué los traje a este mundo
ni yo lo sé
era muy niña cuando me casaron
recién empezaba a ver la realidad
nadie oyó mis súplicas
nadie enjugó mis lágrimas
me llevaron con él
hombre mayor que mi padre
odié los días a su lado
odié las noches sin amanecer
es mi verdugo eterno.
HACEDOR DE TODAS LAS COSAS
eres tan justo y benévolo
tus sagradas palabras las guardo conmigo
vivo de mi fe, Señor
¿acaso fue error nacer mujer?
¿acaso tu bondad no es para mí?
ECO: El EDÉN NO ESTÁ AQUÍ MUJER.
MICAELA GONZALES