Habitaciones vacías
llenas de recuerdos
donde un niño jugaba con las miradas
se escondía de ellas
detrás del muro
detrás de la mesa
sonreía en soledad
pues tampoco estaba solo
tenía amigos
estampados en paredes de yeso
corrían entre ladrillos rotos
se reunían por las noches
cantaban una canción
veían las historias pasar
contaban las estrellas
contaban las noches
contaban sus penas
por las ventanas rotas
sus vidas en una hoja.
Micaela
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