Arrastras tu cuerpo frágil
arrebatado por la velocidad del viento
médula tibia sobre el concreto
dejaron atrás, todos tus sueños.
Remotos días de alegría
desdibujan el sol en la colina
escalón tras escalón con manos escalas
en la sucia cara de la mañana.
Una pequeña bolsa
estrujada entre tus manos
negra como aquella noche
que perdiste mal tus pasos.
Entre ruedas desviadas en el asfalto
sangre por doquier, en la vereda;
persigues insistente tras tu vida
futuro sepultado en una acera.
Sobre el áspero pavimento
fuiste abandonado a tu revolcada suerte
huyeron dos entre las sombras,
con ellos, la fría muerte.
Los meses transcurrieron,
tus heridas se sellaron
marcas sobre tu piel quedaron:
tus piernas jamás despertaron.
De peluches ahora vives
entre colores y tijeras
encuentras en tus manos ya repuestas
una mina, agujas, hilos; también sedas.
Es el mercado tu destino
todo el día, dando vueltas
por unos soles te calcinas,
gotas de sudor marcan el camino.
Aunque tu espalda se reviente
así la gente te margine
consigues ventas tras ofertas
entre el humo de la indiferencia.
Tu sonrisa ya no cuenta
en la realidad de la ciudad entera
pero encuentras un espacio
en la admiración de mil poetas.
Micaela Sigue leyendo