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Columna ciudadana

Festejando con nuestros “negritos” deseos de libertad ciudadana para el 2014

 Estamos iniciando en Huánuco, junto con el 2014, las celebraciones de las distintas cuadrillas de “negritos”. Negritos que con mayor o menor conciencia, hacen memoria de las danzas de alegría de aquéllos afrodescendientes cuando alcanzaron la liberación de su esclavitud. ¡ Cuán duras debieron haber sido sus condiciones de trabajo en esas haciendas que luego de su liberación, decidieron irse del valle del Pillko para no volver ! Pues a diferencia de ciudades costeras, los afrodescendientes de Huánuco no dejaron mayor descendencia en nuestras ciudades.

 ¡ Y cuán grande debió de ser su alegría por la libertad ganada y concedida que su festejo no sólo aun resuena en nuestras calles, sino que sigue expandiéndose e involucrando a nuevas generaciones ! Es la danza de liberación y de adoración al niño Dios que inspiró con su mensaje de amor al prójimo a los hacendados de esas épocas. Hoy ese mensaje de festejo por la libertad me inspira unos deseos de libertad ciudadana para nuestras conciudadanas y conciudadanos, huanuqueñas y huanuqueños.

 Un primer deseo es que todos y todas gocemos de más seguridad ciudadana, es decir, sintamos que nuestra libertad, nuestra integridad, nuestra vida y nuestra propiedad, así como la nuestros amigos, colegas y familiares, estén seguras cuando caminemos por nuestras calles o cuando no estemos en nuestras casas o centros de trabajo. Videovigilancia en las calles, mejoras en el registro informático de los datos de las denuncias, más servicialidad de más policías, mayor prolijidad en las investigaciones fiscales, extensión del sentido de justicia a todos y todas las jueces, y políticas del gobierno regional y gobiernos locales de apoyo a jóvenes, familias y barrios en riesgo, nos darían más seguridad ciudadana en este 2014 y años siguientes.

 Un segundo deseo es que los y las beneficiarias de los programas sociales avancen en su liberación de la pobreza. Que al menos queden libres de la manipulación electorera de quiénes tienen control sobre dichos programas, especialmente  el del Vaso de Leche, programa municipal cuya manipulación sin duda será una tentación de los servidores municipales en este año de elecciones. Y que los programas nacionales coordinen mejor para potenciar su impacto liberador.

 Un tercer deseo es que los postulantes a cargos de elección popular municipal y regional mantengan un respeto básico a sus contrincantes, aún en los momentos más intensos de sus campañas. Y especialmente, que sus ansias de votos no sean causa de faltas de respeto a la inteligencia o dignidad de los electores. En todo caso, que estos hagan valer su ciudadanía en las urnas y premien o castiguen el desempeño de los postulantes según estándares de justicia.

 Y finalmente, el cuarto deseo en esta lista de año nuevo, tiene que ver directamente con el baile de los negritos: que las empresas privadas paguen por lo menos, en cualquier caso, el sueldo mínimo por un máximo de 48 horas de trabajo semanales. Pagar menos y exigir más es algo parecido a la esclavitud cuyo término dio origen a nuestra mencionada danza. Y niega el mensaje de amor y justicia que acabamos de celebrar en Navidad. Y sin embargo, en Huánuco aún existen empleadores que lo hacen, especialmente con jóvenes mujeres, incluso en lugares que se precian de “modernidad”. Como deseo alterno, espero que la dirección regional de trabajo sea aliada de la libertad de trabajo de los y las huanuqueñas en riesgo de explotación. Lo que se aplica perfectamente a todo el Perú

 Son todos deseos que pueden cumplirse en este año: un mayor control en las carreteras nos ha librado en estos días de noticias trágicas de accidentes o asaltos mortales en los caminos de esta parte del país; desde la Defensoría del Pueblo fuimos testigos de una corrección que permitió el día de Nochebuena, la Beca 18 a un ciudadano joven de Paucar, dos veces excluido por un error de dicho programa; en Huánuco y otras regiones tenemos la experiencia de acuerdos de gobernabilidad que bien podrían ser punto de partida para pautas de respeto en las elecciones que se vienen; y sólo es necesario cumplir la ley para evitar la sobrexplotación laboral de nuestras jóvenes.

 Desde esa evidencia, deseo a todos los lectores que encuentren motivos profundos de festejo de alguna faceta de la libertad ciudadana cada vez que alguna cuadrilla de negritos nos invite a compartir su alegría con sus integrantes.

                                                                                                                 Pier Paolo Marzo Rodríguez

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