Mañana lo hago
Parece frecuente ver últimamente que las personas viven en modo automático, atrapadas en una sinfonía de promesas postergadas diariamente/semanalmente. No es extraño por eso, haber escuchado en nuestro círculo más cercano “mañana empiezo la dieta” o “la otra semana comienzo a correr”.
Una promesa que no se cumple hoy, es más difícil de cumplir mañana, porque la acción repetitiva de postergar una promesa de mejora se hace un hábito, y ese hábito una costumbre. Te acostumbrarás al “mañana lo hago”, sin darte cuenta que la vida es ahora, y el mañana es una promesa constante que nunca se cumple.
Entonces, ¿cómo es que podemos romper ese ciclo de postergaciones? ¿cómo tomar la iniciativa de nuestra vida? son preguntas un tanto personales que se pueden resolver de muchas maneras. En mi caso personal, diría que la mejor manera de romper la rutina y empezar a hacer algo nuevo, o algo que hemos tenido en la cabeza por mucho tiempo es: una acción hacia la meta, por más pequeña que sea. Por ejemplo, si siempre has soñado en tocar guitarra, pero nunca lo has hecho, pues cómprate una guitarra; y si ya la tienes, averigua cursos y así hasta que consigas tocas tu primer acorde.
Tal como mencioné, eso es un ejemplo personal. Sucede que algunas veces, no encontramos la manera de cómo resolver esas preguntas, ni siquiera una pista. Es ante esas ocasiones que podemos ayudarnos de personas especializadas en encontrar caminos, en enrumbar vidas. A tales personas se les conoce como coaching personales y permiten tanto a entendernos a nosotros mismos, como a mostrarnos el proceso del cambio que debemos tomar para ser mejores. Un coach puede también ayudar a encontrar tu camino laboral, tu camino hacia el éxito empresarial o ejecutivo.
Algunas personas encontrarán su camino hacia el desarrollo profesional o personal por su cuenta, y otros se ayudarán de especialistas en enrumbar vidas,
