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La destrucción creativa en economía es un concepto popularizado por el economista austriaco Joseph Schumpeter en su libro Capitalismo, socialismo y democracia (1942). Con él describe el proceso de innovación que tiene lugar en una economía de mercado en el que los nuevos productos destruyen viejas empresas y modelos de negocio. Para Schumpeter, las innovaciones de los emprendedores son la fuerza que hay detrás de un crecimiento económico sostenido a largo plazo, pese a que puedan destruir en el camino el valor de compañías bien establecidas.
“El proceso de Destrucción Creadora”, escribe Schumpeter con mayúsculas, “es el hecho esencial del capitalismo”, siendo su protagonista central el emprendedor innovador.

El emprendedor

El emprendedor innovador, según lo describe Schumpeter se trata de un individuo fuera de lo común por su vitalidad y por su energía, incluso ante fracaso temporarios. El innovador no es un inventor. Este último es generalmente un genio, un técnico/científico amateur o de profesión. El emprendedor crea mercados para los inventos de los genios. El innovador se destaca además por su perseverancia y por su ambición, no por su genialidad. Su motivación no sería la mera riqueza, o el simple hedonismo: el emprendedor schumpeteriano -que proviene de cualquier clase social— sueña con crear un imperio económico, una dinastía empresarial (un nombre, una marca).

Los 5 casos de innovación y el crédito

Para Schumpeter la esencia del capitalismo es el dinamismo, así un capitalismo estático sería una contradicción. Schumpeter establece cinco casos de innovación:
1. La introducción de un nuevo bien.
2. La introducción de un nuevo método de producción o comercialización de bienes existentes.
3. La apertura de nuevos mercados.
4. La conquista de una nueva fuente de materias primas.
5. La creación de un nuevo monopolio.
Un elemento esencial de la economía de la innovación es la creación de crédito, o expansión crediticia. El proceso de innovación en los mercados de bienes y servicios coincide con la puesta en marcha de la innovación financiera, lo que es en sí mismo un proceso sumamente arriesgado (ej. generar un ciclo económico de especulación>quiebra) pero un proceso necesario para la innovación. Sin innovación financiera, no hay emprendimientos innovadores, y por ende no hay creación de riqueza y empleo.

Otros usos

El activista y filósofo político Mijaíl Bakunin también sostenía, aunque de forma genérica, que la fuerza destructora de lo viejo es la fuerza creadora de lo nuevo: “la pasión por destruir es una pasión creadora”.

Enlaces externos
Schumpeter y la economía de la innovación: http://mackinlays.blogspot.com/2007/10/libros-ensayos_31.html

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