Pedro Alva Mariñas
José Leonardo Reyes
RESUMEN
La apuesta por un modelo de desarrollo alternativo y que tenga como uno de sus componentes el que sea inclusivo ha sido una demanda de la población y también ha sido bandera de candidatos a Palacio y a las presidencias de gobiernos regionales. Parece existir una gran concertación para mantener intocado el modelo y de allí la persistencia en políticas, en prácticas y en discursos no inclusivos, poco democráticos.
Los perdedores de este proceso, los no incluidos resultan ser varios sectores sociales, pero en particular las comunidades campesinas de Lambayeque que a pesar de los estragos que le han causado las políticas oficiales, siguen reuniéndose, siguen asistiendo a las convocatorias de su federación y siguen apostando a que alguna vez sean escuchados. En este mes de Semana Santa recordamos la frase bíblica “Ay de ustedes si no escuchan su clamor”.
Este artículo presenta lo que podríamos decir “un estado de situación” de las comunidades campesinas a la luz del reciente pronunciamiento (7/3/2013) firmado por varios presidentes de comunidades y por dirigentes de la Federación de Comunidades Campesinas de Lambayeque – FEDECCAL.
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PRIMERA PARTE: LA TIERRA Y EL TERRITORIO DE LAS COMUNIDADES
En las últimas décadas se ha desarrollado un proceso de reconcentración de tierras que ha revertido la situación anterior a la Reforma Agraria y ha repuesto en su lugar a personas y empresas que concentran grandes extensiones de tierras, en un proceso que podríamos decir la vuelta del sistema de hacienda.
Este proceso lo podemos verificar en el proceso de concentración de tierras en las empresas azucareras en las cuales ciertos “socios estratégicos” se han convertido en los personajes regionales y que hacen girar a su alrededor a muchas personas y empresas importantes. Otro proceso de concentración de tierras se ha dado en los ámbitos de las grandes obras de irrigación como el Proyecto Jequetepeque – Zaña y el Proyecto Olmos en los cuales algunas empresas han logrado hacerse de decenas de miles de nuevas tierras incorporadas a la agricultura. Y el tercer proceso de concentración lo está protagonizando el Gobierno Regional de Lambayeque que a la vieja usanza autoritaria ha hecho inscribir a su nombre casi 200,000 Hás. De tierras comunales.
Frente a esta situación la voz de las comunidades campesinas suena fuerte (Pronunciamiento de la FEDECCAL, 07 de Marzo 2013.
Primero.- Rechazamos los procesos de confiscación, usurpación y negociados de las tierras y recursos de nuestras comunidades campesinas realizadas y promovidas por el Estado Nacional, por el Gobierno Regional, por instituciones públicas como COFOPRI y SUNARP y por Proyectos Especiales como el PEOT y PEJEZA. Exigimos la nulidad de esos procesos y la reversión de dichas tierras a las comunidades propietarias y la obligación de compensaciones justas en caso de que las comunidades acuerden voluntaria y libremente ceder o vender parte de su territorio comunal. En este punto nuestra firme solidaridad de siempre con
En este punto expresamos nuestra demanda que el Estado y los gobiernos regionales cumplan con los proceso de titulación de las comunidades campesinas de Tocmoche, Miracosta, Licupís y otras comunidades en cumplimiento de
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Es interesante leer comentarios sobre investigaciones relacionadas a comunidades campesinas de Lambayeque
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Y resulta interesante para quien escribe que existan personas que leen estos artículos. Saludos y gracias por tu comentario