PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATOLICA DEL PERU Departamento Académico de Humanidades
Seminario Libre sobre Martin Heidegger- – Factores biográficos e influencias y principales obras –
Acerca del Seminario
El Dr. Salomón Lerner Febres, ofrece el seminario libre sobre Heidegger, con el objetivo de llevar a cabo una lectura y discusión de algunos aspectos esenciales de su pensamiento.
La obra a trabajar es Ensayos y Conferencias, libro que ofrece temas importantes de la disciplina filosófica tal y como Heidegger la concibe. Se revisarán los siguientes temas:
– La reflexión auroral griega
– La naturaleza del “pensar”
– La filosofía -Metafísica- que acaba y el reino de la técnica
Dr. Salomón Lerner Febres
Organiza –Círculo Peruano de Fenomenología y Hermenéutica
-Centro de Estudios Filosóficos PUCP, http://cef.pucp.edu.pe
Martin Heidegger, Filósofo y pensador alemán nació en Messkirch el 26 de septiembre de 1889 y que falleció en Friburgo de Brisgovia el 26 de mayo de 1976. Es uno de los más grandes filósofos del siglo XX.
Obras Principales de Heideqger.
1912 El problema de la Realidad en la filosofía moderna
1914 La doctrina del juicio en el psicologismo
1916 El concepto de tiempo en las ciencias del espíritu
1916 La doctrina de las categorías y la significación en Duns Scoto.
1922 Ser y Tiempo
1927-9 Kant y el Problema de la Metafísica (Pensado desde1925)
1928 De la esencia del Fundamento
1929 ¿Qué es la metafísica?
Martin Heidegger, Artículos y Conferencias (pp. 123-125)
«Quien pensó lo más profundo, éste ama lo más vivo.» p122
«Pero una misma cosa es el percibir y aquello por lo cual el percibir. Porque sin el ser del ente, en el cual esto (es decir, el percibir) está en tanto que lo dicho no encontrarás el percibir».p123
De estas palabras de Parménides sale con claridad a la luz lo siguiente: el pensar recibe su esencia como percibir a partir del ser del ente. Pero ¿qué significa aquí para los griegos, y luego para todo el pensar occidental hasta este momento: ser del ente? La respuesta a esta pregunta, hasta ahora no planteada -por demasiado simple-, es: ser del ente quiere decir: presencia de lo presente. La respuesta es un salto a la oscuridad.
Lo que el pensar percibe como percibir es lo presente en su presencia. De ella toma el pensar la medida para su esencia como percibir. En consecuencia, el pensar es aquella presentación de lo presente la cual nos a-porta lo presente en su presencia y con ello lo pone ante nosotros para que estemos ante lo presente y, dentro de los límites de él, podamos resistir este estar. En tanto que presentación.
El pensar aporta lo presente llevándolo a la relación que tiene con nosotros, lo restablece refiriéndolo a nosotros. La presentación es por ello re-presentación. La palabra repraesentatio es luego el nombre corriente para representar.
El rasgo fundamental del pensar hasta ahora vigente ha sido el representar. Según la antigua doctrina del pensar, esta representación se cumplimenta en el λογικό, que es una palabra que aquí significa enunciado, juicio. La doctrina del pensar, del λογικό; se llama por esto Lógica. Kant toma de un modo simple la caracterización tradicional del pensar como representar cuando al acto fundamental del pensar, el juicio, lo determina como la representación de una representación del objeto (Kritik der reinen Vemunfi. A.68. B. 93). Si, por ejemplo, emitimos el juicio «este camino es pedregoso)>, entonces, en el juicio, la representación del objeto, es decir, del camino, se representa a su vez, a saber, como pedregoso.
El rasgo fundamental del pensar es el representar. En el representar se despliega el percibir. El representar mismo es re-presentacion (poner-delante). Pero ¿por qué el pensar descansa en el percibir? ¿Por qué el percibir se despliega en el representar? ¿Por qué el representar es re-presentación?
La Filosofía procede como si aquí, por ningún lado, no hubiera nada que preguntar. Pero el hecho de que hasta ahora el pensar descanse en el representar, y el representar en la re-presentación (en el poner delante), esto tiene un provenir lejano. Éste se oculta en un acaecimiento propio que pasa inadvertido: el ser del ente aparece en el comienzo de la historia acontecida de Occidente -aparece para el curso entero de esta historia- como presencia. Este aparecer del ser como estar presente de lo presente es él mismo el comienzo de la historia acontecida de Occidente, en el supuesto de que nos representemos la historia acontecida no sólo según los acontecimientos sino que antes pensemos según aquello que, a través de la historia, está enviado de antemano, y lo está gobernando todo lo que acontece.
Ser quiere decir estar presente. Este rasgo fundamental del ser, que se dice pronto, el estar presente, se hace sin embargo misterioso en el momento en que despertamos y consideramos adónde aquello que nosotros llamamos presencia remite nuestro pensar.
Lo presente es lo que mora y perdura, y que esencia en dirección al desocultamiento y dentro de él. El estar presente acaece de un modo propio sólo donde prevalece ya el estado-de-desocultamiento.
Pero lo presente, en tanto que mora y perdura entrando en el estado-de-desocultamiento, es presente.
De ahí que al estar presente no sólo le pertenezca el estado de desocultamiento sino el presente. Este presente que prevalece en el estar presente es un carácter del tiempo. Pero la esencia de éste no se deja nunca aprehender por medio del concepto de tiempo heredado de la tradición.
En el ser, que ha aparecido como estar presente queda, sin embargo,no pensado el estado-de-desocultamiento que allí prevalece del mismo modo como la esencia de presente y tiempo que prevalece allí. Presumiblemente, estado de desocultamiento y presente, como esencia del tiempo, se pertenecen el uno al otro. En la medida en que percibimos el ente en su ser, en la medida en que -para decirlo en el lenguaje moderno- representamos los objetos en su objetualidad, estamos ya pensando. De esta manera estamos pensando ya desde hace tiempo. Sin embargo, a pesar de esto, todavía no estamos pensando en el modo propio mientras quede sin pensar dónde descansa el ser del ente cuando aparece como presencia.
El provenir esencial del ser del ente no está pensado. Lo que propiamente está por pensar queda reservado. Todavía no se ha convertido en digno de ser pensado por nosotros. Por esto nuestro pensar aún no ha llegado propiamente a su elemento. Todavía no pensamos de un modo propio. Por esto nos preguntamos: ¿qué quiere decir pensar?
(Heidegger, Artículos y Conferencias,pp. 123-125)