¿Qué olvido cuando olvido?

“Ojerizas ajenas inundan mis ojos
tirria inanimada consume mi boca
furia demente se empoza en mis manos
un golpe errado

Nunca, yo nunca te haría daño
Muerdo mi cólera y rompo en llanto”

Los fantasmas del pasado se reúnen ante ti y el peso de la culpa se hace enorme y se asemeja a una roca que ya no puedes más cargar pues su peso promete hundirte en la tierra, tus manos sangran, ya no puedes soportarlo, ya no puedes mantenerte más en pie y renuncias, mas los fantasmas no te atacan, los fantasmas no te increpan, ni se regocijan con tu sufrimiento, te tienden la mano, te asisten, te ayudan, te socorren, no llores, no tienes porque llorar, esta no es tu culpa, repiten, es mi culpa, mi culpa.

Olvide tal vez cómo era que se sentía la libertad, la tan ansiada libertad a la que cada vez que alcanzo aborrezco más que nada, me he vuelto esclavo de mi mismo, esclavo de mi conciencia, de mis iras contenidas y mis sonrisas disfrazadas en miradas frías.

El pasado no ha cambiado en nada, sigue manteniéndose estático, esperando a ser evocado, evocado nuevamente, y es en estos momentos cuando mi mente es más frágil, cuando mi alma se quiebra ante los demonios que acosan mi espíritu y que buscan, nuevamente, ser oídos y obedecidos.Pero mi alma se rebela, se subleva, víctima tal vez de un conjuro díficil de deshacer que me mantiene en un limbo entre mis infiernos impersonales y los cielos arrebatados, mas me doy cuenta que soy un humano, como cualquier otro, que también llora y se deprime. EUREKA! Estoy deprimido, cansado, aburrido, no es novedad sólo que esta vez el pasado se hace más nítido y mi mente empieza a divagar en un gran templo sostenido por 10 pilares de mármol blanco, mis creencias son humanas, mi mente es humana, mi espíritu es humano, soy tan común y vulgar como todos y como ninguno, soy simple, idéntico a mi mismo y a nadie más, aunque a veces creo que me empiezo a cansar de este juego y de esta máscara, la verdad se hace evidente, a pesar de los años, los muchos años atrás en los que empecé a jugar, ya va siendo hora del final.

¿Qué olvido cuando olvido?
Nada, yo nunca olvido, nunca

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Comentarios

  1. Álter Ego escribió:

    A veces dejas que las manos se desplacen de forma compulsiva por el teclado y luego no sabes que dijiste, estate más atento.

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