Tantas horas y no puedo hacer ni decir nada.

Es como el blanco de este papel antes de ponerle estas letras.

Es nada sin nada, vacío sin vacío,

Sin migajas siquiera, sin purezas ciertas.

¿Acaso el dolor ha bloqueado mis caminos?

Ni una lágrima cae por más que intento sentir,

Ni un quejido sale por más que intento dolerme.

He hablado con mi amigo y, no he sentido su ser.

¿Con quién hablé esta tarde?,

¿Con quién habló él? Porque no fue conmigo.

Ni una canción lastimera ha podido con mi inercia

Ni un beso de mi hijo ha golpeado mi sinsentido.

Ya no sé si sintiendo, sentiré algo al fin.

“El corazón ardiente sabe florecer,

Sabe brillar en la oscuridad…

Sabe del dolor y de la soledad”.

Y, sigue sonando la bulla del silencio.

Y, sigue el hastío del dolor y del misterio.

05 de marzo del 2014