Ya nada me duele más que mis lágrimas.
Ya nada me daña más que el desamor a la humanidad.
Ya nada podrá vencerme, he resucitado mil veces.
Esa herida, tan fea, tan pestilente…
Ahora la veo y la pinto de cerezas y viernes.
La perfumo con la ternura de los niños inocentes.
Esa humillación, tan fiera, tan pérfida…
Ahora la veo y la decoro con manzanas,
La acaricio, la beso, la lleno de mis corazones de terciopelo y cielo.
Nada malo hiciste, nada de eso existe más.
Nada malo dejé que quedara. Nada,
Ya nada.
Y estoy toda,
Soy yo y toda.
Toda mi alma.
Toda mi fuerza.
Toda mi fragilidad.
Toda mi sangre y carne.
Toda mi pintura azul y mis mariposas.
Toda yo, cabra y oveja.
Todo mi ser revestido de honor, amor y gloria.