No puedo seguir con un fantasma…
Sólo si el fantasma quisiera volar.
No puedo limitar mis corazones,
Mis gestos,
Mis movimientos,
Mis luchas,
Mis formas de dar.
Puedo vivir contemplando abandonos;
Pero, no vivir abandonada esperando los contados encuentros que me puedas dar.
No puedo alimentarte y mirar que me quedo sin pan.
Porque el amor es juntarse y observar, ambos,
Cómo crecen el cielo y el mar.
Y, tú lo has dicho,
No sabes amar.
No quiero un fantasma de amor por horas,
Ni un amante que no se entregue al placer real;
Ni un tierno amigo que, al instante, mude en pedregal.
Aún así te habría amado,
Pero huyes y huyes más.
De ti y de todos.
De la vida,
Del amar.
Pero,
Me voy muy quieta y andariega,
Porque sé que un día
Cuidarás más de tu alma que de tu cuerpo de metal.
Podrás contemplar y sanar tu herida,
Sólo por ti
Aunque haya alguien más.
Podrás, al fin,
Amar tu alma y tu mirar.
30 de diciembre del 2011